Radiografía tras el 28 de mayo

Ciudadanos: la naranja se exprimió

El partido nació en la región en 2014, ha estado en el Parlamento dos legislaturas, pero ahora se esfuma. Ha sido la formación minoritaria con más escaños en la historia de Extremadura, pero nunca decisivos. Su futuro se decidirá en un próximo comité regional que convocará Baselga en los próximos días

Los tres líderes de Ciudadanos en los últimos ocho años: Cayetano Polo (2019), Fernando Baselga (2023) y María Victoria Domínguez (2015-2019).)

Los tres líderes de Ciudadanos en los últimos ocho años: Cayetano Polo (2019), Fernando Baselga (2023) y María Victoria Domínguez (2015-2019).) / EL PERIÓDICO

Llegaron a la política con la intención de romper el bipartidismo, y no se quedaron muy lejos de conseguirlo, pero no. Los resultados de las elecciones autonómicas del 28 de mayo han certificado el hundimiento general de Ciudadanos, un partido que llegó a Extremadura en 2014 y que ha logrado irrumpir en el Parlamento regional en dos legislaturas como ninguna otra formación minoritaria antes (con hasta 7 diputados), pero que parece haber llegado a su fin. O al menos al fin de una etapa. 

La naranja de la que hacía gala el partido se exprimió: en menos de una década ha conocido el éxito y la derrota. ¿ Y ahora qué? El futuro está por ver, pero la marcha de la política de una de las caras más reconocibles de la formación a nivel nacional y actual portavoz en el Congreso, Inés Arrimadas, no augura un buen final. No obstante, el partido por ahora no se ha planteado su disolución, aunque ya ha anunciado que, por primera vez desde su explosión, no concurrirá a unas elecciones generales, las del próximo 23 de julio.

En Extremadura, su último líder, Fernando Baselga, está tomando aire antes de desvelar los siguiente pasos. Fuentes del partido liberal en la región confirman a este diario que están pendientes de la celebración de un comité autonómico, que será en los próximos días, en el que se analizará la situación actual de la formación tras la debacle del pasado domingo y se tomarán las decisiones oportunas. 

Tres elecciones a la Junta

La caída ha sido dura. El partido naranja concurrió por primera vez en las elecciones autonómicas de 2015 y logró más de 27.800 votos que le hicieron superar el 4% de representación y entrar en la Asamblea de Extremadura con un escaño. Lo ocupó la impulsora en la comunidad y líder entonces, María Victoria Domínguez, que fue además la secretaria tercera del Parlamento durante aquella legislatura. 

Cuatro años después, Domínguez dio un paso al lado y con Cayetano Polo como cabeza ahora de cartel, el partido escaló y casi triplicó sus primeros resultados. En los comicios autonómicos de 2019 obtuvo más de 68.100 papeletas, el 11,1%, y consiguió sentar a siete diputados en el Parlamento regional en una legislatura con mayoría absoluta del PSOE, por lo que tuvieron poco poder de decisión. No fue así en grandes ayuntamientos de la comunidad, como el de Badajoz, donde el partido llegó incluso a un acuerdo con el Partido Popular para repartirse la alcaldía. 

Pero la formación naranja se desinfló definitivamente este domingo. En las últimas elecciones autonómicas Ciudadanos, con Fernando Baselga como líder, perdió casi 63.000 de los apoyos que tuvo cuatro años atrás. Apenas consiguió 5.400 votos, el 0,88% de representación, que saca a sus siete diputados de la Asamblea. La formación liderada por Antonio Granero, Juntos por Extremadura, incluso les ha triplicado en número de papeletas (sacó más de 15.000). Del éxito a la derrota en menos de una década.  

¿Qué ha pasado? A nivel regional, la formación prefiere mantener el silencio desde la noche del pasado domingo hasta la celebración del comité regional, pero qué duda cabe que a la formación le ha pasado factura la situación nacional. La falta de entendimiento del líder en 2019 con el PSOE de Pedro Sánchez motivó una repetición electoral y un bloqueo político que acabó pasando factura al partido y terminó con la retirada de Albert Rivera de la vida política tras 13 años al frente de la formación que él mismo fundó en Cataluña para plantar cara al nacionalismo. 

Ciudadanos se sumió en el vértigo sin el único líder que había tenido hasta entonces y aunque intentó refundarse, las urnas dicen que no lo ha conseguido. La formación se ha borrado de los 12 parlamentos autonómicos que celebraron comicios el pasado domingo.

Desde enero de 2023, la formación la lideraba Adrián Vázquez, que ganó las primarias frente a Edmundo Bal. Y desde ese mismo mes en Extremadura el partido naranja estaba en manos del abogado Fernando Baselga, un conocido de la política extremeña y uno de los siete diputados de la última legislatura. El último candidato regional del partido, aunque era de esperar el hundimiento de Ciudadanos que ya auguraban todas las encuestas, ha mantenido intacta la esperanza toda la campaña. «Seguimos muy vivos», argumentaba su equipo. Sin duda, la situación nacional de la formación, muy lastrada desde la marcha de Rivera, ha pasado factura en la región. 

Baselga se unió a Ciudadanos en 2016 y tomó las riendas del partido en febrero de este 2023 cuando fue designado portavoz del grupo parlamentario. Antes que él capitaneó la formación el diputado regional David Salazar que a su vez sucedió en el puesto a Cayetano Polo. El candidato a la Junta de Extremadura en 2019 cosechó sus mejores resultados electorales, pero abandonó Ciudadanos un año después (en septiembre de 2020) por discrepancias con la dirección nacional tanto en la forma de elección de los órganos internos del partido como por los pactos alcanzados en comunidades y ayuntamientos tras las elecciones, argumentó. 

Él había ocupado el puesto de la mujer que impulsó la creación de Ciudadanos en Extremadura, la abogada María Victoria Domínguez, que en 2014 fusionó su propia formación (Unión del Pueblo Extremeño) con el partido naranja cuando dio el salto fuera de Cataluña. «Había gente de Badajoz que se había movilizado y me presenté a las primarias en 2015», recuerda. Ganó y fue la primera y única diputada regional de Ciudadanos de 2015 a 2019. Ella fue la impulsora de que la naranja, que ahora parece que ya ha exprimido todo su jugo, echara a rodar en el tablero político regional. 

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