Á la intemperie

En torno al toro

El invierno está hecho para hablar de toros

Fernando Valbuena

Fernando Valbuena

Tentadero y leña. El invierno está hecho para hablar de toros. Largo y tendido. En calma, sin las apreturas de la temporada. Para volver a ver toros en la memoria, en la propia y en la ajena. Para, entre una temporada y otra, discernir y aventurar. Todo en torno al toro y su corte galana. En invierno se oficia la ceremonia de la palabra toro…

En torno al toro

En torno al toro / Fernando Valbuena*

Tertulias, charlas, presentaciones, exposiciones, jornadas, y todo, hasta lo que no se nombra, en torno al toro. Los aficionados, benditos sean, van sembrando la espera de más toros. No hay dónde no se hable de toros en invierno. No se deja de hablar de toros ni siquiera donde la tauromaquia sufre sañuda persecución. Hablamos de toros a la espera de ver toros. A la espera de que se vuelvan a descerrajar las puertas de toriles. A la espera de Olivenza…

En Extremadura se habla de toros de uno a otro confín. Más de cien escuadras de todo tipo velan porque así sea. Peñas devotas de tal o cual torero, clubes de tal o cual rincón y hasta asociaciones culturales rendidas al toro. Con local propio o acogidas a sagrado de bar, sea cual sea su lustre, todas navegan. ¡También en las noches largas del invierno! Las de más tronío organizan charlas, jornadas y hasta semanas notabilísimas. Principiando por el Club Taurino Extremeño de Badajoz, decano de todos ellas, y quizá las cuatro paredes más taurinas del orbe, pasando por la Peña “El Albero” de Villafranca de los Barros, la Peña “Victorino Martín” de Los Santos de Maimona o el Club Taurino Cacereño, y terminando en cualesquiera otra de las muchas que siembran pasión por lo nuestro. Porque la Fiesta se siembra en invierno y son sus sembradores estas cuadrillas de paisano que levantan cada invierno la bandera de la tauromaquia; tipos como Mateo Giralt, Balta Manzano, Antonio Morato, Manuel Jiménez y los que con ellos van.

Tertulias, charlas, presentaciones, exposiciones, jornadas, y todo, hasta lo que no se nombra, en torno al toro

Abrocho la tanda con Manolo Sánchez y los que con él van, que es a dónde quería llegar. Manolo Sánchez preside la Peña Taurina “Luis Reina” de Almendralejo con entusiasmo de huracán desatado. Tanto que está armando el taco. No diré lo de la nueva sede que acaban de inaugurar, diré solo que sus jornadas taurinas, las que comienzan este lunes, son algo así como esas cestas de navidad que comienzan sorteando un jamón y, a fuerza de ir a más, se van llenando de neveras, motocicletas, deportivos y hasta apartamentos en la playa. A lo de Almendralejo no le falta perejil. Manolo Sánchez y los que con él van, entre ellos Fernando Esperilla, recto presidente del Coso de la Piedad, al alimón los dos, al alimón todos, han puesto el cartel de no hay billetes. Estas decimoctavas jornadas taurinas programan de todo y todo magnífico. Y es que si algo tiene Almendralejo es rumbo para dar y regalar. De Lea Vicens a Borja Jiménez, el triunfador de la temporada venteña. El oro y la plata. Toreros y lo que no son toreros. Ganaderos de prosapia. Aficionados de postín como el escritor Juan del Val. Pintores y músicos. Y hasta autoridades, del azul al rojo y viceversa. Como por arte de birlibirloque la Peña “Luis Reina” tiene el don de reunirlos. De lunes a viernes, cinco días en danza y el sábado, cerrando la feria, más, más danza, más charlas, más vino, más trofeos, más cena -que sospecho pantagruélica-, más baile… y lo que se tercie.

La primera vez que pisé Almendralejo en las migas me pusieron una sardina; desde aquel día sé que esta gente es gente bragada. El tiempo no ha hecho sino confirmármelo. ¡Bendito sea Dios por poner Almendralejo en mi camino! ¡Bendito sea el toro por volver a juntarnos!

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