El último pabellón construido en el cementerio de Plasencia todavía tiene nichos libres, pero los familiares de los difuntos allí ubicados se quejan de que ya tienen grietas y sufren de humedades.

«Cada vez que llueve, todos los que están abajo se calan completamente», explica un afectado, que considera «una vergüenza» que esto suceda en una construcción recién levantada.

La diferencia con los pabellones antiguos es que estos están bajo soportales, mientras que los nuevos pabellones apenas tienen un pequeño alero en el tejado, por lo que no están protegidos de la lluvia. Además, los afectados aseguran que «hay grietas de arriba a abajo» del pabellón.

Lo que piden es que el ayuntamiento lo solucione de forma urgente por el daño que puede suponer para los difuntos. «Si no nos quejamos públicamente de estas chapuzas no hacen nada».