EL PERIÓDICO EXTREMADURA RECIBE LA MÁXIMA DISTINCIÓN DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA

Una medalla que vale un siglo de noticias

Diario decano de la región, nacido en Cáceres el 1 de abril de 1923, el Extremadura es el primer periódico de la comunidad autónoma que cumple cien años de vida y de los pocos rotativos españoles que logran esa vitola

Trabajadores de El Periódico Extremadura en la redacción central del diario en Cáceres.

Trabajadores de El Periódico Extremadura en la redacción central del diario en Cáceres. / Carla Graw

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Nació con clara vocación regional y ha cumplido sobradamente su objetivo. Desde el 1 de abril de 1923, el Extremadura no ha parado de colgar medallas: medallas a los héroes del covid, medallas a los que lucharon enfurecidamente contra la riada de Badajoz, medallas a los que consiguieron que el Cáceres llegara a la ACB, medallas a los agricultores que cultivaron el fruto, a los profesores que enseñaron vocacionalmente a sus alumnos, a los mayores, a las mujeres... que hasta le levantó una escultura a Leoncia Gómez Galán, la última vocera de periódicos de la cacereña plaza de San Juan, un ejemplo de la lucha feminista por la defensa de sus derechos. 

Pero ahora es el momento de que este periódico se cuelgue su medalla, la que le otorga la comunidad autónoma por sus cien años de servicio al periodismo libre, objetivo y siempre en defensa de los intereses de esta tierra. La Medalla de Extremadura supone el mayor reconocimiento que ha obtenido este rotativo a lo largo de su historia. La consigue de forma merecida por sus cien años en la trinchera informativa y es, indudablemente, un homenaje no sólo para su empresa editorial, sino para los que la hicieron posible, para los que a día de hoy continúan aquí y, sobre todo, para los lectores, fieles aliados de quien ha sido fedatario directo de la actualidad de nuestro territorio.

«¿No me esperabas, lector? Pues ya me tienes aquí. Te doy palabra de honor que quiero ser para ti siempre tu amigo más fiel» . Estas fueron las primeras palabras publicadas por el Periódico Extremadura en su número fundacional; primer ejemplar de lo que en sus orígenes fue un Diario de la Acción Católica Diocesana fundado por el obispo de Coria y cardenal primado de España, monseñor Pedro Segura Sáenz, y que tuvo como primer director al conocido abogado del Estado, el cacereño Tomás Murillo Iglesias.

Desde su creación este periódico fue, sin duda alguna, no sólo la voz de Cáceres (cuya medalla de oro también ostenta), sino igualmente de Extremadura, la misma marca que en la actualidad conserva. Era entonces éste un periódico de cuatro páginas con un precio de suscripción de 2 pesetas al mes, que se editaba en el Palacio de la Generala, en pleno corazón de la ciudad monumental de Cáceres y a los pies del Foro de los Balbos de la plaza Mayor cuando la plaza era el hervidero comercial más importante de la capital. El Foro era una de las grandes reliquias de aquella bellísima plaza Mayor que un día tuvo Cáceres, con su bandeja cargada de romanticismo, sus grandes palmeras que pareciera rozaran el cielo y sus baldosas portuguesas donde las niñas jugaban al corro y los muchachos jugaban a los bolindres y a la billorda y dibujaban cada tarde con un tizón la silueta del Guerrero del Antifaz, mientras en las escaleras que suben a Santa María pasaban las mujeres cargadas con sus cántaros en dirección a las fuentes del Camino Llano y la Concepción.

Recibe el mayor reconocimiento de su historia, el de la medalla de la tierra que lo vio nacer

En ese entorno creció el Extremadura, un diario que a lo largo de estos cien años ha madurado sin perder su esencia porque este periódico siempre ha sido de la gente que nos lee: testigo de la Transición, de la Democracia y de nuestro Estatuto de Autonomía. Se abrió el Extremadura a Extremadura: a su universidad, a sus primeras autovías, a sus centros de investigación... Desde el 1 de abril de 1923 este rotativo se ha entregado a la región gracias al equipo de profesionales que han pasado por esta empresa editorial, integrada en Prensa Ibérica, uno de los más importantes hóldings editoriales de nuestro país.

Testigo de la historia. Dando a conocer la muerte de Franco.

Testigo de la historia. Dando a conocer la muerte de Franco. / EL PERIÓDICO

El Extremadura recibe la Medalla de la tierra que lo vio nacer porque es decano de la prensa regional, el único que celebra un hito histórico: convertirse en el primer rotativo de la comunidad que cumple 100 años; empresa consolidada, una de las pocas que tiene la vitola de centenaria, un logro que apenas una veintena de diarios españoles ha conseguido y que a lo largo de este año está celebrando su cien años con un apretado programa de actos que tiene su punto culminante con esta medalla regional.

Desde 1923, el Extremadura ha sido testigo de la actualidad de nuestra comunidad autónoma

Varias sedes nos acompañan: de la Generala a la Madrila, pasando por Camino Llano hasta llegar a nuestro domicilio social actual en Doctor Marañón. Un siglo como obreros de la palabra que hoy se ven materializados en una medalla que el Extremadura recibirá en el Teatro Romano de Mérida la noche del 7 de septiembre, víspera del día de la comunidad autónoma.

«La paciencia y la reflexión hacen posibles muchas cosas que al primer golpe de vista parecían imposibles», decía aquel primer número de 1923. Ese esfuerzo se ve finalmente colmado y sirve de estímulo para seguir contando lo que pasa, adaptado a los nuevos tiempos: de los tipos de plomo a la velocidad de crucero de la web. En el Extremadura huele a papel, ese papel que ha traído a este periódico hasta aquí, cien años después de haber visto por primera vez la luz.