Victimismo blanco

Como aficionado al Real Madrid no comparto la actitud del club blanco de quejarse del arbitraje en el partido contra el Barça, que le pone a este la liga en bandeja de plata, si acaso no lo estaba ya. 

"Si uno pretende ser el mejor club del mundo (y el Real Madrid lo es), no solo tiene que serlo, sino además parecerlo

Que el Barcelona le saque doce puntos al Real Madrid a estas alturas de la competición solo es achacable a que el equipo de Xavi ha sido mejor que el de Ancelotti en liga, de igual forma que el Barcelona ha sido, un año más, un fantasma errante en los campeonatos europeos: primero en la Champions y después en la Europa League. 

Que cada palo aguante su vela. Además, atreverse a hacer autocrítica es el primer paso para mejorar. O eso nos enseñaron nuestros mayores. 

Pero el club blanco prefiere no pensar en qué le ha llevado a dar tan malos pasos en la liga (la baja forma de Benzema es uno de los motivos), sino generar polémica a costa de esos antipáticos milímetros, señalados por el VAR, que anularon el gol de Marco Asensio por fuera de juego. No podemos culpar al VAR de hacer bien su trabajo, aunque nos perjudique. 

El pasado miércoles estuve en el Bernabéu viendo el partido contra el Liverpool. Ese sí es el Real Madrid que me gusta: ganador, solvente, disciplinado, capaz de mantener la portería a cero. Para llorar por las esquinas ya hay otros equipos. 

Sí, ya sabemos que el asunto Enrique Negreira ha encrespado los ánimos, y yo diría que con razón, pues huele muy mal. Todo indica que el Barcelona tiró de billetera para ganarse favores por parte del vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros. Pero el caso está a punto de ser judicializado. Toca esperar que la Justicia haga su trabajo en los despachos y que el buen juego lo haga en el césped. 

Mientras tanto, la rabieta infantil del Real Madrid es una demostración del quiero y no puedo. 

Si uno pretende ser el mejor club del mundo (y el Real Madrid lo es), no solo tiene que serlo, sino además parecerlo. 

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