Fútbol. Copa del Rey

Solo los penaltis castigan a un valiente Azuaga

Los de la Campiña Sur aguantan al Cartagena (0-0) y solo ceden por mala suerte en la muerte súbita (2-3)

Una acción del encuentro jugado en el Municipal de Azuaga entre el conjunto local y el Cartagena.

Una acción del encuentro jugado en el Municipal de Azuaga entre el conjunto local y el Cartagena. / @FCCartagena_efs

Área 11

0 - Azuaga: Joaquín; Domínguez, David Gómez (Emilio, min. 120), J. Sánchez, Samed; Carlos López, Mogollón (Bortolucci, min. 64), Ramiro (Gabri, min. 64), Junior Nkrumah; Garrido (Kwabena, min. 106), Chepe (Larry, min. 52).

0 - Cartagena: Lizoain; Sánchez, Gonzalo Verdú, Fontán, Kiko Olivas (Narváez, min. 56); Jony Rodríguez (Jairo, min. 56), Jony Alamo (Luis Muñoz, min. 74), Musto, Jansson (Calero, min. 79); Iván Ayllón (Ferreiro, min. 91), Lautaro de León (Ortuño, min. 56).

Penaltis: 2-3. Marcaron Gabriel Jesús y Emilio para el Azuaga y José Fontán, Alfredo Ortuño y Gonzalo Verdú para el Cartagena. Fallaron los locales Carlos, Larry, Javi Sánchez y Diego Domínguez; y los visitantes David Ferreiro, Luis Muñoz y Damián Musto.

Árbitro: Arcediano Monescillo (Colegio Castilla La Manchal). Tarjetas amarillas a Jony Alamo, Luis Muñoz y Narváez.

Incidencias: Partido disputado en el Municipal de Azuaga. 1.000 espectadores.

El fútbol fue cruel con el Azuaga, al que un cara o cruz privó de seguir en la Copa del Rey después de haber llegado casi a la meta. Aguantó el equipo de José Miguel Ramos los 90 minutos al Cartagena, de Segunda División. Se sostuvo en la prórroga y mantuvo el tipo en los penaltis, con su portero, Joaquín, soberbio, pero la muerte súbita, esa que no se sabe por qué se produce, le condenó a la nada. Joaquín iba para héroe, pero el que acabó poniéndose la capa fue Lizoain con una última parada para un Cartagena afortunado.

Impulsado por una afición en modo Copa, que no terminó de llenar el aforo del Municipal, el Azuaga salió sin complejos y dispuesto a escribir una página brillante en la hemeroteca del club. Todo invitaba a ello, la bonanza del día, la fiesta en las gradas y la convicción de que todo era posible. Y más ante un rival en bucle negativo, colista, con la afición desencantada y una Copa que no era sino un obstáculo incómodo.

Así, con los dos equipos bajo el paraguas del 4-4-2, era en el centro del campo donde se dirimía lo que tenía que pasar unos metros más arriba, donde el Azuaga buscaba como proveer buenos balones a Chepe y a Garrido. Lo hacía por las bandas y filtrando pases cuando conseguía superar las filas del Efesé. Aunque sin descartar la sorpresa desde la distancia, como fraguó David Gómez con un disparo que acabó encima del larguero.

No era fácil porque la ilusión nunca es suficiente, así que el equipo azuaguense tenía que añadir descaro e imaginación. Y no tardó en encontrar la primera ocasión elaborada cuando Chepe estuvo a punto de superar en el mano a mano a Lizoain, que finalmente sacó con el pie el balón.

Los jugadores del Azuaga presionan a un futbolista del Cartagena.

Los jugadores del Azuaga presionan a un futbolista del Cartagena. / @FCCartagena_efs

El Cartagena, a pesar de que presentaba un once con jugadores no habituales como Jony o Lautaro de León, era un equipo reconocible con fondo de armario. Pero los de Ramos ni se confiaban ni se azoraban ante un rival herido.

Se estiró el Efesé y Ayllón llegó con soltura desde la banda para ofrecer una asistencia que no encontró a nadie. El Cartagena, con buen toque de balón en sus centrocampistas, especialmente el argentino Musto y el sueco Jansson, dormía el juego y atenuaba las tentativas de los blanquirrojos. Los de Calero manifestaban por momentos la diferencia de jerarquía entre el fútbol profesional y el amateur, aunque solo a balón parado conseguían intimidar a un Azuaga que se sostenía con más armonía que descaro.

También el balón parado era una alternativa para el Azuaga pero el canario Lizoain atrapó el ensayo que hizo Mogollón sin suficiente potencia ni colocación. Entraba el partido en una fase de desgaste, con un Cartagena que sin lograr un dominio certero sí que había ido de menos a más para neutralizar a un Azuaga que llegaba al final de la primera parte con pocas ideas y menos llegadas de las que habría querido. No había sido apabullado pero tampoco había intimidado a su rival después de 45 minutos de aparente igualdad.

La segunda parte

Tras el descanso, Ramos hizo el primer cambio sin que cambiara nada con la entrada del nigeriano Larry por Chepe, que acusaba molestias. Mientras se recomponía el Azuaga, una internada de Jony Rodríguez terminó con un buen centro que no encontró quien lo rematara. Eran los amarillos este miércoles los que salieron más decididos. Apocado aparecía el Azuaga, sin la chispa necesaria para crear algún cortocircuito ante un Cartagena que ahora parecía cómodo y que insinuaba también sentirse superior. Así, un remate de Jony Rodríguez que salía alto confirmaba que los de Calero estaban más metidos en el partido.

Un córner que moría en los puños de Lizoain devolvía al Azuaga al área cartagenera, momento en el que Ramos miró otra vez al banquillo buscando soluciones con la entrada de Bortolucci y Gabri. Se marchaban el capitán y Ramiro y el Azuaga quería refrescarse para encarar la recta final con otras opciones en su juego.

Pero era el Cartagena el que se acercaba más al gol y Joaquín se tenía que lucir a disparo de Ortuño despejando el balón a córner. A la salida del mismo, Verdú remataba pero sin precisión ni peligro. El partido entraba ya en un intercambio de idas y venidas, ahora con prisas y poco tiempo y el Azuaga aparecía enarbolando sus opciones con un disparo de David Gómez demasiado centrado que no exigió a Lizoain. La última fue para Jairo, pero su disparo, sin mucha fe, tampoco encontró portería antes de que se llegara a la prórroga.

La prórroga y los penaltis

Con las fuerzas ya en reserva, empezó una prórroga en la que el primero que marcara podía llevarse la eliminatoria. Primero lo intentó el Azuaga con un disparo mordido a las manoplas de Lizoain y después Calero disparó sin gafas a las antípodas de Joaquín. No hubo mucho más en una primera parte insulsa y con aroma a tanda de penaltis.

No fue muy distinto el guion de la segunda, pero lo mejor para el Azuaga es que seguía de pie y con las opciones intactas, al albur de lo que pudiera suceder en una fase en la que se podía sacar petróleo de un córner o de un rebote, aunque ambos equipos precintaban sus defensas para evitar su despedida. Y así fue como desembocó el partido en la azarosa tanda de penaltis donde la suerte fue esquiva para el Azuaga, que quizás se mereció el premio. Pero el fútbol no entiende de justicia.

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