Opinión | La trastienda // el artículo del director

El bipartidismo manda

A la vista de las candidaturas presentadas en los municipios extremeños, se aprecia que el tándem PSOE-PP sigue imperando

El bipartidismo manda

El bipartidismo manda / EL PERIÓDICO

Hacer coincidir elecciones autonómicas con municipales tiene mucha importancia. En los grandes partidos se sabe que buena parte de los electores tiende a unificar el voto en las urnas. En consecuencia, hay que presentar listas en cuantos más sitios sea posible, mejor.

Hacer una candidatura a la Asamblea de Extremadura resulta relativamente sencillo. Basta coger 36 nombres y sus suplentes por la provincia de Badajoz y 29 nombres y sus suplentes por la de Cáceres y encauzar una opción de gobierno con su candidato. Pero presentar listas municipales en todos y cada uno de los 388 municipios de la región es harto complicado. Hay que disponer de una amplia infraestructura logística y buscar a mucha gente, convencerla para que su nombre aparezca en una candidatura y comprometerla con unas determinadas siglas. La prueba de esta dificultad es que, a la vista de los boletines oficiales de ambas provincias publicados la semana pasada, solo el PSOE y el PP lo consiguen holgadamente. Tanto que el 60% de los ayuntamientos de la región solo cuentan con candidaturas del PSOE y del PP. En resumen, que solo en el 40% de los ayuntamientos de Extremadura hay más de dos candidaturas y los electores pueden ir más allá del bipartidismo tradicional.

Como ha señalado la consultora Stratego, la pugna PSOE-PP marcará una vez más los comicios municipales en 2023, pues populares y socialistas serán las únicas listas en 221 de las 388 localidades de la región. Estas 221 localidades suman 184.873 electores -incluidos españoles residentes y extranjeros con derecho a voto-, lo que supone el 21% del censo total de papeletas, una ventaja a priori de 21 puntos para los dos grandes partidos, con lo que ello supone de empuje y arrastre a la candidatura autonómica.

Ciudadanos presentó alternativa municipal en 92 municipios en 2019 y ahora lo hace solo en 33 y Unidas Podemos baja de 78 a 56 localidades, mientras que crece la presencia de Vox que en 2019 estuvo en 27 municipios y ahora lo hará en 50. Esta circunstancia tendrá una extrapolación de escaños en el Parlamento autonómico y logrará que el reparto de fuerzas necesariamente cambie el 28M.

Tradicionalmente no existen grandes diferencias entre el voto municipal y el voto autonómico, no así entre éstos y el nacional cuando se trata de unas elecciones generales. Ello denota que los electores saben a ciencia cierta qué están votando y en qué momento. No estoy diciendo que lo nacional no vaya a influir en el clima electoral del 28M. Existe de hecho la excepción con Zapatero y la crisis de 2011 que se llevó por delante a Vara, pero sí que los candidatos locales hacen muchas veces de muro de contención de lo pasa en el conjunto del país, sobre todo en un contexto rural.

Al PP le interesa plantear estos comicios en clave nacional. Así se ha planificado desde la dirección nacional y autonómica para todos los territorios y la estrategia va a funcionar en comunidades como Madrid o quizás Valencia. Existe la duda sobre el resto porque el PSOE extremeño, por ejemplo, muy al contrario, lo que plantea es una contienda en clave autonómica y local, con un perfil presidencialista basado en la figura de Vara y dejando a un lado todo lo posible el contexto nacional.

Veremos si funciona una u otra estrategia porque lo que sí está claro es que en Extremadura el bipartidismo sigue imperando en las urnas. PSOE y PP se llevan el mayor cómputo de votos y son los únicos que pueden liderar un gobierno. Podemos parece mantenerse a priori, Ciudadanos cae sin remedio e irrumpe Vox con fuerza. De ese cóctel saldrá el resultado que nos gobierne los próximos cuatro años.

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