Análisis político: El punto de partida de cara al 28M

Cuenta atrás para decidir quién manda en Extremadura

Los principales partidos hacen balance a menos de cinco meses para las elecciones autonómicas. Los candidatos de PSOE, PP y Podemos están confirmados; en Cs reina la incógnita

Imagen general de la Asamblea de Extremadura durante el último pleno del pasado año.

Imagen general de la Asamblea de Extremadura durante el último pleno del pasado año. / ASAMBLEA DE EXTREMADURA

Rocío Sánchez Rodríguez

Rocío Sánchez Rodríguez

Arranca la maquinaria. Quedan menos de cinco meses para que Extremadura celebre elecciones autonómicas y municipales y los partidos políticos ya han empezado sus movimientos, algunos más bruscos que otros, pero todos buscan lo mismo: posicionarse lo mejor posible en la casilla de salida hacia el 28 de mayo, cuando los ciudadanos elijan quién va a mandar en la región los próximos cuatro años.

En la última cita electoral, la de mayo de 2019, el PSOE logró la mayoría absoluta (un rara avis en tiempos de gobiernos de coalición) con el 46,73% de los votos y pasó de 30 a 34 diputados; el PP se quedó con el 27,49% de la papeletas y bajó de 28 a 20 parlamentarios; Cs, con el 11,11%, creció de uno a siete representantes; y Unidas por Extremadura (la suma de Podemos, IU, Extremeños y Equo) se quedó en el 7,18%, disminuyendo de 6 a 4. Vox estuvo en el límite, logró en torno al 4,7% de los votos en ambas provincias para entrar en la Asamblea (hace falta mínimo el 5% para el primer diputado) .

¿Cuál es la situación actual? El PSOE se siente favorito y ganador, el PP considera que el efecto Feijóo les ayudará a superar a los socialistas, Cs vive en la cuerda floja y Unidas por Extremadura aspira a no perder su espacio propio.

A continuación, el análisis de los partidos de cara al 28M:

PSOE: «Hay tendencia al bipartidismo, no solo en Extremadura»

«No podemos subestimar la inteligencia del ciudadano». Así responde Marisol Mateos, secretaria de Organización del PSOE de Extremadura, cuando se le pregunta si la situación del partido a nivel nacional puede afectar en las elecciones autonómicas. «Es evidente que cuando se Gobierna el desgaste es mayor», expresa. No quiere entrar a valorar temas delicados de gran polémica (como la rebaja del delito de malversación) y culpa al PP del «ruido ensombrecedor». «Es que se oponen a todo». No obstante, reconoce que no todas las decisiones gustan. En este sentido y con respecto a la figura de Pedro Sánchez, ¿cómo abordarán la campaña? «Nosotros nunca hemos dejado la marca de lado», expresa Mateos.

La única vez que el PSOE perdió las elecciones en Extremadura fue en 2011, con una crisis económica al alza. También gobernaban los socialistas en Moncloa, con José Luis Rodríguez Zapatero en primera fila. «No tiene nada que ver, las condiciones sociales y económicas ahora son muy diferentes», asegura. Y tira de los datos del paro. Cierto que Extremadura cerró 2022 con un 10% menos de desempleo; otra cuestión son los salarios, sobre todo si se compraran con la subida desbocada de los precios.

En cuanto al candidato, ya confirmado de manera oficial, será la quinta vez que Guillermo Fernández Vara aspire a la presidencia de la Junta y, si gana, la cuarta vez que gobierne, la tercera de seguido.

En este sentido habría que recordar que casi la primera medida que puso en marcha Vara nada más arrancar la actual legislatura fue eliminar la limitación de mandatos. El PP, cuanto tomó los mandos, aprobó una propuesta que fijaba en ocho años consecutivos el máximo que se podía ser presidente de Extremadura. Con esa norma en pie, Vara no hubiera podido volver a ser candidato.

El argumento del PSOE: se trataba de una anomalía que solo existía en la región (no era cierto, también estaba en Murcia y Castilla y León). La crítica de la oposición: con esta ley en activo, el PSOE debía afrontar la sustitución de su líder, por lo que se iba a iniciar una «guerra interna por la sucesión».

Es obvio que para los socialistas presentar de nuevo a Vara es una garantía. Hasta el punto que están convencidos de que repetirán con mayoría absoluta. Más allá del último sondeo del CIS, que le daba la victoria al PP, ellos se guían por sus propias encuestas. «Tenemos alcaldes que han hecho muy bien su trabajo», añade Mateos como aval.

Lo que sí tienen claro es que ahora «la tendencia es al bipartidismo, no solo en Extremadura». Dan por casi por hecho que Cs desaparecerá de la Asamblea.

PP: «No absorbemos los restos de Cs, sumamos valores»

La exposición de la nueva líder regional del PP, María Guardiola, en las redes sociales es intensa desde hace meses. El partido ha centrado las fuerzas en su promoción; sabían que la nueva cara de los populares no podía ser una desconocida. ¿Se puede quemar la imagen? «A menos de nueve meses de las elecciones, cuando salió elegida, era lo que debíamos hacer. Y hemos logrado que el grado de conocimiento sea del 65%, y eso nos permite disputarle la Junta al PSOE». Quien responde es Abel Bautista, secretario general del PP extremeño. No obstante, apunta rápidamente que no era ese el único objetivo de partida, sino «escuchar a los ciudadanos».

Bautista dice que no quiere comparar la situación actual con 2011, cuando los populares ganaron en Extremadura de la mano de José Antonio Monago. «No es la misma dirección», expresa. Aunque sí hace similitudes y asegura que desde ese año no se vive un apoyo «tan fuerte» como el de ahora. «En las redes sociales, en la barra del bar... Podemos estar hablando de un cambio de Gobierno».

Guardiola, que ejercía de concejala en el ayuntamiento de Cáceres, no era la única interesada en liderar el partido; también el alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, quiso dar un paso al frente resaltando que la militancia estaba de su parte. Pero Pizarro no encontró apoyo en Madrid ni bajo la batuta de Pablo Casado ni con el nuevo jefe, Alberto Núñez Feijóo. «La realidad es que la única que presentó candidatura fue María Guardiola. Y del congreso salió una líder fuerte y un partido unido», resume Bautista.

En el camino hacia la búsqueda de los números uno el caso de Badajoz ha retumbado bien alto. Se convocó un acto que se suspendió casi en el último momento para presentar como candidato a la alcaldía a Antonio Cavacasillas. El motivo, un secreto a voces: la apuesta real era traerse a Ignacio Gragera, regidor de Badajoz por Cs, al PP. Y así ha sido. Los populares han encontrado su baza en otra formación. «El encargo era elegir a los mejores. Y lo que Badajoz necesita es mayoría absoluta».

Intenta explicarlo Bautista como una suma de equipos, pero realmente Gragera se ha dado de baja en Cs y se ha afiliado al PP.

Entre las filas populares confían en que la capital pacense sea una plaza ganada, no quieren perderla, más aún si la ambición es mandar en la Junta.

Tampoco esconde Bautista que prevén que el partido naranja va a desaparecer. «Pero no se trata de absorber los restos de Cs, sino de sumar valores. El futuro de multitud de cargos de Cs, que tienen mucho que aportar a la política, pasa por la casa común, que debe ser el PP», subraya.

¿Y la puerta a Vox? Guardiola ya expresó en una entrevista a este periódico que, por ahí, «no hay líneas rojas».

¿Se notará el efecto Feijóo? «Es indudable que la política nacional beneficia o perjudica a los partidos regionales en comunidades como Extremadura. Y ahora mismo la situación es muy buena», manifiesta Bautista.

Cs: «No tengo nada claro volver a ser el candidato»

Una legislatura muy complicada. Así describe David Salazar, portavoz de Cs en la región, su paso por la Asamblea de Extremadura. Afirma que no quiere hacerle daño a su partido en ningún momento, pero ahora mismo no tiene nada claro volver a ser el aspirante de la formación naranja a la Junta. «No cuento con lo que debería para poder liderar una candidatura», asegura. Aunque el foco se puso en él cuando su excompañero, Ignacio Gragera, se pasó al PP, en este caso cambiar de siglas no entra en sus planes.

Con la marcha de Gragera, la situación del partido en la comunidad, ya de por sí difícil, se ha complicado aún más. Reina la incógnita. No hay ningún nombre encima de la mesa para capitanear la formación a nivel autonómico.

Salazar fue nombrado coordinador regional y portavoz de Cs en Extremadura tras abandonar su cargo Cayetano Polo. Su elección, desde Madrid, vino acompañada de polémica. Parte de su grupo parlamentario presentó una propuesta de organigrama en la Mesa de la Asamblea que lo dejaba fuera de cualquier puesto. La amenaza desde Madrid fue expulsar a esos «diputados rebeldes» por desafiar la decisión de la dirección nacional, pero todos siguieron en el partido y en el grupo parlamentario.

Unidas (Podemos): «Tenemos una oportunidad tremenda»

Unidas por Extremadura se presentó a las elecciones en 2019 como la suma de Podemos, IU, Equo y Extremeños. Esta vez Extremeños ha decidido marcharse y están negociando con otras fuerzas regionalistas de nueva creación como Alianza Verde o Nuevo Extremeñismo. «La idea es ampliar el espacio con formaciones progresistas y que defiendan la soberanía regional», explica Irene de Miguel, que será, por segunda vez consecutiva, la candidata a la Junta.

Su referente a nivel nacional, Yolanda Díaz, actual vicepresidenta del Gobierno, a la que ve «capaz de aglutinar a todas las formaciones de izquierda».

En Extremadura no existe división, esto es, no hay distintas voces que quieran pescar votos en el mismo caladero de izquierda, no topan con ese hándicap, pero la mayoría absoluta del PSOE de esta legislatura les ha impedido visibilidad.

Aún así, De Miguel defiende que existe «una oportunidad tremenda» para ellos. Aspiran a convertirse en llave de gobierno con un discurso claro de oposición a la mina de Cáceres, el macrovertedero de Salvatierra de los Barros y el megaparque de ocio de Elysium City en el entorno de La Siberia.

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