La región extremeña

El artículo 1 del Estatuto de Autonomía de Extremadura que aprobaron las Cortes a mediados de febrero de 1983 reza: «Extremadura, como expresión de su identidad regional histórica...». Sin embargo, antes de que el 25 de febrero se consagrara en la Ley Orgánica 1/1983 se demostró que no había identidad regional histórica sino que la historia dice que lo que ha existido y sigue existiendo es rivalidad, desdén e incluso odio entre dos provincias y dos ciudades porque el día 13 de febrero se convocó en Cáceres una manifestación por parte de una plataforma llamada nada menos que ‘Bloque Cacereño Antiestatuto’ a la que acudieron más de 3.000 personas. 

Esta vez los convocantes procedían del centro y derecha, sobre todo de la moribunda UCD, y el motivo la paridad en el número de diputados de cada provincia que debía tener la Asamblea de Extremadura. El tiempo ha demostrado que era una discusión inútil pues en los cuarenta años de Asamblea jamás se ha votado en función de la provincia pues los partidos se han encargado de atar bien atado el voto de sus diputados pese a que el Supremo sentenció que el escaño es de los diputados, concejales y senadores.

La misma Asamblea nos dijo que no había hechos históricos de relieve (la epopeya americana fue una empresa nacional) pues fijó el Día de Extremadura en una fecha religiosa. No hará falta señala que geográficamente tampoco es una comunidad definida, que se iba ampliando a medida que avanzaba la reconquista y  que su relieve es muy variopinto. 

Y, finalmente, tampoco es una región desde el punto de vista étnico porque su folklore es de influencia leonesa en el norte y andaluza-portuguesa en el sur, no existen una literatura ni una cultura puramente extremeñas, ni lengua, ni población originaria pues fue diezmada por los romanos, aunque Hoyos de Sáinz hable de la mesocefalia del hombre extremeño.

El regionalismo extremeño es una tarea, una meta, no un punto de partida y en esa tarea solo está cumpliendo con sus deberes la escuela que enseña los símbolos, recobra las tradiciones y celebra los acontecimientos como se merecen. 

*Profesor