El origen del ahora

Puigdemont

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Cartas de los lectores

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El surgimiento del presente desafío democrático es innegable. Es evidente que nuestra democracia está en jaque, totalmente polarizada, dependiendo y pendiente de partidos de ideología radical. Sin embargo, lo ocurrido recientemente en la votación sobre la Ley de Amnistía es simplemente desconcertante.

Para entender este contexto, remontémonos al 28 de mayo de 2023, fecha en la que se llevaron a cabo las elecciones generales con un resultado desfavorable para el Partido Socialista y el bloque de izquierda. En estas elecciones, el Partido Popular y Vox optaron por formar una coalición, lo que generó desconfianza en una parte de la población española, incluso entre aquellos de la derecha moderada.

Consciente de este malestar, el presidente del gobierno decidió adelantar las elecciones generales al 23 de julio de 2023. La campaña electoral resultó ser intensa y confusa, caracterizada por un mensaje que buscaba evitar la formación de un gobierno de derecha, basándose en el temor a un régimen, aludiendo a recientes declaraciones de Pedro Sánchez sobre el riesgo de un gobierno «de la fachosfera».

El resultado fue un éxito para esta estrategia. Se evitó que la extrema derecha llegara al poder, y se formó un bloque de partidos progresistas. Sin embargo, no se anticiparon las dificultades tortuosas de los pactos necesarios para gobernar, siendo el principal obstáculo Junts Per Catalunya.

Una de las condiciones impuestas para obtener el apoyo a Pedro Sánchez fue la aprobación de una Ley de Amnistía para abordar el delicado problema en Cataluña. Es comprensible que la mayoría de los ciudadanos percibieran esta ley como partidista y sesgada, pero también es cierto que España necesita sanar heridas. Así, el gobierno se embarcó en un arduo camino legislativo para complacer a los independentistas catalanes y calmar la situación en el país.

En la actualidad, el gobierno se encuentra en una situación precaria: o cede completamente a Junts o no puede gobernar. Esto se ha evidenciado con la aprobación de dos de los tres decretos leyes con concesiones inimaginables

Sin embargo, el 30 de enero de 2024, la Ley de Amnistía fue rechazada en la votación. Junts Per Catalunya votó en contra, en línea con el Partido Popular y Vox. Esto era previsible. El objetivo de Junts no es beneficiar a Cataluña, sino salvar a Puigdemont, sin importar el costo.

En la actualidad, el gobierno se encuentra en una situación precaria: o cede completamente a Junts o no puede gobernar. Esto se ha evidenciado con la aprobación de dos de los tres decretos leyes con concesiones inimaginables. Esta dinámica parece que continuará durante los próximos cuatro años de legislatura.

En resumen, en las elecciones generales del 23 de julio de 2023, el pueblo votó para evitar el ascenso de la extrema derecha española, pero en la actualidad nos encontramos supeditados a la voluntad de la derecha independentista catalana.

Y ahora, ¿ya es tarde o es hora?

Alejandro J. Katibi

Abogado

Mérida

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