EL APUNTE

La primera baja en el gobierno local de Cáceres

La marcha de Preciados es significativa porque por su experiencia profesional era la persona adecuada para las delegaciones que ocupaba

Raquel Preciados, este jueves, en el  pleno del ayuntamiento, sesión en la que se despidió de la corporación local.

Raquel Preciados, este jueves, en el pleno del ayuntamiento, sesión en la que se despidió de la corporación local. / JORGE VALIENTE

José Luis Bermejo

José Luis Bermejo

Con poco más de medio año de mandato, el alcalde, Rafael Mateos, se ha encontrado con la primera renuncia, la de la concejala Raquel Preciados, que este lunes hacía público que dejaba el acta. Aunque ni Patrimonio Histórico ni Turismo, las delegaciones de alcaldía que desempeñaba Preciados, no son tradicionalmente competencias de peso en la corporación local, su marcha es significativa y deja un hueco complicado de llenar. 

Preciados estaba justo para esas funciones en el gobierno municipal. Eran, como ella mismo comentó en unas declaraciones el pasado lunes, un traje a su medida. Una especialista en Patrimonio y Arte estaba al frente de, precisamente, Patrimonio Histórico. Esa coincidencia, que desde fuera podría verse como lo normal, no suele ser lo común. Desempeñar la delegación de Patrimonio era para lo que ella entró en política en las elecciones municipales de mayo de 2019. No lo pudo lograr a la primera, cuando se presentó dentro de la candidatura local de Ciudadanos, pero lo consiguió a la segunda.

Su renuncia no es achacable a diferencias dentro del ejecutivo local, pese a que ella venía de otra formación política y entraba en el PP procedente de Cs, partido del que fue portavoz en el ayuntamiento durante tres años. Desde el principio se integró en el PP y en el equipo de gobierno. Su marcha tampoco obedece a un problema de salud. Todo queda en una decisión por motivos personales. ¿Cómo se explica su marcha o la de otros que antes de ella no se fueron de la corporación por diferencias políticas? Una explicación está en la dificultad de compatibilizar y conciliar familia, trabajo profesional y el desempeño de una tarea y representación política en la que siempre estás expuesto a la crítica y al examen público. Preciados no se liberó para dedicarse solo a sus funciones como concejala, sino que desde el inicio del mandato lo compaginó con su trabajo de técnico de Patrimonio y Arte en la Junta.

 Preciados es una baja significativa porque por formación estaba en el cargo adecuado y en momento justo, cuando la ciudad se prepara para optar a la capitalidad cultural europea de 2031, proyecto que luego saldrá o no, pero que siempre genera una ilusión, una causa común que pone de acuerdo a todos, ya pasó con la candidatura de la capitalidad de 2016, pese a que la ciudad se quedase sin opciones a las primeras de cambio, el proyecto generó un sentimiento de causa común en la ciudad. A las delegaciones de Preciados les tocaba, en parte, afrontar el reto de la capitalidad cultural.

Para sustituir a Preciados en las delegaciones que ostentaba en el gobierno local, el alcalde, Rafael Mateos, ha recurrido a dos soluciones lógicas, pero que acumulan tareas a dos de los concejales que desempeñaban papeles fundamentales para el buen funcionamiento del gobierno. Patrimonio Histórico pasa a Tirso Leal, arquitecto de profesión que ya ostenta la delegación de Urbanismo, en otros gobiernos ambas han estado vinculadas y en este mandato tiene más sentido si, finalmente, se vuelve a afrontar la revisión del plan especial de protección y revitalización del patrimonio histórico. Turismo pasa a Ángel Orgaz, quien ya fue edil de esta materia en Béjar, pero en este caso es más complicado porque Orgaz no solo es el portavoz del gobierno y el concejal de Hacienda y Economía, sino que además es el primer interlocutor con los grupos de la oposición en un gobierno que está en minoría. 

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