Opinión | Con permiso de mi padre

La actualidad da asco

Cada vez hay menos personas interesadas en los informativos, en los noticieros, en los telediarios. Cada vez hay más personas que deciden abstraerse de lo que pasa en el mundo, o al menos eligen no enterarse por los medios de comunicación tradicionales.

Reconozcan que resulta bastante deprimente saber, antes de abrir un periódico o sintonizar una emisora, a quiénes van a defender y a quiénes nunca van a atacar, pase lo que pase. Así que al final, más que informarse, la mayoría lo que busca es reafirmarse gracias a quienes comparten su versión y sus prejuicios sobre lo sucedido, entrando de esa manera en un bucle que sólo permite una visión única de la actualidad.

Sí, existe una absoluta polarización del pensamiento en España hoy en día, y resulta muy complicado mantener una charla política (todo es política, de un modo u otro) con quienes piensan diferente; sobre todo, es especialmente frustrante tratar de debatir cuando todo lo que te encuentras como argumente en contra es ‘y tú más’.

Nunca imaginé que en el Congreso de los Diputados se pudiera llegar a tal nivel de bajeza (o pobreza) intelectual; y no me refiero a que la mayoría de quienes allí calientan la silla sean personas sin experiencia laboral alguna ni apenas formación, porque he conocido a personas sin estudios con muchos más valores, honradez y coherencia que la gran parte de quienes dicen velar por nuestros intereses, con unas prebendas y una remuneración bien abultadas que salen de nuestros bolsillos.

Sí, la actualidad da asco porque parece que a ninguno de ellos le importan las verdaderas dificultades de los ciudadanos: un trabajo digno, una hipoteca razonable, una adecuada atención de las enfermedades, tiempo de ocio… nada más y nada menos. Sin embargo, si repasan la mayoría de las intervenciones, los proyectos de ley, las proposiciones, verán sólo un interés partidista o, lo que es peor aún, revanchista, con el que se pretende y consigue agrandar la ya demasiado enorme línea de separación entre unos y otros. ¿Y saben qué? Que en esa zanja con la que pretenden marcar sus diferencias es donde al final nos caemos los españoles, fritos a base de impuestos, regulaciones y normas tan cambiantes como absurdas, mientras tratamos de llevar una vida decente.

Y sé que en su fuero interno estarán pensando que eso lo hacen ‘los otros’, porque ‘los nuestros’ son justos, decentes y rectos. Pues siento decirles que no, que visto lo visto cada vez tengo más claro que hay un ellos y un nosotros, y que ellos son todos los que viven de la cosa pública chupando del bote y de todas las canonjías que pueden trincar. Y por eso han conseguido que para nosotros la actualidad que nos plantean sea un asco, mientras que, para ellos, día a día, se convierte en otra jornada de la que sacar unos beneficios y ventajas a los que no renuncia ni uno.

Entre otras cosas, porque a la mayoría, fuera de la política, no los emplearían ni para mirar si llueve.

@merbaronam

* Periodista