El Periódico Extremadura

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EL INFORME 'QUE NO JUEGUEN CONTIGO' ANALIZA LAS CAUSAS DE LA LUDOPATÍA

Extremadura, la tercera región con más salones de juego por habitante

Tiene 132, el 88,6% (117) dedicados a apuestas deportivas. Una gran parte está cerca de los colegios. Las asociaciones alertan del aumento de jóvenes adictos: La mayoría tiene ya entre 18 y 23 años

Uno de los salones de juego que hay en la ciudad de Cáceres, situado muy cerca de dos centros escolares. LORENZO CORDERO

«Encontré en el juego una forma de evadirme de la realidad que vivía y en seis meses me pusieron las maletas en la calle. Lo perdí todo». Quien habla es Javier Ponce de León, exludópata cacereño que lleva 15 años en rehabilitación porque, como él dice, el adicto al juego lo es «hasta que muere». Es una adicción crónica, por eso nunca se puede bajar la guardia. Tenía 31 años cuando comenzó a jugar, en su caso en el casino. Ya había entrado con anterioridad en salas de este tipo pero hasta entonces de manera controlada. Esa vez no. Se enganchó. Y aún no sabe por qué.

Entonces vivía en Madrid, estaba casado y trabajaba. Y el casino se convirtió en otra de sus rutinas. Al principio acudía cada tarde, hasta que llegó incluso a dejar de ir a trabajar para jugar. Perdió cerca de 200.000 euros y la familia que estaba empezando a formar. «No me di cuenta, a veces tienes momentos de lucidez, pero te duran dos segundos. Había días que salía del casino y pensaba en la que había liado (en referencia al dinero que había perdido), me prometía que no iba a volver pero daba dos pasos y me tranquilizaba a mí mismo diciendo que mañana lo recuperaría. Y al día siguiente pasaba lo mismo», recuerda.

Tuvo que regresar a Cáceres, a casa de sus padres, donde comenzó a hacer terapia para rehabilitarse. Desde entonces no ha vuelto a jugar, aunque reconoce que a veces ha sentido curiosidad por volver a hacerlo, pero se ha mantenido fuerte. «Mi padre fue el que me guio durante el primer año de terapia y falleció. Volver jugar sería fallarle. Ese es mi escudo, es un lujo que no me puedo permitir», apunta Ponce de León. También le ayuda recordar cómo era y compararse: «Ver cómo estoy ahora es una satisfacción», asiente.

Javier Ponce de León, exludópata cacereño. EL PERIÓDICO

«Encontré en el juego una forma de evadirme y en seis meses lo perdí todo» «Es muy duro mirarte al espejo y darte cuenta de lo cabrón que has sido» «Hay que fijar unos límites en la rehabilitación y mantenerse firme»

Javier Ponce de León - Ludópata rehabilitado

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Desde que comenzó la terapia se unió a la Asociación Cacereña de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Acajer) para intentar ayudar a las personas que están sufriendo lo que él vivió. «No soy psicólogo pero es una experiencia vital que puedo compartir, muchas veces me veo reflejado en ellos», cuenta. Desde el colectivo atienden actualmente a unas 30 personas, la mayoría jóvenes adictos a las apuestas deportivas y al juego online. Y es que Extremadura es la tercera comunidad autónoma con más salones de juego por habitante. Según el informe ‘Que no jueguen contigo’, elaborado por Podemos, en la región existen 132 establecimientos de este tipo, el 88,6% (117) permiten la realización de apuestas en su interior. Con un añadido: La mayoría está cerca de los centros escolares. La Asamblea de Extremadura aprobó un decreto ley en 2019 que establece que estos salones no pueden ubicarse a menos de 300 metros de un colegio o instituto y exige una espacio mínimo de 250 metros entre dos locales de estas características. Lo que ocurre es que la mayor parte se abrieron antes de esa ley, por lo que muchos están a menos de 100 metros de los colegios.

Según estos datos, Extremadura cuenta con 12,47 salones por cada 100.000 habitantes, solo por detrás de Murcia (37,33 por cada 100.000 habitantes) e Islas Canarias (13,32). Además, si solo se atiende a los locales específicos de apuestas, la región es la segunda que más establecimientos de este tipo tiene por habitante (2,45), por detrás de La Rioja (2,53).

Y en el conjunto nacional más de 680.000 personas sufren ludopatía, donde la implantación en el mercado de las casas de apuestas crece a un ritmo del 30% anual desde 2012, movilizando más de 600 millones de euros de 1,7 millones de clientes, mayoritariamente hombres de entre los 18 y los 35 años. Las apuestas online en concreto han aumentado un 30% anual, junto al casino virtual y al póker online, con más de 20.000 millones de facturación. En España, según este informe, hay una sala de juego por cada 5.545 hogares. Aunque en la comunidad extremeña el ritmo de crecimiento se ha estancado este año porque no se ha concedido ninguna licencia, según confirma la Junta de Extremadura.

Los jóvenes, en jaque

Este avance de las casas de apuestas está poniendo en jaque la salud de los jóvenes. El estudio revela que el 25% ha consumido juego y uno de cada cuatro finalmente desarrolla una ludopatía. De hecho, España es el país de Europa con las tasas más altas de ludopatía juvenil inferior a los 20 años. Y es que la adicción al juego también afecta a los menores: Se calcula que hay más de 60.000 con menos de 18 años que están enganchados a las puestas, sin diagnosticar. Y que el 62,1% de los estudiantes de Bachillerato, también menores de edad, juega habitualmente. De ellos, el 22,6% son jugadores problemáticos y el 2,8% ya son ludópatas.

Los datos de este estudio los corroboran las asociaciones dedicadas a ayudar a los adictos al juego en la región. Según explican, ha cambiado el perfil del ludópata, que ahora es hombre y veinteañero, sin necesidad además de pertenecer a una familia desestructurada. «El índice de ludopatía se ha disparado en los últimos años. A la asociación cada vez vienen chicos más jóvenes y no tiene nada que ver con venir de familias desestructuradas, yo no lo era ni era un infeliz y caí en el juego», reconoce Javier Ponce de León.

El aumento de la ludopatía se notó durante la pandemia, pero no para de subir. Solo en las últimas tres semanas una decena de personas ha pedido ayuda a la Asociación Extremeña de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Aexjer), entre los que hay también varias mujeres (las menos). «No es que no haya mujeres ludópatas, sino que a ellas les cuesta más acudir a pedir ayuda. Eso tiene que empezar a cambiar», afirma el presidente del colectivo, Antonio Regalado.

La causa del aumento de la adicción al juego es el auge del juego online. «Puedes jugar las 24 horas todos los días de la semana y además es algo anónimo, porque puedes estar jugando desde tu móvil y el que está al lado no se entera. Y eso, unido a que el dinero no se toca porque no es físico, por tanto no tienes la sensación de realidad de lo que has perdido o has ganado, es una amenaza», advierte Javier Ponce de León.

Cuando los jóvenes llegan a las asociaciones, suelen hacerlo forzados por las familias. «Llegan hipotecados, hundidos económicamente y muchos ahogados por los microcréditos, hay casos en los que han llegado a pedir seis o siete», comenta Antonio Regalado. Los colectivos cuentan con psicólogos que realizan terapias tanto con los afectados como con sus familias (son individuales y grupales). Pero actualmente, debido al perfil de los jugadores, cada vez son más los que deciden abandonar las sesiones. «La base de la recuperación es el jugador, pero la familia es un apoyo fundamental. El problema es que ahora las familias son más permisivas y no son capaces de mantenerse firmes durante el tiempo de terapia», reconoce Ponce de León. Se refiere a que durante toda la rehabilitación se imponen unas pautas de obligado cumplimiento: No tener acceso a dinero, estar localizado, no beber alcohol ni consumir drogas y no tener acceso a cuentas bancarias.

Para lograrlo, las familias tienen que hacer una labor de control. «Muchos tienen la sensación de estar presos, pero ellos han tenido una libertad y no han sabido gestionarla, por eso al principio es importante controlar cada paso, luego se va suavizando», explica Javier Ponce de León. «El problema de la ludopatía -añade- es que, aunque se descubra el pastel, no todo el mundo es capaz de aguantar una terapia, es muy duro mirarte al espejo y darte cuenta de lo cabrón que has sido». 

«Hasta en el juego hay distinciones por sexo»

La psicóloga, Fátima Rufo.

La psicóloga, Fátima Rufo. EL PERIÓDICO

¿Qué perfil tiene el ludópata actual?

Hay distinciones entre sexos. Los varones comienzan a jugar a los 18 años aproximadamente y las mujeres entre los 35 y los 40. Los hombres habitualmente se enganchan a través de juegos online. Las mujeres con más frecuencia a las máquinas tragaperras y al bingo. Además las mujeres con ludopatías suelen pedir menos ayuda, y en muchos casos desemboca en depresiones cuya gravedad podría llegar incluso a intentos autolíticos. En los hombres la enfermedad suele ir ligada además a otros trastornos, fundamentalmente al alcoholismo.

¿Qué puede hacer sospechar a los familiares de que hay un problema de ludopatía?

Desde una tendencia al aislamiento en la habitación durante largos periodos de tiempo, cambios bruscos de humor, disminución del rendimiento escolar, disminución de la comunicación verbal y/o afectiva, abandono de otros intereses y aficiones habituales, trastornos del sueño, pérdida de responsabilidades, gastos más elevados de lo habitual e incluso descuido en su aseo e imagen personal. Lo fundamental es detectarlo a tiempo y consultar con los profesionales

¿Y a un adicto?

Se podría hablar de problemas en el juego cuando se dan cuatro o más de los siguientes criterios: Preocupación excesiva por el juego;_necesidad de jugar incrementando la cantidad de dinero, con el objetivo de lograr la excitación deseada; inquietud o irritabilidad cuando se intenta reducir o dejar de jugar o fracasos repetidos en los esfuerzos por controlar el juego. También realizar repetidamente esfuerzos de controlar, reducir o dejar de jugar sin éxito, utilización del juego como vía de escape de los problemas o de alivio del malestar emocional, intentos repetidos de recuperar el dinero perdido, ocultar o mentir sobre la importancia del juego en su vida, poner en peligro o perder relaciones personales, trabajos u oportunidades a causa del juego o apoyo económico reiterado por parte de la familia y amigos para aliviar situaciones financieras causadas por el juego.

¿Qué tratamientos o terapias se realizan con los ludópatas?

Cada caso es único y que hay que valorarlo dentro de equipos interdisciplinares y desde un enfoque integrador. En el caso de las ludopatías el tratamiento que ha demostrado ser más eficaz es el psicológico y desde un enfoque cognitivo-conductual. Va dirigida a impedir y/o limitar las posibilidades de juego; modificar los pensamientos irracionales sobre el juego y, en especial, sobre el azar y la posibilidad de controlarlo; realizar autoexposición al juego dirigido a reducir los estímulos asociados (sonidos, lugares, personas…) que provocan el deseo de jugar; ayudar a que la persona desarrolle nuevas actividades o retome antiguas que le resulten agradables y le faciliten recompensas y entrenamiento en resolución de problemas y toma de decisiones. Se combina además con terapia grupal, mediante grupos de autoayuda donde se trabaja especialmente la prevención de recaídas y donde se les enseñan habilidades que le permitan afrontar con eficacia situaciones de riesgo, a fin de prevenirlas o superarlas. Y, por supuesto, durante todo el proceso hacer partícipe a la familia para que reciban el asesoramiento y apoyo que necesitan. 

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