El movimiento vecinal ha formado el bloque más numeroso desde que prácticamente comenzó su andadura, con cuarenta barriadas inscritas en el listado de la Agrupación de Asociaciones de Vecinos de Cáceres. Tras las últimas incorporaciones, algunas todavía en pleno papeleo para hacer efectiva su unión, la integran la inmensa mayoría de los distritos tradicionales y los polígonos más recientes. Nunca antes los barrios habían gestado un núcleo tan nutrido. Hace 22 años, cuando se creó la agrupación, el número era muy similar pero figuraban por separado algunas zonas que ahora forman un solo colectivo (por ejemplo, Parque del Príncipe, Vía de la Plata y El Vivero se han fusionado como ‘Ruta de la Plata’), y a ellas se han sumado en las dos últimas décadas un buen número de modernas urbanizaciones.

En definitiva, una nueva etapa que tuvo su germen el pasado mes de mayo, cuando tomó posesión la actual directiva de la Agrupación de Asociaciones de Vecinos de Cáceres y se marcó como prioridad la unión de las barriadas que por unas u otras razones se encontraban fuera del colectivo. Ya han dado el paso La Madrila, Vistahermosa, Sierra de San Pedro (Río Tinto), Virgen de la Montaña (San Marquino) y Sierra de la Mosca. Solo quedan fuera Ciudad Monumental, una de las dos asociaciones de Cáceres el Viejo y Montesol. Por su parte, el colectivo Zona Centro lo estudia, pero con perspectivas positivas.

El movimiento vecinal nació en los albores de la Democracia, impulsado por la propia Constitución, porque los barrios necesitaban entonces infraestructuras dignas (sanidad, deportes, colegios…). Con el tiempo su sentido podría haber flaqueado, pero no ha sido así. Las sucesivas crisis demuestran que los vecinos necesitan seguir reclamando dotaciones.

El eslabón

De hecho, ahí están los resultados exitosos de las campañas de los barrios unidos por el Cefot, por la autovía de la N-630, por un hospital digno… «Juntos tenemos más fuerza, podemos hacer muchas más cosas por los vecinos, por Cáceres... Somos un eslabón entre los ciudadanos y las Administraciones, y si no estamos ahí, insistiendo sobre las necesidades, muchas veces no se tendrían en cuenta», reconoce José Antonio Ayuso, nuevo presidente de la Agrupación de Asociaciones de Vecinos desde las elecciones del pasado mayo.

Mejoras en la sanidad cacereña, una solución al eterno problema del agua, unos presupuestos participativos reales… Son varias las prioridades que se ha marcado la Agrupación y sobre las que ya trabaja. De hecho, al mismo tiempo que avanza en la unión de los barrios, ha iniciado una ronda de reuniones por todos ellos para realizar un informe completo con el equipamiento que precisan (asfaltado, acerados, tráfico, accesibilidad, infraestructuras...).

Y es que Cáceres tiene una amalgama de distritos tradicionales, modernos, envejecidos…, «y cuando unos necesitan nuevas instalaciones, otros necesitan renovarlas», precisa Ayuso. De ahí este informe, que trata de chequear todas las carencias para que el trato sea por igual, o al menos parecido, algo que no siempre ocurre y que la Agrupación quiere paliar. De hecho, los propios partidos han invitado en sucesivas ocasiones al movimiento vecinal a trazar un modelo de barrios y de ciudad, «pero nunca ha servido de nada, nos llaman y luego se olvidan de nuestras aportaciones, por eso vamos a hacer nuestro propio estudio», apunta el presidente.

Y esa es la tónica habitual que se ha repetido con distintos Gobiernos locales. «Nos atienden, no dudamos de su buena voluntad, pero luego cuesta que nos hagan caso, porque las instituciones tienen sus propios planes». De ahí que el movimiento vecinal se haya convertido en «parte esencial» para la defensa de los intereses de la ciudadanía. «Si no fuera por el empeño de los vecinos, Cáceres estaría peor. Somos los únicos que ante muchos problemas damos continuamente ‘la lata’ a las instituciones, luchamos, denunciamos, enviamos escritos, acudimos al registro…», indica José Antonio Ayuso.

Pero además de los problemas de cada barrio, hay cuestiones que conciernen a toda la ciudadanía. La Agrupación de Asociaciones de Vecinos de Cáceres también los ha convertido en su bandera y los ha colocado como prioridades de la nueva directiva. Destaca la Sanidad, un asunto que preocupa especialmente al colectivo por la eterna demora del Hospital Universitario y las carencias del servicio en general. De hecho, la agrupación estuvo en el germen del Foro Sanidad Cacereña (también lo integran el Colegio de Médicos y el Círculo Empresarial), y su caballo de batalla sigue siendo que el nuevo hospital se complete cuanto antes (la primera fase se abrió en 2019).

«Vivimos entre dos medio hospitales y los ciudadanos muchas veces no saben si acudir al Universitario o al San Pedro, según su problema de salud. Hay que acabar cuanto antes con esta situación», denuncia Ayuso. No obstante, reconoce que la reciente presentación del anteproyecto de la segunda fase del Universitario es un avance claro. «La consejería quiere sacar a licitación el proyecto antes de fin de año. No se compromete con más fechas y lo agradecemos, porque ya no creemos nada, solo queremos plazos ciertos. También sabemos que no estará listo hasta mínimo cuatro o cinco años, pero pedimos que se haga lo más rápido posible, seguiremos muy pendientes», anuncia.

De hecho, la Agrupación fue una invitada excepcional a la presentación del anteproyecto, el 2 de septiembre. La segunda fase del hospital tendrá 45.000 metros cuadrados divididos en dos sótanos de servicios sanitarios y tres plantas de hospitalización, con 258 habitaciones, de las cuales el 84% serán individuales. «Hay que dar un nuevo voto de confianza porque Cáceres necesita unificar su hospital cuanto antes. Además nos ha gustado el cambio de diseño para la segunda fase, que evita esos pasillos inmensos y nada cómodos», sostiene Ayuso. «Ahora hay que hacerlo».

«Somos los únicos que, ante muchos problemas, damos continuamente ‘la lata’ a los políticos»

JOSÉ ANTONIO AYUSO - Presidente de la Agrupación Vecinal de Cáceres

La nueva directiva recuerda que el movimiento vecinal seguirá reclamando otras mejoras sanitarias «indispensables», como la reapertura de Cirugía Vascular en Cáceres o una solución efectiva a la escasez de anestesistas. «La sanidad se ha complicado con la pandemia y no nos estamos dando cuenta de las consecuencias», advierte.

La Agrupación también quiere seguir en la lucha por el segundo problema general que afecta a la ciudadanía: la falta de un abastecimiento de agua seguro y suficiente. Ya en 1995, la Confederación Hidrográfica del Tajo realizó un informe que concluía que el Guadiloba (20 hm3) no podría cubrir la demanda de Cáceres a partir del 2012. De hecho, en 1992 se creó el trasvase desde el Almonte. Treinta años después sigue siendo la única solución, porque entre medias se ha desechado una presa en el Almonte y se ha producido el fiasco del trasvase de Portaje, con una espera de 13 años y un gasto de 50 millones de euros para descartarse al final.

Ahora se está pendiente de una solución definitiva anunciada por la Confederación Hidrográfica del Tajo, que consiste en reubicar y ampliar el punto de captación de agua, situado en la desembocadura del Almonte (embalse de Alcántara). Está programado para el ciclo 2021-2027 con unos 10 millones de euros. Mientras tanto, los vecinos desvelan que están trazando su propia alternativa, que se madura y ultima desde la asociación Sierra de la Mosca, consistente en crear una presa en el Almonte, por debajo de la actual captación, para garantizar el suministro y también una mejor calidad del agua.

Más retos

Además, los vecinos tienen entre sus prioridades la adecuación de la Ribera del Marco, la lucha por la llegada de un tren que respete definitivamente sus horarios, y la mejora de los Presupuestos Participativos, que o no se cumplen, o se cumplen varios años después. Se trata de una partida del presupuesto municipal (1 millón de €) cuyo reparto lo deciden los colectivos cacereños entre distintos proyectos. Pero los de 2019 no se acometieron, los de 2020 solo en parte, los de 2021 están a la espera y los de 2022 exactamente lo mismo. «Estos presupuestos parecen un caramelo agridulce, deben reorganizarse para que sean reales», apunta José Antonio Ayuso.

Hay más asuntos por los que luchar, como las subvenciones que reciben las asociaciones de vecinos. El ayuntamiento reparte 36.000 euros entre todas y concede 4.000 euros a la propia Agrupación, que el año pasado tuvo que devolverla íntegra y esta vez teme que ocurra lo mismo. ¿Por qué? «Porque nos la entregan a final de año y no da tiempo a darle un destino. Ahora mismo vamos camino de octubre y ningún barrio ha recibido las ayudas», desvela José Antonio Ayuso. En este 2022, sin ir más lejos, la agrupación tenía planificado un acto en el edificio Valhondo con motivo de la festividad de San Jorge, y otro de convivencia ciudadana en la plaza Mayor durante el Día de Extremadura. Ninguno ha podido organizarse por no tener fondos.