Baloncesto. LEB Oro

El Cáceres araña una sufrida alegría

El equipo de Arturo Álvarez elude una situación difícil en el tercer cuarto y bate al Menorca tras 70 días sin ganar

Dani Rodríguez marca jugada ante Eric Demers, que falló sus 16 lanzamientos.

Dani Rodríguez marca jugada ante Eric Demers, que falló sus 16 lanzamientos. / Jorge Valiente

63 - Cáceres Patrimonio de la Humanidad: Pablo Rodrigo (7), Pau Carreño (6), Mike Nuga (13), Ashley Hamilton (4), Darko Balaban (0) -cinco inicial- Gael Bonilla (2), Hansel Atencia (9), Dikembe André (9), Greg Gantt (3), Dani Rodríguez (6).

56 - Hestia Menorca: Clevin Hannah (8), Diego Alderete (2), Pol Molins (5), Víctor Arteaga (14), Oliver Stevic (19) -cinco inicial- Álvaro Sanz (1), Omar Lo (0), Emil Stoilov (4), Eric Demers (0), Alex Tamayo (3).

Marcador por cuartos: 18-14, 29-30 (descanso), 41-38 y 63-56 (final).

Árbitros: Carlos García León, Eva Areste y Héctor Sanhermalendo. Eliminado: Sanz (min. 40).

Incidencias: Vigesimoquinta jornada de la LEBOro. 1.000 espectadores en el Multiusos.

Setenta días después el Cáceres Patrimonio de la Humanidad volvió a ganar un partido. El 63-56 ante el Hestia Menorca tuvo muy poco lustre, pero sirvió al menos para recuperar ese viejo sabor de la victoria y un poquito de autoestima. Pero no puede haber engaños: nadie puede pensar en serio que, a nivel clasificatorio, el destino de equipo es otro que no sea el descenso a la LEBPlata.

Algo colaboró también el rival, con la puntería especialmente desviada siendo, como es, un equipo muy peligroso a nivel ofensivo. El ejemplo más terrible es el del escolta norteamericano Eric Lemers, un más que aceptable tirador que falló los 16 lanzamientos (13 triples) de los que dispuso, casi todos en buena posición. Su valoración global (-18) debe ser récord en la historia de la liga. 

Resultados al margen, para el Cáceres no va a ser fácil jugar este tipo de partidos sabiendo ya que tienes pie y medio en el nicho. La motivación tangible ha desaparecido prácticamente, mientras que el reto de lucir individualmente a través de la estadística es algo de otra época, cuando todavía se podía engañar a alguien con determinados numeritos.

El encuentro arrancó excesivamente frío. Quizás el Cáceres mostró algo más de voluntad, esta vez dando entrada en el quinteto inicial a Pau Carreño, el habitual ‘último de la fila’. Costaba encontrar a los interiores, mientras que Mike Nuga y Hansel Atencia trataban de resolver un poco por libre.

Menorca, con la satisfacción del trabajo ya cumplido e incluso perspectiva de luchar por el ‘playoff’, se lo tomaba con calma. Clevin Hannah, una auténtica pesadilla en el partido de la primera vuelta, cedía protagonismo a Oliver Stevic, que en la media distancia castigaba sin piedad. Aun así, Cáceres se marchó por delante al final del primer cuarto (18-14).

El torpe recital de unos y otros se agravó a continuación, con un sinfín de errores de todos los colores que secaron el marcador de una forma desesperante. En ese río turbiamente revuelto pescó algo mejor Menorca, al que su primer triple en todo el partido, obra de Alex Tamayo, le dio ventaja justo antes del descanso. Poco antes, a falta de poco más de un minuto, había logrado el conjunto local el primero suyo gracias a Pablo Rodrigo. Extraño en el baloncesto de hoy en día. 

SEGUNDO TIEMPO

Aunque volvería más adelante,Stevic se lesionó en la primera jugada del tercer cuarto. Lo que parecía un momento para aprovechar por parte del Cáceres se convirtió en la zozobra de la tarde. Los verdinegros perdieron varios balones absurdos y parecieron entrar en su ya clásico bucle de hundimiento, levantando el nerviosismo de una grada que se había mostrado hasta entonces contenida.

Balaban intenta anotar ante Arteaga.

Balaban intenta anotar ante Arteaga. / Jorge Valiente

El ‘runrún’ lo paró Álvarez con un tiempo muerto (33-38, min. 26) cuando todo el mundo se metía que el partido de deshilachase rápidamente, como pasó otras veces. La reacción de los jugadores locales, sin embargo, resultó muy positiva, administrando muy bien la situación para llegar con un parcial de 8-0 al último acto por delante (41-38).

Tocaba rematar la faena y terminar de una vez con la negra racha. Surgió entonces la figura de Dani Rodríguez, hasta entonces bastante inadvertido, que aunó una buena dirección en ataque con un par de triples ‘de los suyos’ para aumentar la renta hasta la decena cuando apenas restaban cinco minutos (54-44).

El carácter surrealista de la temporada se confirmó justo en ese momento, cuando inesperadamente saltó a la pista, en pleno juego, un niño pequeño que resultó ser el hijo de Balaban. Asombroso.

Cuando la situación se recondujo hubo tiempo para otro drama. Aparecieron los ‘fantasmas’ de Logroño, esos que impidieron que el Cáceres ganase el pasado miércoles cuando la situación estaba igual de clara o incluso más. Menorca se agarró al partido con un par de acciones meritorias de Hannah (58-54 a 1:16). Hasta ahí llegaron las aguas. El Cáceres 2023-24 es un equipo sin luz, pero hasta cierto punto, y por fin pudo darse una alegría. No le servirá de mucho, pero ahí queda.

Ashley Hamilton lanza.

Ashley Hamilton lanza. / Jorge Valiente

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