Ágora

¿Concejalía de igualdad?

Ana Bernal-Triviño

Ana Bernal-Triviño

Qué importa quitar la concejalía de igualdad? Esta es una de las preguntas más escuchadas estos días en las tertulias. Y todo por Maruja. Una mujer feminista, que quisieron echar de un pleno PP-Vox en Molina de Segura, tras protestar por la retirada de la concejalía de Igualdad. A partir de aquí se han comentado ideas que necesitan contexto. 

«¿Si hay asesinadas, qué importa quitar la concejalía de Igualdad?» Dicen esto como muestra de ser una concejalía que no sirve para nada. Es curioso que esto se plantee solo cuando hay mujeres asesinadas. Por ejemplo, con el aumento del paro durante la etapa de Rajoy, nadie pensó en retirar el Ministerio de Trabajo. O, aunque haya muertes por accidentes en carretera, no se elimina la Dirección General de Tráfico. Es más, sería absurda su retirada y ocultar el problema cuando se debe mejorar. Solo desde el machismo estructural puede entenderse una reflexión tan simple.

«No se han eliminado, se cambia el nombre a concejalía de Familia». Sí cambia porque los nombres explican realidades. La situación de la mujer va más allá. Nuestras vidas no se explican solo en relación a formar o no una familia. Muchas deciden no casarse o no tener hijos, y por ello no son menos mujeres ni están exentas de que el machismo las perjudique. «Con PSOE-Podemos en el Gobierno hay asesinadas». Claro, porque gobierne quien gobierne, el principal responsable de un asesinato es siempre su asesino. Y luego, la aplicación de leyes específicas, de medidas públicas, de presupuestos, de medidas de prevención, de ideas… contribuyen no solo en la parte penal, sino en la prevención. Pues si un partido promueve que la violencia de género no existe es complicado que la mujer denuncie si no puede reconocer ni la violencia que sufre. Recuerdo que, en su último informe, la Cedaw denunciaba en España «una cultura judicial que no incorpora suficientemente lo establecido en la Convención». Y eso, si se suma a los errores que se registran en el informe del Defensor de Pueblo, refleja que no siempre es problema de las leyes sino de su aplicación por parte de agentes responsables.

«No importa quitar un nombre si se mantienen las ayudas». Ese es el problema. Pensar que las mujeres necesitan «ayudas», centradas solo en lo económico, cuando otras necesitan terapia, apoyo o bien información para decidir. Y eso, como certificó una víctima en Todo es mentira, ante pregunta de Javier Nart, ya se está eliminando. Recuerdo que la media en denunciar es de unos ocho años, hasta que esas mujeres asimilan lo que les sucede y sienten el apoyo necesario para dar el paso. Y eso pasa por informar y reconocer el problema de base.

«¿Qué más os da que se retire esta concejalía?» Es al revés, el problema es que os molesta que exista. Quizás tiene más sentido mantener unas concejalías cuando hay asesinadas, que teléfonos de violencia intrafamiliar que reciben solo cinco llamadas al año. Porque las políticas públicas se hacen sobre realidades estadísticas y no solo inventos negacionistas. 

* Profesora de la UOC y periodista

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