Opinión | EL APUNTE

Mateos quiere dejar pronto su impronta

Este año puede que estén redactados los proyectos de tres de sus cuatro grandes promesas electorales

Marrón y tramo superior de Camino Llano, uno de los proyectos es reformar este espacio que linda con el Helga de Alvear.

Marrón y tramo superior de Camino Llano, uno de los proyectos es reformar este espacio que linda con el Helga de Alvear. / JORGE VALIENTE

Es el hilo musical del mandato y también el estribillo que más se repetirá y que más se va a escuchar en esta legislatura. La muletilla está formada por tres proyectos: la reforma de la avenida de Virgen de la Montaña, la transformación de la plaza Marrón y la construcción de un centro deportivo en el Nuevo Cáceres. Son tres de las cuatro promesas electorales que el alcalde, Rafael Mateos, hizo en su programa cuando se presentó a las elecciones. Son sus grandes iniciativas. La cuarta, la intervención en la Ribera del Marco, no se puede hacer en un único mandato ni se hará en este. Se puede empezar gracias al trabajo ya hecho en los años anteriores, como la consecución del terreno, pero poco más. La Ribera del Marco no es estribillo, es una sinfonía inacabable.

El alcalde tiene prisa para que esos tres proyectos se hagan. Tiene cuatro años y está dando los pasos para que en esta legislatura estén realizados. Todo irá bien si en este año se han redactado los proyectos y se han convocado los concursos de construcción. Después quedarán dos años y medio para la ejecución de los trabajos. El coste de los tres no llega a los 8 millones y hay capacidad financiera para acometerlos en dos o tres anualidades. Y siempre, si es necesario, se podrá acudir a una operación de crédito dado que el actual nivel de endeudamiento a largo plazo del ayuntamiento es reducido.

De momento esta semana se han convocado los concursos para la redacción de los proyectos de la reforma de la avenida de Virgen de la Montaña y de la plaza Marrón. En la transformación del segundo de estos espacios no habrá inconvenientes. Lo necesita. Con su reforma y con la que está prevista en Santiago se puede completar un trayecto de espacios públicos que de continuidad a San Juan, Concepción y plaza Mayor. Marrón tiene además la ventaja de que está anexa al Helga de Alvear. El inconveniente será, como en otros espacios, la falta de estacionamiento. No es el primer intento de intervenir en Marrón, ya se quiso hacer un aparcamiento subterráneo para dejar toda su superficie como un espacio público y sin coches. Pero el concurso quedó desierto, su concesión y explotación no interesó a ninguna empresa por las pocas plazas que se podían hacer. Un estacionamiento subterráneo aquí solo es posible con financiación pública. La solución que se ha pensado ahora es la de un cambio de la superficie, hacer una plataforma única con aceras y calzadas al mismo nivel. Ni el coste, aproximadamente un millón (más que en Santiago), ni el rechazo social (los hosteleros de la zona están deseando un cambio) serán un impedimento.

Otra cosa muy distinta será la reforma de la avenida de Virgen de la Montaña, puede convertirse en una de las obras más conflictivas del mandato. Antes de iniciarse ya ha provocado rechazo por la posible pérdida de su bulevar, un elemento arquitectónico singular en la ciudad. En el pliego técnico del concurso no se dan indicaciones precisas de cómo se tiene que acometer la reforma (la idea del plan de movilidad era situar el tráfico en uno de los laterales y dejar el resto para los peatones -con una actuación parecida a la de la calle Viena-). Pero la solución la tendrán que aportar los estudios y consultoras técnicas que se presenten al concurso para la redacción del proyecto. Después ya se verá qué pasa. 

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