efectos del visto bueno al proyecto minero

¿Aguablanca pulsa la industrialización?

El visto bueno a la reactivación de Monesterio es el primer eslabón de una cadena que incluye otra mina con litio y dos industrias en Cañaveral y Badajoz

La previsión es que el proyecto global esté en marcha en 2025

VÍDEO | Así son las instalaciones de la mina de Aguablanca

Río Narcea

«¿Qué tiene que ver una tecnológica con una minera y una inmobiliaria?». La pregunta la lanzaba al aire este lunes el portavoz de Río Narcea Alejandro Ayala, hablando del visto bueno a los permisos de la mina de Aguablanca que devolverán la actividad al yacimiento de níquel de Monesterio. Por lo visto, tienen mucho que ver. En realidad Aguablanca es uno de los eslabones en la cadena de un proyecto más amplio que prevé 1.300 empleos, una inversión que ronda los mil millones, y cierra el círculo de la actividad minera, la primera transformación y el aprovechamiento industrial de los minerales que se extraigan (al menos en una parte, porque hay compradores cerrados también fuera en el caso del litio) en suelo extremeño. 

Las cifras de ese primer eslabón incluyen 25 millones de inversión y 330 empleos desde el próximo verano, y al menos durante seis años autorizados inicialmente para la explotación, que podría llegar a los diez años.

Una batería disruptiva

Pero Río Narcea, la empresa tras la mina de Aguablanca, está vinculada a través de sus socios a Lithium Iberia, que trabaja en los permisos para explotar la mina de litio de Cañaveral; y a su vez ambas están ligadas del mismo modo a Phi4tech, la firma que montará una planta de cátodos en Cañaveral para procesar el litio que se extraerá allí y que ha iniciado ya en Badajoz las obras de la planta de supercondensadores, en los que se usarán esos cátodos y también el níquel de Aguablanca para otro de los componentes de esas baterías destinadas a renovables. 

¿Y la inmobiliaria? «Es la tercera pata del proyecto y es también esencial. Vamos a provocar con estos proyectos que se deje de ir el talento que tenemos aquí y que llegue además otro. Eso va a requerir vivienda y ahí es donde entra la inmobiliaria», apunta.

Todo nació en Phi4tech, con el desarrollo de una batería con una composición química «que entendemos que es disruptiva», apunta Ayala sobre el elemento en torno al que han ido desarrollando toda la cadena de valor. «Por muy buena que sea mi batería, si las materias primas las manejan terceros y se me disparan los precios, nadie me va a comparar mi batería», fue el planteamiento continuación. Y buscando posibles minas en las que estuvieran los componentes que necesitaban, fundamentalmente el litio, llegaron a la veta que atraviesa Extremadura y Portugal y a la mina de Las Navas de Cañaveral, que ya estuvo en funcionamiento. 

Monesterio es el primer eslabón de una cadena con proyectos mineros e industriales por unos mil millones

En 2018 ampliaron los permisos Retamar y Ampliación Retamar, que les permiten actuar en las 264 cuadrículas mineras (unas 8.000 hectáreas); y comenzaron los trabajos de prospección que confirmaron el interés minero del yacimiento y activaron la maquinaria administrativa. En estos momentos está en trámite el permiso de explotación que se espera que se resuelva a finales de 2023 o principios de 2024, con el fin de que la mina pueda estar en marcha a lo largo de 2025. La inversión en este proyecto es de 340 millones y la previsión es extraer litio durante 30 años (los seis primeros a cielo abierto y los 24 restantes en galería) y crear 430 empleos directos en este proyecto, que incluye una planta de refinado y transformación del litio en hidróxido de litio, el componente que se usa para las baterías. La producción de Las Navas permitiría 

Y ese litio es el que conectó inicialmente los proyectos mineros con las iniciativas industriales, al que se unió más tarde el níquel de Monesterio cuando nadie se interesaba por esa mina. Las dos apuestas industriales son de Phi4tech. 

En Cañaveral se ha proyectado una planta de cátodos en los que se usará ese hidróxido del litio que se extraerá en otra planta de la misma localidad. El cátodo es uno de los dos componentes básicos de las baterías (el otro es el ánodo, en el que se usa el níquel de Aguablanca) y la planta que los producirá proyecta otros 360 empleos directos. La ejecución está a la espera de que se autorice el permiso de la mina.

De Cañaveral a Badajoz

Mientras tanto en Badajoz se está construyendo ya el segundo proyecto industrial, una planta de supercondensadores orientada al almacenamiento y las energías renovables, y que incluye un centro de investigación con una plantilla de 150 trabajadores entre ambos proyectos. Las obras avanzan «a buen ritmo», según confirman fuentes de la empresa, con la previsión de que la primera línea de producción de supercondensadores entre en producción en 2025 y cierre con eso la cadena de valor. 

La única duda es si esa cadena se podrá ampliar con otros eslabones porque está en trámite también la gigafactoría de baterías de Navalmoral de la Mata que promueve Envision y que está a la espera de conocer si las ayudas del PERTE del Ministerio de Industria desatascan por fin el proyecto. La firma china es un potencial cliente del litio de Cañaveral yapalancaríaa en suelo extremeño la transformación de sus recursos mineros. 

Suscríbete para seguir leyendo

TEMAS