Fútbol

Manuel Ruiz de Lopera, el presidente más peculiar que ha tenido el Real Betis

El expresidente verdiblanco fallece a sus 79 años a causa de una diverticulitis

Muere el expresidente del Betis Ruiz Lopera en Sevilla, a los 79 años

Muere el expresidente del Betis Ruiz Lopera en Sevilla, a los 79 años / EUROPA PRESS - Archivo

Álex Mérida

Por estas fechas Don Manué ya se preparaba para los días grandes de Sevilla en los que su Betis no era lo único que le quitaba el sueño. Risueño desde su balcón de la calle Sierpessu cita cada Madrugá con el señor del Gran Poder era innegociable. Hasta ahora.

En la madrugada de este 24 de marzo, Domingo de Ramos, ha fallecido en Sevilla a los 79 años Manuel Ruiz Ávalos (Sevilla, España, 13 de agosto de 1944), más conocido como Manuel Ruiz de Lopera, el dirigente bético más icónico que ha tenido el club verdiblanco en las últimas décadas, siendo expresidente y consejero delegado entre 1992 y 2010.

Si hay una frase de Lopera que ha traspasado el umbral del fútbol esa es la que pronunció el 8 de mayo de 1994, tras vencer el Betis 0-2 al Burgos en El Plantío y ascender a Primera División: "¡Estábamos en la UVI, nadie daba un duro por nosotros! ¡Yo os entrego a ustedes un Betis libre, limpio, en primera, de ustedes! ¡Viva el Betis!". Es sólo un ejemplo de la personalidad del peculiar empresario que más anécdotas ha dejado en la historia reciente del equipo verdiblanco.

Don Manué, como así lo conocen los béticos, comenzó con problemas digestivos en 2017, cuando tuvieron que extirparle 50 centímetros de intestino durante una intervención quirúrgica.

Después de años luchando contra esta infección intestinal, a principios de este enero fue hospitalizado por la misma dolencia y pasó unos días en la UCI. El pasado sábado 10 de febrero ingresó de nuevo en la clínica Santa Isabel, sin poder finalmente esta vez superar la enfermedad.

Un hombre hecho a sí mismo

Lopera ha sido una figura por encima del resto en El Fontanal, un barrio de la ciudad de Sevilla situado muy cerca del casco histórico, entre la calle Arroyo y la Carretera de Carmona. En la calle Jabugo.

Un hombre hecho a sí mismo que empezó vendiendo electrodomésticos a plazos y creó un conglomerado de empresas. Si alguien le dejaba de pagar le retiraba el aparato, según las leyes de la época, o le subía los intereses. De esta forma ganó sus primeras pesetas hasta amasar una pequeña fortuna y constituir varias sociedades inmobiliarias dedicadas a la compraventa, préstamos e inversiones inmobiliarias: Tegasa, Farusa, Incecosa…

Muy impulsivo, trabajador incansable y listo para los negocios, atributos que le permitieron destacar y formar un grupo con empleados fieles, familiares, abogados y amigos que lo ayudaban a llevar sus empresas. La última palabra siempre era suya.

Una personalidad que le valió para lanzarse a la compra del club en 1992, convirtiéndose en el máximo accionista y siendo dueño del Betis a través de unas acciones tituladas a nombre de Farusa, por el 31% de las acciones del club en el proceso de conversión de la entidad en sociedad anónima. El pasado octubre, el Tribunal Supremo confirmó que no llegó a realizar desembolso alguno por la suscripción de dichas acciones.

Su legado

En su legado queda ascender dos veces a la entidad, así como la segunda Copa del Rey, ganada en 2005 frente a Osasuna, y ser el primer club andaluz en disputar la Champions League. Bajo su mandato contó con algunos de los mejores jugadores de la historia verdiblanca como Finidi, Alfonso o Denilson, un fichaje de récord para la época.

No todo fueron festejos deportivos. En 1997 perdería frente al Barcelona la final de copa y en el 2000 sufriría el primero de sus dos descensos.

Para muestra un botón: ese 2005 que empezó con júbilo y éxitos deportivos, sería el inicio de la decadencia de su mandato. El Betis se abocaba al fracaso y en 2009 se consumó la pérdida de categoría, provocando que todo el beticismo inundara las calles de Sevilla aquel famoso 15 de julio pidiendo su salida.

Al igual que en el plano deportivo hubo luces y sombras, la gestión del club fue oscura y llena de irregularidades. En 2010, ya con problemas con la justicia, Lopera vendió su paquete empresarial a Bitton Sport, la empresa dirigida por Luis Oliver, quien pasaría a tener el control del Betis. Siete años después, Lopera firmaría un pacto con los actuales rectores del club para poner a disposición sus títulos en la atomización del club.