EL APUNTE

Presupuestos por la puerta de atrás

La suspensión de las reglas fiscales permite salvar todos los gastos de 2023, pese a no tener presupuesto propio del ejercicio, sino el prorrogado de 2022

Uno de los tramos de la muralla que se reformará con cargo a la modificación del presupuesto que se aprueba el jueves.

Uno de los tramos de la muralla que se reformará con cargo a la modificación del presupuesto que se aprueba el jueves. / Lorenzo Cordero

José Luis Bermejo

José Luis Bermejo

Este año, último de la legislatura, la ciudad, su ayuntamiento, no tendrá presupuesto propio del ejercicio. Se está operando con las cuentas prorrogadas del año anterior. Es algo ya habitual en los gobiernos locales que están en minoría, como el actual socialista. Cuando es el último año, no hay presupuesto. No se negocia la obtención de los votos necesarios (en el caso de la corporación local se requieren trece y el gobierno local tiene solo nueve concejales) o los contactos no se llevan hasta un acuerdo. Una negociación conlleva cesiones y dejar que el partido que da su respaldo, en esta corporación los socialistas han contado con Unidas Podemos, tenga un mayor protagonismo en las medidas que se pacten. Y esto, a solo unos meses de unas elecciones, pocos gobiernos lo aceptan. En consecuencia, se trabaja con unos presupuestos municipales prorrogados, con los de 2022.

En este caso no es tan grave como en ocasiones anteriores porque se cuenta con una tesorería abundante y con una relajación de las leyes de estabilidad presupuestaria. Esto permite disponer del crédito del remanente de tesorería para financiar, sin grandes límites, gastos con modificaciones puntuales de las cuentas prorrogadas. Con ello se incluyen partidas que quedaban fuera: inversiones, cofinanciación de transferencias de créditos que vienen de otras administraciones (principalmente de Europa), actualizaciones salariales del personal (que es el mayor capítulo de gasto del presupuesto, son casi 30 millones) o subvenciones nominativas (deportes, semana santa, conciertos o colectivos sociales). Además estas modificaciones presupuestarias también se hacen para actualizar créditos de gastos corrientes como el del consumo de electricidad, tanto de los edificios municipales como del alumbrado público, que se ha disparado en 1,7 millones.

Esta gran operación de modificaciones del presupuesto prorrogado se aprobará en el pleno que celebra el jueves la corporación local, será el penúltimo ordinario de la legislatura que acaba el 28 de mayo.

Un gobierno en mayoría siempre podrá tener su presupuesto actualizado, mientras que un ejecutivo en minoría, no. Aunque para estas últimas situaciones se prime la negociación y los pactos, es un contrasentido que la legislación de régimen local pueda dejar a una entidad municipal sin presupuesto para el año en curso y evitar que se disponga de unas cuentas actualizadas desde el 1 de enero. A cambio de facilitar que todos los años se pueda contar con unos presupuestos propios del ejercicio, se debería incrementar la capacidad de fiscalización de las cuentas por parte del pleno de la corporación local, órgano en el que están presentes todos los partidos, y penalizar que los presupuestos no estén aprobadas antes del 31 de diciembre (durante esta legislatura se han aprobado definitivamente presupuestos durante la primavera).

El remanente con el que se cerró la liquidación de 2022 alcanzó los 16 millones. Para el gobierno, la causa es que se recibieron más ingresos de los previstos en 2022. Para el PP, principal partido de la oposición, el motivo es que no se gastó todo lo que se presupuestó. De esos 16 millones, a 13 se les asigna un destino en esta semana. Hasta la suspensión de las reglas fiscales, el remanente iba principalmente a reducir deuda, a tener entidades locales saneadas. Ahora se ha convertido en una fuente de financiación más y fundamental para el caso concreto del presupuesto de Cáceres.  

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