Crónica del paso de la borrasca Juan por Badajoz: carreteras cortadas, inundaciones y casas aisladas

El ayuntamiento activó el Plan de Emergencias Municipales y movilizó todos los recursos disponibles

José García espera a que amaine en la puerta de casa para evaluar los daños en su cochera. | S. GARCÍA

Badajoz se despertó este viernes con la alerta Nivel Amarillo por las fuertes precipitaciones activada por el Centro 112.

Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en la ciudad se recogieron durante el día de ayer 56,2 litros por metro cuadrado, coronándose como el cuarto municipio más lluvioso de la región por detrás de Serradilla, Alcuéscar y Tornavacas. «Son localidades en las que la lluvia ha caído con más fuerza pero también es más habitual porque están a más altura y geográficamente, más al norte. En Badajoz ha llovido extraordinariamente», explica a este diario Marcelino Núñez, delegado territorial de la Aemet.

El dato promedio de precipitaciones en Badajoz sube aún más con los datos recogidos durante el paso de la borrasca Irene. Solo el día 17 de enero se recogieron en la ciudad 38,6 litros por metro cuadrado. Ayer cayeron casi 20 más. La mañana fue, en palabras del alcalde, Ignacio Gragera, «muy complicada». Tanto es así que el ayuntamiento activó el Plan de Emergencias Municipales, cerrando al público toos los parques e instalaciones deportivas.

Las enormes balsas de agua en las carreteras de acceso a la ciudad -y su posterior corte- crearon un auténtico caos en la circulación de vehículos. Las rotondas de Sinforiano Madroñero amaneciaron totalmente anegadas, así como la rotonda que da acceso a la carretera de Olivenza, donde las retenciones de vehículos se alargaban por varios minutos. Lo mismo ocurría en la rotonda que une la carretera de Olivenza con la avenida Príncipe de Asturias.

En la carretera de Valverde una gran balsa de agua hacía que los coches tuvieran que circular de uno en uno en una vía de tres carriles. Minutos después de las nueve y media de la mañana, se decidió cortarla y trazar un desvío por un camino secundario. Fue una reacción en cadena: tras la primera, se cerraron la de Olivenza y La Corte, así como zonas concretas del Cerro de Reyes -la avenida Luis de Góngora, concretamente el tramo entre la rotonda de las grullas y las calles que dan acceso a Santa Clara-. Los vecinos a pie intentaban seguir con su rutina pero las autoridades impedían el paso, recomendándoles la vuelta a casa.

Barriada de llera, el barrio más afectado

En algunas calles de la barriada de Llera la situación preocupa a los vecinos. Cristian Rubio aseguraba que ya no podía mover el coche. «A ver si el agua me deja sacarlo porque si no, estoy atrapado». José García recibió una llamada de un familiar avisando de que el agua estaba entrando en el patio de su vivienda. Confesaba estar asustado y a la espera, desde su garaje no dejaba de mirar al cielo. «Me he vuelto y he dejado el coche en la acera para que no se me atasque. Estoy evaluando daños pero por ahora solo queda esperar». Los propios vecinos fueron los que abrieron laos sumideros. «Esto se pone siempre malamente pero lo de hoy no lo he visto yo antes», decía.

Una jornada en la calle

Según informa el consistorio, durante todo el día se desplegaron no solo los servicios de emergencias sino también Protección Civil, el servicio de Aguas, Limpieza, Vías y Obras y Parques y Jardines para hacer de las balsas de agua «un mal recuerdo» en el menor tiempo posible. También el personal del Instituto Municipal de Servicios Sociales se desplazó a distintas zonas de la ciudad y sus pedanías para cubrir necesidades.

La Policía Local intervino ayer en uno de los rescates más llamativos del día -y que más se difundió en redes sociales-. En la carretera de Madrid, frente a la venta Don José, tuvieron que actuar para socorrer a un conductor que quedó atrapado en su vehículo al quedar las ruedas delanteras de este enganchadas en un bache. La víctima, con el agua a la altura del espejo retrovisor y las ruedas traseras en el aire, pedía auxilio por la ventana. Consiguió salir ileso y por su propio pie.

Cruz Roja también desplegó en la ciudad un alto número de efectivos. Los ciudadanos pudieron ver una ambulancia 4x4, una ambulancia convencional, tres vehículos todoterreno y tres vehículos de transporte. También un equipo de rescate acuático. «En total han sido unos 30 efectivos los que han trabajado hoy», explicaba Víctor Domínguez, responsable en Extremadura.

El día, afortunadamente, se saldó sin daños personales.

«No se si pasaré aquí la noche»

Aunque no hubo que lamentar daños personales provocados por la borrasca, la meteorología hizo que los vecinos de distintas zonas de Badajoz tuvieran el alma en vilo durante todo el día de ayer. 

En Gévora, las autoridades decidieron cortar el acceso a las casas aisladas como medida de prevención ante las precipitaciones que caían en la zona. Así lo hicieron saber alrededor de las 13.00 horas. Apenas unos minutos después, varios vecinos fueron voluntariamente desalojados como medida de prevención.

Los habitantes del paraje avisaban horas antes de que «la cosa está chunga». Ángel, propietario de una casa en la zona, confirmaba que «yo tengo la casa en alto pero las que están pegadas al río se pueden inundar en cualquier momento». Almudena, que ya ha sido desalojada varias veces antes que esta debido a las tormentas, aseguraba que «yo no se si pasaré la noche aquí». 

El caudal del río Gévora no sorprendía pero sí preocupaba a los gevorenses, que constantemente se asomaban «a ver cómo va». Protección Civil estuvo durante toda la mañana controlando el nivel del mismo y hasta la zona se desplazó Ignacio Gragera acompañado del Superintendente de la Policía Local, Rubén Muñoz, para interesarse por el estado de los vecinos y de las labores de emergencia. 

Rescate de animales

En la Dehesilla de Calamón fue durante la tarde, sin embargo, cuando se vivieron momentos de angustia: el Calamón se desbordó y dejó aislados a los vecinos de la urbanización.

Guardia Civil se personó en la zona para alertar a los vecinos. «Los puentes están anegados, taponados por la vegetación, y corren peligro. Puede ser que los arranque la fuerza del agua», explicaba Santiago, vecino. Hasta el lugar se trasladó Cruz Roja, que confirmaba que los dos puentes que dan acceso a la urbanización desde la carretera de Valverde estaban impracticables. «Están superados por el agua y la urbanización ha quedado aislada». Estos tuvieron que realizar intervenciones de rescate de animales y de búsqueda de vecinos a los que no localizaban, sin que ninguna de ellas revistiera gravedad.

Algunos vecinos con pluviómetro llegaron a registrar, afirmaban, la caída de 10 litros por metro cuadrado en diez minutos.