28M

Una campaña a varias velocidades

El PSOE ha hecho más actos que nunca y el PP ha optado por citas de cercanía. Esta vez han venido todos los líderes nacionales a Extremadura

Foto de familia en el arranque de campaña de los candidatos a ser presidente de la Junta.

Foto de familia en el arranque de campaña de los candidatos a ser presidente de la Junta. / Jero Morales

Rocío Sánchez Rodríguez

Rocío Sánchez Rodríguez

Una campaña diferente. Unos han pisado el acelerador, otros han optado por encuentros pocos populosos y otros ni siquiera han hecho esfuerzos por hablar con los ciudadanos por la calle. Cada cual sabía cuál era su punto de partida. Cada cual ha optado por la que ha considerado la mejor técnica para sumar apoyos. Lo que sí es cierto es que esta vez todos los líderes nacionales han venido a Extremadura para dar fuerza a sus candidatos regionales para la cita de este domingo, 28 de mayo. 

Así, Badajoz ha acogido el mitin con más lleno de todos, el del presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, que congregó a unos 6.000 asistentes junto con el candidato regional, Guillermo Fernández Vara, y el local, Ricardo Cabezas.

El líder nacional de PP, Alberto Núñez Feijóo, dio otro mitin el mismo día y a la misma hora que Sánchez, pero en Cáceres, con algo de más de un millar de asistentes. Con él, la aspirante regional, María Guardiola; y el local, Rafa Mateos.

Por parte de Cs ha acudido a la región el portavoz nacional de la formación, Edmuno Bal, que ha estado en Cáceres y Mérida, donde además acompañó al candidato regional, Fernando Baselga, en el cierre de campaña.

Asimismo, Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno, ministra de Trabajo y creadora de la nueva formación de izquierdas Sumar, arropó a Irene de Miguel, de Unidas por Extremadura, en Mérida. Y después en Badajoz hizo lo mismo la ministra de Igualdad, Irene Montero, de Podemos.

El día del incendio

Y, por último, el líder de Vox, Santiago Abascal, también ha visitado la región, concretamente Cáceres, donde organizó un mitin el día que PSOE y Unidas suspendieron la campaña electoral por el incendio de Las Hurdes y Gata. También acudió a la capital cacereña al principio de la campaña el diputado Iván Espinosa de los Monteros, que paseó por la ciudad con el candidato extremeño, Ángel Pelayo Gordillo.

Hasta ahí las visitas. Después cada formación ha llevado un ritmo distinto. El PSOE ha sacado pecho asegurando que ha hecho más actos y más kilómetros (unos 16.000) que nunca. Vara arrancó la campaña en el Turuñuelo para poner en valor el patrimonio de Extremadura. El hallazgo de los primeros rostros de la civilización tartésica dio la vuelta al mundo.

Y a la vez que se desarrollaban los encuentros electorales, se han ido anunciando pasos adelante que suponían un empuje positivo para los socialistas. Por ejemplo, el inicio de las obras del macroparque de ocio de Elysium City, la colocación de las vigas del futuro puente para sortear el socavón en la N-523, la carretera que une Cáceres y Badajoz; y la cesión de la presa de Valdecaballeros por parte del Estado a la Junta para que no se derribe.

Las redes sociales

Precisamente en el socavón fue donde inició la campaña María Guardiola para cargar contra Vara por la lentitud de las obras. Su discurso ha sido, en general, una crítica a la gestión del PSOE. En cuanto a la agenda del día a día, no ha convocado a la prensa a todos sus actos ni ha organizado encuentros populosos, ha hecho visitas puntuales para practicar la política de la cercanía. También ha potenciado las redes sociales. Y eso sí, sin perder ni un momento la sonrisa.

Tampoco la ha perdido Baselga, que ha vivido esta campaña como un superviviente en el Titanic por la situación de su partido; las encuestas lo dejan fuera de juego. Él ha marcado una ruta del ‘no derribo’, con visitas a Valdecañas, la presa de Valdecaballeros y la central nuclear de Almaraz. Pero en ninguno de sus actos ha tomado demasiado contacto con la calle.

Por su parte, De Miguel ha seguido en su línea, visitando mercadillos y a los agricultores del Jerte, y esta vez con un discurso más directo a sabiendas de que el pactómetro puede estar en sus manos.

Y, por último, Pelayo Gordillo se ha dejado ver poco y apenas ha tenido contacto con la calle. Tienen claro que no lo necesitan, la marca de Vox vende por sí sola.  

Sin duda, ha sido una campaña a varias velocidades.

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