tribuna abierta

Feijóo: ¿por qué dos discursos en dos días?

Habrá que escuchar al líder de la oposición. Otros (Felipe, Aznar y Rajoy) perdieron sus primeras elecciones. Él las ha ganado, pero no tiene mayoría para gobernar

Joan Tapia

Joan Tapia

Feijóo afronta una semana muy relevante. En julio el PP fue el primer partido con 137 escaños (47 más que en 2019) y un 33% de los votos (12 puntos más). No es poca cosa y por eso intenta ser investido. Pero, salvo gran sorpresa, no lo será. El éxito fue insuficiente. Se quedó lejos de la mayoría absoluta y no la alcanzó ni con Vox, una amarga sorpresa porque habían vendido (y comprado) la idea de un vuelco electoral total. Y no lo hubo. El PSOE se quedó cerca e incluso subió algo respecto a 2019, y Sánchez no solo no fue derogado, sino que salió vivo. Y con posibilidades.

El discurso del martes de Feijóo puede ser clave. Si luego Sánchez no logra la investidura -cosa a no descartar-, debe ser la base de un programa coherente que logre un mayor respaldo en la repetición electoral del 14 de enero. Y si Feijóo no tiene esta segunda oportunidad, tendría que marcar el rumbo de un partido europeo de centroderecha en la próxima legislatura. Que puede ser corta.

En los dos casos debe superar la sensación -patente tras los nuevos gobiernos autonómicos y municipales- de que al final siempre estará obligado a pactar con la extrema derecha. Y ser más propositivo que de rechazo al sanchismo porque eso no funcionó en julio. ¿Lo haría ahora por la posible ley de amnistía? Ojo, porque si hay amnistía, no habrá repetición electoral. Y Feijóo debe ponderar si quiere que la próxima legislatura siga siendo de confrontación entre dos bloques.

Cierto, las críticas de Felipe y Guerra no ayudan a Sánchez, pero Feijóo necesita afianzar más su imagen de líder de un partido que sabe adónde va. No es fácil porque hay voces -muchas internas- que dicen que el PP sigue una línea errática. Cuesta entender la negativa a ceder a Vox una silla en la mesa del Congreso y que, como consecuencia, Cuca Gamarra se quedara sola con los votos del PP en la elección a la presidencia del Congreso, la primera prueba de fuego de la legislatura. Es incoherente con la previa formación de muchos gobiernos autonómicos. Y, más aún, con la presión de hace poco a López Miras para el pacto de Murcia. No sea que a Alberto le pase en la investidura lo mismo que a Cuca. 

Tampoco es coherente el intento positivo de explorar a Junts de cara a la investidura, y hacer marcha atrás después del aspaviento de algunos sectores del partido. E Isabel Díaz Ayuso calificó de «bisoñez» la propuesta a Sánchez de que le dejara gobernar dos años. Tender puentes con el PSOE está bien, pero es poco compatible con acusar a Sánchez cada día de todos los males de España. Ni se entiende que la bancada del PP no aplaudiera a Borja Sémper que dijo algunas frases en euskera, gesto «amable» que quería compensar algo la oposición al uso de las otras tres lenguas en el Congreso. ¿Fue por descoordinación, o porque hay mar de fondo contra Sémper (un vasco moderado aupado por Feijóo) en la nueva bancada del PP que ya no es la de Casado.

Existe la percepción de que Feijóo no acaba de mandar porque no controla al PP de Madrid ni sus conexiones judiciales o mediáticas. Debe despejar esta posible hipoteca, pero ¿podrá hacerlo sin enervar a Isabel Díaz Ayuso que fue la que abrió el fuego contra Casado? ¿Es la cuadratura del círculo?

El líder del PP debería hacer un discurso que desautorice las críticas -incluso internas- de que sigue una línea errática desde las elecciones del pasado 23 de julio

¿Y por qué Feijóo rebaja de alguna forma su discurso de investidura del martes con el de hoy, en una manifestación o mitin abierto (no se sabe bien) contra la amnistía? El primer discurso tenderá a matar al segundo. ¿Ha querido encuadrar a Aznar siguiendo su propuesta de una gran campaña contra la amnistía que el expresidente equipara a las de condena a los asesinatos de ETA? 

¿Es lógico en una situación comprometida -una investidura que puede ser fallida- querer hacer dos discursos trascendentes con 48 horas de diferencia? Quizás se quiera que un éxito previo en la calle sirva para suavizar una derrota posterior en el Congreso. Mal cálculo. Y más cuando columnistas de derechas escriben que en la dirección del PP preocupa que el Isabel Ayuso reciba hoy más cariño que el candidato.

Habrá que escuchar con suma atención a Feijóo. Otros líderes de la oposición -Felipe, Aznar o Rajoy- acabaron presidiendo el Gobierno pese a haber perdido más de unas elecciones. Peor que haberlas ganado y no tener mayoría suficiente para gobernar. 

*Periodista

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