Premio Nacional de Historia | Encarnación Lemus Historiadora

Encarnación Lemus: «Ser Premio Nacional de Historia compensa décadas de esfuerzo»

La especialista en el exilio español ha sido galardonada por su obra Ellas. Las estudiantes de la Residencia de Señoritas

Encarnación Lemus.

Encarnación Lemus. / EL PERIÓDICO

Encarnación Lemus López (Villafranca de los Barros, 1960) es una historiadora e investigadora especializada en el exilio español y en la transición democrática. Además, es catedrática de Historia Contemporánea por la Universidad de Huelva. El año pasado ganó del Premio Nacional de Historia de España con su obra Ellas. Las estudiantes de la Residencia de Señoritas.

A lo largo de toda su carrera, ¿qué diría que ha supuesto para usted la investigación?

La investigación es la fuerza que mueve mi vida. En España es complicado investigar sin estar ligado a la universidad y, por lo tanto, el ser profesora universitaria aúna docencia e investigación. Hay muchos tipos de investigación; yo soy investigadora de archivo. Me encanta el contacto directo con la documentación. El leer papeles me ha llevado a encontrar muchos tesoros a lo largo de mi trayectoria.

El jurado que ha valorado su obra la califica como «obra coral escrita con gran elegancia y con un enfoque original. Un retrato generacional y socioprofesional de aquellas españolas que protagonizaron una auténtica revolución». ¿Cómo se toma estas palabras?

Me compensan de décadas de esfuerzo. Los investigadores de humanidades llegamos poco a la sociedad y cuando una de tus obras adquiere un reconocimiento mayor, te reconforta de muchos esfuerzos. Yo no me imaginaba llegar a ser Premio Nacional de Historia porque desgraciadamente, suele haber pocas mujeres que ganen este premio.

Ellas. Las estudiantes de la Residencia de Señoritas, es una obra que habla sobre mujeres referentes en España. ¿Por qué escogió esta línea de investigación?

Mi línea preferente de investigación no son los estudios de género. Yo me he dedicado mucho más a la historia de la política exterior de la dictadura franquista y de la transición española, pero siempre he tenido especial sensibilidad para reconstruir historias que tengan a la mujer como protagonista. Fue al participar en un máster de estudios de género cuando encontré información de correspondencia que me pareció interesante y me puse a sacar partido a todas las cartas e información que había sobre ellas.

Encarnación Lemus trabaja en la Universidad de Huelva

Encarnación Lemus trabaja en la Universidad de Huelva / EL PERIÓDICO

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¿Quiénes son las estudiantes de la Residencia de Señoritas?

En aquellos tiempos, los hombres estudiaban en pensiones de mala muerte y los padres de las jóvenes de clase media no iban a dejar que sus hijas se fueran a Madrid a estudiar en sitios inseguros y mal vistos. Este centro permitió que las jóvenes salieran de sus pueblos para acceder a estudios superiores en un centro que estuviera bien visto. Aquí estudiaron jóvenes muy luchadoras porque hay que pensar en lo difícil que era salir de tu pueblo en aquel momento. En aquella época este hecho era toda una aventura. Ellas estaban convencidas de que iban a ser profesionales en un futuro y se veían libres de decidir sobre ellas mismas. Lo curioso es que no eran familias riquísimas porque las hijas de las familias de clase alta no necesitaban una profesión para vivir bien en un futuro. Las estudiantes de la residencia eran hijas de maestros, abogados, médicos, etcétera; y conscientes de que cuando muriera su padre necesitarían cierta autonomía y que, para ello, debían de tener estudios.

Estas estudiantes logran convertirse en referentes sin haberlos tenido.

Efectivamente, no tenían ni ejemplos familiares, ni sociales. La única comunicación del exterior de sus pueblos que poseer las jóvenes era del boca a boca o de la prensa escrita que leían. No había referentes. Ellas son las que se convierten en referentes para otras generaciones. Por ejemplo, a Enriqueta Martín Ortiz, natural de Llerena, le dicen que lleve publicidad de la residencia a los pueblos de alrededor. Esta cadena se corta con la guerra civil que supuso el final de todas esas iniciativas. 

«En el primer curso de la residencia estudiaron tres extremeñas: Enriqueta, Jacinta y Concepción»

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¿Hubo muchas extremeñas en la residencia?

Muchísimas. De hecho, ya en el primer curso, que abre en el año 1915 con muy poca participación, había tres estudiantes de Badajoz: Enriqueta, Jacinta Landa y Concepción Barrero.

Para usted, ¿qué es lo más destacable de los contenidos de este libro?

Las biografías de ellas. Creo que hicieron un gran esfuerzo como colectivo porque, cuando terminaron los estudios, empiezan a ganar oposiciones y a montar centros especializados. Es decir, protagonizaron un modelo diferente de mujer.

¿Qué tiene de especial esta publicación con respecto a otras de las que usted ha escrito?

Creo que cuento una historia para las mayorías. Hablo de la cultura de la edad de plata y de que, en esa etapa, la mujer ya se va incorporando a la vida pública, apareciendo en los ateneos, en los partidos políticos, en los sindicatos y en todas las profesiones. Mujeres con valores nuevos que son observadas por otras mujeres y por niñas, y eso tiene mucho valor.

¿Las editoriales apuestan por este tipo de publicaciones?

Por esta apostaron desde el primer momento, pero en general, la investigación tiene cada día menos posibilidades. Una editorial es un negocio y tiene que vender los suficientes libros como para que le merezca la pena gastar en editarlo. 

¿Qué viene ahora para usted después de este premio? ¿Va a seguir con esta línea de investigación?

Si, de hecho con una de mis compañeras vamos a hacer algo sobre Clara Campoamor, que no fue estudiante de la residencia, pero fue una de las primeras mujeres que se colegia en Derecho y una de las grandes políticas que ha tenido este país. También estoy escribiendo en mi línea de política exterior algo que para mí es muy importante y es el abandono español del Sáhara. 

Usted como profesora de universidad, ¿cómo ve el futuro de la investigación? ¿Los estudiantes tienen oportunidades suficientes?

Los alumnos tienen una capacidad de formación impresionante, unas habilidades teóricas buenísimas y muchos instrumentos a su alcance. Creo que hay una generación de investigadores excepcional y lo digo no solo porque dirijo tesis, sino porque me toca evaluar para las agencias mucha documentación de compañeros jóvenes que aspiran a sus oposiciones o a sus becas y, a veces, pienso que no sé si yo hubiera sido capaz de sostener ese nivel de currículum que tienen ellos. Eso sí, este país no les está dando las oportunidades que se merecen.