LOS CACEREÑOS LLEGAN A LA FRONTERA

«Lo que hemos visto es muy duro»

Tras más de 50 horas de viaje la expedición cacereña ha conseguido llegar al campamento de Przemýsl (Polonia), donde «miles y miles» de refugiados rogaban ayuda para huir de la guerra: «todo esto es una sinrazón», aseguran

Parte de la expedición cacereña, a su llegada al campamento de refugiados de Przemýsl.

Parte de la expedición cacereña, a su llegada al campamento de refugiados de Przemýsl. / CEDIDA

Ya están en la frontera. Iban concienciados, pero lo que se han encontrado ha sido mucho más duro de lo que esperaban. La expedición cacereña, formada por dos furgonetas y un turismo de siete plazas, ha conseguido llegar este jueves pasadas las cuatro de la tarde a la ciudad de Przemýsl (Polonia), después de 54 horas de viaje y casi 4.000 kilómetros recorridos. Lo han hecho casi en tiempo récord pero ellos siguen insistiendo: «no somos héroes». Ellos, dicen, solo quieren ayudar y transportar toda la solidaridad que han demostrado los cacereños. Llevaban los vehículos llenos de cajas con las donaciones que habían conseguido antes de partir.

Antes de llegar al campamento de refugiados hicieron parada en Varsovia y Cracovia para entregar al Banco de Alimentos y a la ONG Médicos del Mundo todos los alimentos y medicamentos que llevaban. El resto de material (productos para bebés y ropa) los dejaron en las organizaciones que operan justo en la frontera y que se encargan de atender a los refugiados que llegan cada día.

«Ya van pesando los kilómetros (se han hecho unos 1.300 cada día), son muchas horas pero estamos muy contentos, deseando llegar», decía este jueves a primera hora de la mañana Inmaculada Polo, la organizadora de la expedición. Según se acercaban, los nervios crecían. «Tenemos sentimientos encontrados porque nos avisan de lo que nos espera, nos dicen que es muy duro lo que ves allí, algo que no debería estar ocurriendo, pero por eso estamos aquí», contaba.

Pero todo lo que les habían advertido se quedó pequeño. Cuando llegaron al campo de refugiados enmudecieron. «No os podéis imaginar la cantidad de solidaridad que hay por todos sitios. Tienen carpas donde dan comida. El resto, no se puede grabar, es duro», comentaban los cacereños en un pequeño vídeo que realizaron nada más llegar. Duro porque había miles y miles de refugiados suplicando ayuda.

Al entrar la noche los tres coches se han separado para recoger a los ucranianos que tenían concertados

Según explican, todos los que logran huir de la guerra y llegan a este punto deben acceder a un edificio en el que se les gestiona todo el papeleo para poder abandonar el país. Y en la calle hay instaladas decenas de carpas donde les dan cobijo y comida. «Por esa puerta pasan todos los refugiados que abandonan la guerra. Hay miles y miles de ucranianos, esto no se puede permitir en el año 2022, es una sinrazón». Se quedaron sin palabras.

En el campamento, además, cada país cuenta con un pabellón donde los voluntarios pueden descargar toda la mercancía. Así que ellos, tras una primera toma de contacto, procedieron a buscar el de España. Todo casi a contrarreloj, porque la recomendación es estar el menor tiempo posible en el interior del campamento para dejar libres los accesos. Son muchos los vehículos esperando para entrar con material para los refugiados.

Tras la descarga, los tres vehículos se separaron. Ya había anochecido en Polonia y cada uno se dirigió a un punto diferente con la esperanza de poder recoger a los ucranianos que traerán de vuelta a Cáceres. Tenían 23 concertados, pero iban casi a ciegas porque no sabían si habrían podido llegar hasta el destino. Al cierre de esta edición aún no habían conseguido recoger a ninguno. En sus planes estaba volverse a reencontrar y pasar la noche en un lugar cercano, para poder retomar el viaje a primera hora de la mañana. La vuelta será más lenta para intentar hacer lo más agradable posible el viaje a sus nuevos compañeros, ya cacereños de adopción.