reacciones al blindaje de la parte antigua

Pérdidas de 300 a 700 euros de los empresarios cacereños por el rodaje en intramuros

Propietarios de negocios se quejan de los defectos de comunicación del ayuntamiento

Las terrazas de la plaza Mayor vuelven a recibir gente.

Las terrazas de la plaza Mayor vuelven a recibir gente. / CARLA GRAW

Plaza Mayor de Cáceres. Diez horas de la mañana. El centro de la ciudad resucita tras un apagado martes. Aún dura la resaca en los propietarios de los establecimientos y vecinos. «¡La que nos liaron ayer con lo de los drones!», exclama un viandante. El turismo parece renacer por instantes y la calle Pintores recupera su ritmo. 

Las vallas y los 23 policías locales empleados (14 por la mañana y 9 por la tarde) habían desaparecido de los accesos al lugar y las personas ya no eran desviadas ni estaban obligadas a cruzar la zona en el breve espacio de tiempo que les permitían. 

El cierre de la parte antigua de Cáceres este martes por el rodaje en dron del recinto intramuros provocó una gran polémica entre los propietarios de establecimientos, turistas y vecinos. Y sucedió por una grabación por la que el Ayuntamiento de Cáceres no recibió ningún canon, fue una colaboración entre instituciones y administraciones, según explicó a este medio el consistorio. El trabajo era un trabajo del Centro Nacional de Información Geográfica . El rodaje se iba a extender durante tres días, pero las quejas hicieron que se redujera a una jornada y que el alcalde, Rafa Mateos, pidiera disculpas.

La plaza Mayor de Cáceres, vacía por el rodaje con drones.

La plaza Mayor de Cáceres, vacía por el rodaje con drones. / CARLA GRAW

Los establecimientos son los que más sufrieron, sobre todo por las pérdidas que les ocasionó no poder abrir durante la mañana. De 300 a 700 euros estiman que dejaron de recaudar. Sobre esto han emitido sus quejas varios comerciantes de la zona. 

Testimonios

La encargada del estanco de la plaza Mayor relata cómo su pedido no llegó a la tienda al completo: «Me trajeron la primera parte pero cuando iban a descargar la segunda no se les permitió cruzar la zona vallada». Cuenta que durante la grabación del espacio no recaudó ni un sólo euro. «Encima cuando abrimos de nuevo, a partir de las 13.00 horas la gente no se enteró y tampoco vinieron».

Otra de las personas que trabajan en la zona, que prefiere no desvelar su identidad, emite su protesta contra el ayuntamiento por la falta de comunicación que tienen: «Son cosas que no nos favorecen en absoluto. Nos lo venden como si fuese el favor de nuestras vidas y lo único que lograron es que ayer perdiésemos unos 300 euros».

Cuenta también que la decisión del consistorio de no avisar con más antelación es «porque saben que la gente se les echaría encima. Es que no es normal que no dejes a las personas salir de su casa desde las 9 de la mañana». Expresa que no era necesario el proyecto y que hay otras cosas mucho más importantes: «Los nuevos mapas de la parte antigua son un lío, están al revés, por ahí es por donde tenemos que empezar. La publicidad está en las redes sociales, esto casi no nos iba a beneficiar».

Un comerciante que tiene su local situado en la plaza es taxativo: «Al ayuntamiento no les importamos, yo dejé de ganar unos 500 euros». Comenta que no es el dinero lo que le enfada sino que quiere mejor organización y coordinación.

Finalmente, el propietario de una de las cafeterías aledañas concluye que «sólo en los desayunos tiene ingresos por valor de unos 700 euros, y que esa mañana no abrió».

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