Los promotores de Aguablanca prevén iniciar los trabajos en la mina tras el verano

La mina Aguablanca podría empezar a tener actividad después del verano. El proyecto para explotar el yacimiento de Monesterio va avanzando tras meses de trabajo entre los promotores y el Ministerio de Transición Ecológica, del que depende este recurso, considerado "estratégico". Esta semana se ha publicado en el BOE (Boletín Oficial del Estado) el inicio del periodo de exposición pública del plan de restauración y los empresarios que se hicieron con el accionariado Río Narcea (titular del derecho de explotación) comienzan a poner fecha al inicio del movimiento allí una vez que se ha desatascado la tramitación para proceder a la reapertura de la mina.

La idea es que los primeros trabajos sobre el terreno puedan comenzar "después del verano", según confirman a este diario fuentes de Phi4tech. Son estos empresarios los que se quedaron con los derechos de Río Narcea para volver a extraer níquel en Aguablanca. Esos primeros trabajos estarían orientados a poner en marcha la mina y requerían de unos 70 trabajadores y de un periodo de entre seis meses y un año en función de la situación del yacimiento. Hay que recordar que la extracción de mineral se abandonó allí en 2015 aunque se solicitó (y se aprobó) una autorización para la explotación subterránea de la mina en 2017 que nunca llegó a ponerse en marcha y que tenía ya una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable. Ese permiso es el que se trata de reactivar ahora con una actualización del proyecto de explotación (se solicitó formalmente a la subdirección general de Minas del Ministerio de Transición Ecológica el pasado 23 de marzo) y para el que se requiere actualizar también el plan de restauración que contemplaba el proyecto inicial a los requerimientos de esa DIA. Ese plan de restauración es el que acaba de salir a exposición pública para para que se presenten alegaciones hasta el próximo 14 de marzo. Después la empresa tendrá que dar respuesta a los requerimientos que les trasladen, y con eso, el Ministerio de Transición Ecológica deberá decidir sobre el plan de restauración de la mina y dar o no su aprobación. Con la respuesta afirmativa se despejará el camino para poder iniciar la actividad.

"Entendemos que estamos en el buen camino; ya contamos con los informes del Ayuntamiento de Monesterio y los que dependen de la Junta de Extremadura y estamos pendientes de los de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir", señalan las mimas fuentes. Cuentan con que no habrá contratiempos en la tramitación que queda por delante y que después del verano comenzarán las primeras operaciones en Aguablanca, entre ellas las dirigidas a extraer el agua que se ha almacenado en el fondo de la corta y que ha inundado las galerías desde que se abandonó el yacimiento. Ese agua se pretende reutilizar en la balsa que se usará durante el proceso extractivo.

La extracción del mineral se iniciará "entre seis meses y un año" después de que se pongan en marcha esos trabajos iniciales. Eso sitúa la entrada en funcionamiento de la mina a mediados de 2024 si no hay contratiempos y ya supondría la contratación de alrededor de 350 personas, muchos de ellos trabajadores que ya estuvieron en Aguablanca hasta 2015. La empresa y el Ayuntamiento de Monesterio llevan tiempo trabajando en esa cuestión.

Nuevos sondeos en Aguablanca

La documentación que incluye el plan de restauración del proyecto de explotación que se somete a información pública contempla la reapertura del yacimiento "mediante minería interior, aprovechando las infraestructuras ya existentes", recoge la documentación. La previsión es utilizar las instalaciones y servicios que ya estuvieron en funcionamiento en la primera etapa de actividad de la mina de Monesterio (planta de beneficio, balsa de agua, balsa de estériles y las dos escombreras) con las superficies que ocupan en la actualidad.

El yacimiento se compone de sulfuros magmáticos ricos en níquel, cobre y minerales del grupo platino. La previsión es que la extracción se haga mediante perforación o voladura y que se trate después allí para obtener el concentrado de cobre y níquel en forma de polvo seco. Según el mismo documento, se estima que se puedan obtener tres millones de toneladas de mineral en un periodo de cuatro años, aunque los empresarios trabajan ya en nuevos sondeos en la zona para prolongar la vida de la mina al menos hasta los ocho años. De momento los resultados "están siendo positivos", según han confirmado a este diario. Eso modificaría también la previsión inicial en cuanto a la extracción de mineral.

Ocho millones para la restauración del terreno

El plan de restauración cuenta con un presupuesto de 8,2 millones, de los que se estima que 4,2 serán destinados a labores de restauración de las instalaciones de residuos mineros, entre ellos el desmantelamiento de los equipos, la revegetación con siembras a medida de la zona afectada por la mina de interior, o la actuaciones para desmantelar los equipos de la balsa de agua o drenar la balsa de estériles y devolver la zona a su situación actual con un plan de revegetación.

Algunos de los trabajos de restauración ya se han puesto en marcha en estos años tras el cese de actividad que se activó en 2015, principalmente en el caso de las escombreras; y en ellos el nuevo plan de restauración propone mantener esos trabajos y los que estaban definidos para esos espacios en el plan anterior. Para el resto, una vez que cese la actividad, se plantean en primer lugar labores previas de remodelación del terreno en algunas de las superficies, con el fin de "conseguir una apariencia más natural, de manera que la topografía se integre en el paisaje circundante, evitando desniveles o resaltes que puedan afectar a la posterior restauración ambiental" y también "facilitar la evacuación de las aguas de escorrentía, evitar procesos de erosión hídrica superficial, minimizar la infiltración e impedir la formación de zonas deprimidas o encharcamientos".

Entre las medidas más relevantes, el plan de restauración proyecta "la inundación del hueco minero y la creación de un lago artificial en la corta", porque se considera que esa opción "favorecerá la integración paisajística de la instalación y su posible uso a largo plazo como recurso educativo, cultural o social".

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