Desde el norte

A vueltas con la estación del AVE

La realidad supera a la ficción, no solo no hay estación en Plasencia, sino que se desconoce cuándo la habrá

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

Parece que Plasencia está condenada a esperar décadas para conseguir las grandes infraestructuras que necesita. Tres están sobre la mesa desde hace años y ninguna se ha solucionado aún. Me refiero a la adecuación de la avenida Martín Palomino, a la reapertura del tren Ruta de la Plata y a la nueva estación de tren que permitirá conectar a la ciudad con la alta velocidad.

Lo que ha sucedido con esta última parece un chiste mal contado porque, cuando conoces lo que ha pasado, resulta increíble y lo peor es que las guerras políticas han tenido toda la culpa.

No hay quien entienda si no que un proyecto de estación que ya tiene informes y, lo que es más importante, financiación, nada menos que 20 millones de euros, que es lo que se presupuestó en los Presupuestos Generales del Estado en el 2011, se quedara después a cero y ahora se haya vuelto al punto de partida, con poco más de 300.000 euros, para un estudio que vuelva a decir qué lugar es el más adecuado para ubicarla.

En ese 2011, con los socialistas Elia Blanco en el ayuntamiento, Guillermo Fernández Vara en la Junta y José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno central, se situó la estación a 13 kilómetros de la ciudad porque, según se dijo entonces, era el mejor sitio técnicamente.

Pero cambian los gobiernos y, con Fernando Pizarro en el ayuntamiento, José Antonio Monago en la Junta y Mariano Rajoy en el Gobierno, el proyecto se descarta y se dice que la mejor ubicación es la estación actual.

El tiempo ha ido pasando y, no solo la estación no ha llegado, sino que en el 2022, Vara anuncia que se vuelve a la casilla de salida porque técnicamente la estación actual no vale y tiene que ubicarse en las afueras. ¿Era una broma?

La realidad supera siempre a la ficción y ahora, no solo no hay estación, sino que se desconoce cuándo la habrá porque el concurso del estudio informativo ha quedado desierto y a saber cuándo comienzan las obras.

Y todo con un elemento añadido, que cuando cierre la estación de Monfragüe, no habrá ni siquiera opción de Alvia o Talgo. A Pizarro y María Guardiola les toca ahora reivindicar con contundencia una infraestructura vital para toda la zona norte; a Pedro Sánchez, meter prisa y dinero y a los colectivos de todo tipo, alzar la voz y protestar sin descanso porque, de lo contrario, seremos un lugar más de la España vaciada. 

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