Hace 500 años tuvo lugar la primera circunnavegación de la Tierra en la historia, capitaneada por Magallanes y Elcano. Jesús Luna, profesor en la UAM y director del proyecto VaM, vio en el aniversario de esta aventura, una forma de mantener vivos los valores que se transmitían en la Ruta Queztal que celebraba junto a Miguel de la Quadra Salcedo. Han colaborado también Carlos Pecker, realizador de televisión y escritor, y Rodrigo Ruiz, especialista en energía solar

Jóvenes con los mejores expedientes de toda Iberoamérica llegaron a la península para rendir tributo a esos protagonistas en una ‘vuelta’ por España y Portugal que dio comienzo el 21 de julio y que tendrá fin el próximo 12 de agosto.

La vuelta al mundo se circunscribe a localizaciones españolas y portuguesas, pasando por «problemas de la sociedad, creando ideas, oportunidad y dando alternativa como la crisis medioambiental, la pobreza, la desigualdad social, de género…», es decir, buscando soluciones como en aquella expedición lo fue encontrar el Estrecho.

Para aquellos que decidieron introducirse en la aventura y optar a la beca ofrecida por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, debieron dar solución a algún problema social que encontrasen. Así se han repartido un total de 36 becas, es decir, jóvenes, que acompañados de grupos de apoyo han sumado medio centenar de personas en el viaje. 

Clara Fernández, una cacereña inmersa en el programa, estudiante de Matemáticas y Estadística, presentó un trabajo basado en la desigualdad de la mujer en la ciencia, por la poca presencia que tiene este género, sobre todo, en países menos desarrollados. La morala Celia Fernandez optó por la falta de alimentos que sufren muchas personas en el mundo a día de hoy adentrándose en el caso de los comedores universitarios.

Medioambiente

La sostenibilidad por bandera llevan estos participantes para poder extrapolarlo después a sus estudios, trabajos y vida cotidiana. Por ser «el gran reto que nos ha tocado vivir y al que tenemos que poner frente», explica Jesús Luna.

Gracias a la marca LG han hecho una «reforestación simbólica» con la técnica japonesa ‘Nendo-Dango’, que «es una bola generada con arcilla y estrato en la que se mete una herbácea y de la que crece un arbusto o un árbol». Más tarde quieren llevar a cabo la implantación de 47 millones de árboles en España, teniendo en cuenta la colaboración de colegios e institutos.

Han colaborado con empresas, que además de financiar estos viajes, llevan políticas de ahorro de carbono como Renfe, que ha facilitado la movilidad en sus cercanías y trenes en algunos tramos, o Iberdrola. Otras, como Panama Jack, con una producción total en España, ha ofrecido equipos como calzado, mochilas y camisetas. También han ayudado ayuntamientos para facilitar el turismo en sus localidades y el alojamiento de este grupo.

Parada en Cáceres

Salida desde Madrid, paso por el Norte, Lisboa y Portugal y parada en tierras Extremeñas. Alcántara y la ciudad de Cáceres han sido las ubicaciones elegidas por este grupo en Extremadura.  

Han conocido su patrimonio histórico, artístico y cultural, tanto en Álcantara con su puente romano, como en Cáceres con un paseo por el casco antiguo donde ha conodio el Palacio de Isabel de Moctezuma. «Los jóvenes se llevan una idea muy diferente a la que tenían de nuestro país», opina el director.

Extremeñas. Vera Aunión, Clara Fernández y Celia Fernández. EL PERIÓDICO

Extremeñas en VaM

Clara y Celia han representado a la provincia en el programa ‘Vuelta al Mundo’. Cacereña y morala cuentan que ha sido una experiencia, que sin ninguna dudo volverían a repetir. 

Ha primado el compañerismo y el sentimiento de equipo, donde todos han colaborado para lograr acabar las etapas andando y actividades organizadas. Clara siente que ha aprendido sobre todo en este ámbito, «si uno se cae, todos tenemos que estar ahí para sostenerle» y también, que «si se quiere cambiar el mundo de alguna forma, siempre hay un camino para hacerlo»

Un programa con resultados educativos en sostenibilidad, cooperación y educativo en el sentido cultural. «Hemos aprendido mucho, también de otras culturas», comenta Celia Fernández. Ella está deseando llegar a uno de sus próximos destinos, Granada, para poder conocer el Mulhacén.