PROPUESTAS

Diez propuestas para el viajero en Extremadura

Extremadura ofrece espacios llenos de encanto, lejos de las tradicionales rutas turísticas, que merecen una visita

Vista aérea de Granadilla, pueblo sin habitantes, pero lleno de encanto.

Vista aérea de Granadilla, pueblo sin habitantes, pero lleno de encanto. / EL PERIÓDICO

Redacción

Extremadura cuenta con destinos de sobra conocidos por todos. Sus espacios reconocidos por la Unesco como el conjunto monumental de Cáceres, el conjunto arqueológico de Mérida, el Monasterio Real de Santa María de Guadalupe, la Reserva de la Biosfera y Parque Nacional de Monfragüe, la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Tajo Internacional y Geoparque Mundial Villuercas-Ibores-Jara reciben cada año miles de visitantes. Pero hay una Extremadura más recóndita, más atractiva y lejos de las grandes rutas turísticas. A continuación, nuestras diez propuestas para descubrir enclaves sorprendentes en Extremadura. No están todas las que son, pero sí son todas las que están. No están ordenadas como un ranking.

Vista aérea de Granadilla, pueblo sin habitantes, pero lleno de encanto.

Vista aérea de Granadilla, pueblo sin habitantes, pero lleno de encanto. / EL PERIÓDICO

1 / Ermita de Nuestra Señora del Ara

Un primer espacio que no deja indiferente al viajero es la ermita de Nuestra Señora del Ara, muy cerca de Fuente del Arco, en Badajoz. Muchos son los que califican a esta iglesia de auténtica ‘Capilla Sixtina’ de Extremadura debido a la calidad de los frescos sobre el Génesis que ornamentan este espacio con una bóveda única de cañón. Construida en el siglo XIV, aun conserva retazos del estilo mudéjar, y las pinturas no tienen autor conocido aunque están datadas en el siglo XVII. En el altar hay imágenes de un hombre y una mujer con vestidos árabes. Serían el rey Jayón y su hija, convertidos al cristianismo tras un milagro de la Virgen. La visita a la ermita debe completarse con una a la mina de la Jayona, a 10 minutos, la Mina de la Jayona, un Monumento Natural a sólo 10 minutos en coche y apto para todo los públicos. Su visita es gratuita, pero hay que reservar con antelación en el 667756600.

2 / Trevejo

Aunque famoso sobre todo por su Castillo, podríamos decir que la pedanía de Trevejo resume como nadie todos los atractivos de la Sierra de Gata. Se accede por una hermosa carretera poblada de castaños y la pupila del viajero se queda extasiada con la arquitectura local, los escudos nobiliarios, sus famosas tumbas antropomórficas. El Castillo árabe data del siglo XII, aunque los restos actualmente visibles son posteriores. A sus pies hay una pequeña ermita con una espadaña singular y separada que apunta al oeste dando un especial encanto al conjunto. Un busto recuerda la labor de Adoración González Estévez, conocida como «Chon», alcaldesa pedánea.

3 / Romangordo

Este municipio cacereño es conocido universalmente por sus trampantojos. Las fachadas y cocheras de múltiples edificios del pueblo están decoradas con pinturas pensadas para ‘engañar’ al ojo humano y crear ilusiones ópticas o bien recordar oficios o personajes típicos. En la Casa de los Aromas, donde se cultivan y se ponen en valor las plantas aromáticas de la zona, podrás hacerte con un mapa de los trampantojos y completar la ruta. Recorrer el jardín de este espacio cultural y Centro de Interpretación de la Flora es una delicia. La Casa del Tío Cáscoles es visita obligada para saber cómo vivían nuestros abuelos y qué estancias tenían entonces las casas extremeñas. Otro centro de interpretación, el de la Ruta de los Ingleses, recuerda una importante batalla de la guerra de la Independencia el 19 de mayo de 1812, en la que los franceses fueron derrotados por tropas inglesas en Romangordo.

4 /Olivenza

Si lo que el viajero busca es el sabor transfronterizo, lo mejor es acercarse a Olivenza, un verdadero pedazo de Portugal en Extremadura. No es de extrañar pues la localidad extremeña fue portuguesa desde 1297 hasta el año 1801, tras la Guerra de las Naranjas. También es conocida como La Raya popularmente. El estilo manuelino, de resabios del gótico tardío, mudéjar y renacentista, está presente en los edificios del pueblo. La Puerta Manuelina del consistorio es una de las imágenes de referencia. Una interesante ruta por Olivenza debe recorrer las puertas de Alconchel, del Calvario y San Sebastián, pasando por el Castillo y el Museo Etnográfico Pérez Enciso, auténtico reservorio de la cultura de la zona. Para finalizar, un paseo por el Baluarte de San Blas, recuerdo del pasado bélico de este pueblo en la frontera.

5 /Monasterio de Yuste

El Monasterio de San Jerónimo de Yuste, monumento declarado Bien de Interés Cultural, se encuentra en la comarca de la Vera y es conocido por ser la última morada del emperador Carlos V. Actualmente, está considerado un lugar de referencia e identidad trasnacional por su valor patrimonial y simbólico, que recoge parte de la memoria de Europa, así como por su patrimonio intangible de alto valor e impacto. Data de 1402, siendo un conjunto arquitectónico compuesto por el convento y la residencia del emperador. El convento, a su vez, lo forma la iglesia, ubicada en el centro, y dos claustros, uno gótico y el claustro nuevo. Tanto la iglesia como el claustro gótico son del siglo XV y las demás construcciones pertenecen al siglo XVI. Podrás conocer las estancias del emperador y sus utensilios de caza en una visita guiada.

6 /Granadilla

Una de esas joyas de Extremadura. Un pueblo sin vivos ni muertos, pero no fantasma. Fundado por los musulmanes en el siglo IX, en 1955 Franco declaró inundable este municipio por las aguas del embalse de Gabriel y Galán, expropiándolo a sus habitantes, que se integraron en Zarza de Granadilla. El agua nunca llegó a cubrirlo. No tiene agua, ni luz y es propiedad de la Confederación Hidrográfica del Tajo. Está cerrado con una verja y hay que esperar a las diez de la mañana para visitarlo. Pero merece la pena, porque es sumergirse en otro mundo, con su plaza central desde donde salen todas las calles, escuela tradicional y fachadas con el encanto de los pueblos rurales de antaño.

7 / Playa de Orellana

Está considerada como una de las mejores playas de interior del país y cada año renueva su Bandera Azul. Está dotada con todas las comodidades imaginables como duchas, hamacas, barcas, canoas, establecimientos de restauración, puerto deportivo con la Escuela Regional de Vela, entre otras muchas. Todo ello accesible… Existe la posibilidad de alquilar un espacio en zona verde con mesa para establecerse. Si quieres practicar un deporte acuático es ideal. No olvidemos otras playas de interior extremeñas como las existentes en Cheles, Alange, Campanario, Casas de Don Pedro, Castuera, Herrera del Duque y Talarrubias.

8 /Meandro Melero

Las Hurdes tiene famosísimos miradores y espacios para contemplar el paisaje en toda su dimensión, como el Chorro de la Meancera o la cascada de Los Ángeles, pero el mirador de La Antigua es sin duda uno de los más destacables. Se accede a través de Riomalo de Abajo y es posible llegar a él a través de una ruta pavimentada de unos dos kilómetros. El viajero no puede sustraerse al poder casi hipnótico de este espacio que en época de lluvias parece un auténtico islote verde en medio del cauce retorcido del río. El lugar es perfecto para observar aves y la berrea del ciervo en su época correspondiente.

9 /Valverde de la Vera

Valverde de la Vera resume la esencia de una comarca famosa por su arquitectura y sus zonas naturales acondicionadas para el baño. Desde 1970 es Conjunto Histórico Artístico y lo primero que llama la atención al visitante es que sus calles están pobladas por unas pequeñas acequias o ‘regateras’ que canalizan el agua de la lluvia. No hay que perderse cuatro espacios fundamentales: la Plaza de España, la de la Fuente de los Cuatro Caños, la de la iglesia y la Plaza del Rollo. En Semana Santa se celebra un solemne via crucis con penitentes, Los Empalaos, que es Fiesta de Interés Turístico.

10 /Zafra

Conocida como ‘Sevilla Chica’, Zafra ofrece durante todo el año indudables atractivos. Lo recomendable es alojarse en el Parador de Turismo, que se encuentra en el Alcázar de los Duques de Feria, y desde allí conocer esta joya en la Vía de la Plata. La Plaza Grande es el centro neurálgico de la ciudad, con un gran ambiente nocturno. La Plaza Chica conserva aún la vara de medir castellana pues acogió un mercado en época medieval. En el Convento de Santa Clara hay que ver el monumento funerario a los Suárez Figueroa, el Lignum Crucis o El Terno de Águilas. En la Casa del Aljímez, de estilo mudéjar, encontrarás un centro de atención al turista donde te podrás informar del gran acontecimiento que cada año vive la ciudad a finales de septiembre: La Feria Internacional Ganadera.