Representante vecinal de Badajoz

Paqui Yáñez: «Yo no gano dinero, pero sí satisfacción personal por ayudar al barrio»

Paqui Yáñez lleva 25 años de presidenta de los vecinos del barrio pacense de Santa Engracia y ahora busca a alguien que asuma su cargo

«En Badajoz hay barrios de primera, segunda y tercera, pero todos pagamos impuestos»

Paqui Yáñez, presidenta de la Asociación de Vecinos de Santa Engracia, Badajoz.

Paqui Yáñez, presidenta de la Asociación de Vecinos de Santa Engracia, Badajoz. / Santiago García Villegas

Francisca Yáñez Oliva (Badajoz, 1951) más conocida en su barrio como Paqui, es la presidenta de la Asociación de Vecinos de Santa Engracia desde hace 25 años, aunque lleva colaborando con la agrupación desde 1983.

La presidenta recuerda que con seis años ingresó en un colegio interno porque «tenían que operar a su madre» y desde ahí supo que ella quería «ayudar a los demás de alguna manera».

«Empecé a colaborar con la barriada porque mi marido era el presidente y yo le hacía los escritos», explica. Las puertas de su casa estaban abiertas a todas horas para atender a los vecinos y ayudarles a cualquier gestión. «Era el granito de arena que yo podía aportar porque en aquel momento trabajaba de auxiliar administrativo, de hecho, llegué a ser secretaria de Ricardo Carapeto Burgos», rememora.

Yáñez durante la entrevista en la sede vecinal de Santa Engracia.

Yáñez durante la entrevista en la sede vecinal de Santa Engracia. / Santiago García Villegas

En 1999 su marido deja el cargo de presidente y la gente del barrio empieza a pedirle que sea ella quien coja ella las riendas de la asociación. «En ningún momento me dio miedo, al contrario, sabía lo que era el movimiento vecinal y decidí comprometerme», asegura.

Recordando el número de mujeres en otras asociaciones, menciona nombres como el de «Antonia Nieto, Carmen Alor y Juana Moreno», quienes la han acompañado en la lucha vecinal por mejorar los barrios de la capital pacense. «Antes había más mujeres que ahora en el tejido asociativo y más personas dispuestas a participar en las distintas asociaciones», cuenta.

Un barrio con «identidad propia»

Yáñez, como todos los representantes de las asociaciones vecinales, realiza un trabajo «gratuito» y «sin límite de horas». «A la gente le cuesta creer que no cobramos por estar aquí, yo tiendo a pensar que el que no lo cree es porque no sería capaz de hacerlo», narra. «Trabajamos como la funeraria, sin hora, siempre estoy a disposición de los vecinos», añade.

«A mí no se me pega un euro al bolsillo, pero del mío sí que sale algo para dar a los demás», afirma la representante vecinal. Un cargo que representa con el objetivo de «ayudar», ya que siempre le ha generado «satisfacción personal».

Uno de los miedos de la presidenta es «no tener quien la releve» en el barrio. «Yo ya me quiero retirar, son muchos años al frente y estoy cansada», explica. 

Según narra Yáñez a este diario, «a pesar de la mala fama que se le ha dado a los barrios de la margen derecha, tienen un tejido asociativo inigualable y todas las asociaciones cooperan entre sí».

En todos los años que ha estado como presidenta vecinal, siente «rabia» de ver «cómo el Ayuntamiento de Badajoz da la callada por respuesta» a las peticiones de las diferentes asociaciones de vecinos. «Nosotros hacemos un trabajo que si ellos lo tuvieran que hacer, les saldría mucho más caro», afirma. «No dignifican el trabajo altruista que hacemos, no nos respetan», añade. Para ella, en Badajoz existen «barrios de primera, segunda y tercera clase». 

«Una vez pasé por Santa Marina y vi que estaban quitando unas baldosas nuevas para poner otras mejor. Pues por la tarde, me reuní con la Concejalía de Vías y Obras y les dije: lo único que quiero es que las baldosas que habéis retirado de Santa Marina, las instaléis aquí», recuerda entre risas.

La barriada de Santa Engracia y la de la Uva son barrios con «identidad propia» que se han ido deteriorando con el paso de los años, sin que se haya llegado a invertir en ellos. «Aunque para el ayuntamiento seamos de tercera categoría, pagamos nuestros impuestos igual que los demás», recuerda al mencionar el estado de las calles del vecindario. «Aquí viven muchas personas mayores y no pueden ni salir de casa porque por estas calles no se puede transitar»,  se lamenta.

Quitando hierro a la situación del asfaltado y del acerado, Yáñez cuenta qué es lo que más le gusta de vivir en la barriada de Santa Engracia: «El aire fresco que respiramos, porque al estar en alto, respiramos mejor y tenemos unas vistas privilegiadas del río Guadiana».

A Yáñez se le ha quedado marcado un recuerdo en todos estos años de representación: «Cuando vinieron los arquitectos de Madrid y nos dijeron que les gustaba la manera que tenemos de vivir en este barrio, porque aquí nos queremos todos». Así le gusta explicar a la representante vecinal cómo es la barriada, como «un pueblo dentro de una ciudad» en donde todos «tienen sentimiento de barrio»

Paqui Yáñez  en el despacho de la sede vecinal de Santa Engracia.

Paqui Yáñez en el despacho de la sede vecinal de Santa Engracia. / Santiago García Villegas

Ahora pide con urgencia que se mejore la accesibilidad de las calles de la barriada y «no parará» hasta conseguirlo. «Se ha hecho un estudio que desvela que con 900.000 euros se pueden arreglar todas las calles», dice.

Tras 25 años al frente de la asociación, Paqui Yáñez ha luchado para que los vecinos de Santa Engracia sean escuchados en el consistorio municipal. Además, ha organizado numerosos eventos con el fin de hacer disfrutar a la barriada. Una labor que facilita el día a día de los habitantes de la margen derecha de Badajoz.

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