La curiosa impertinente

Concordia y premios

Carmen Martínez-Fortún

Carmen Martínez-Fortún

Pasó la noche de paz y el rey alertó contra el cuestionamiento de los principios que garantizan la convivencia, como la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político, además de apelar al deber moral de evitar que el germen de la discordia se instale entre nosotros. Tales palabras irreprochables se las han reprochado todos los socios del PSOE aunque es obvio que no rechazan su mensaje sino a él. Seguro que, si en vez de su majestad las hubiera pronunciado, por ejemplo, el Papa Francisco, les hubieran parecido de perlas. Las atacan porque PP y Vox las aplauden, no por su valor intrínseco, demostrando un día más que el monarca, si en algo pecó fue de optimista, porque es un hecho que la discordia ya está bien agarrada.

Y en unos desde luego más que en otros. Prueba de ello es que, aunque la cortesía parlamentaria no sea protagonista fundamental de nuestras cámaras, todavía queda el talante, la corrección y la educación suficiente como para que la asociación de periodistas parlamentarios entregue sus premios anuales en una gala amable. Este año, el mejor orador fuese Aitor Esteban, que se mostraba encantado, Feijóo se alzó como senador del año y Óscar Puente como diputado revelación y el más activo en redes sociales, no se sabe si por bloquear a quien le critica o por llamar frutera a Ayuso, con ingenio digno del mismo Quevedo. Todos ellos acudieron encantados y encantadores al decir de las crónicas, lo que demuestra que pese a que se masacren verbalmente, se sobrellevan. Menos Pablo Iglesias, que no es parlamentario, pero que montó en cólera en redes por que hubieran nombrado a su mujer Azote del gobierno. Hubo un tiempo en que tenía sentido del humor, pero debe de ser que no están los tiempos para risas. Montero no lo recogió, pero sí Belarra en su nombre. Al menos tuvieron ese detalle. La catalana Miriam Nogueras, icono de la mala educación por no contestar en castellano, fanática y sectaria contumaz, fue galardonada con el Castigo de la Prensa. Ni siquiera fue. ¡Cómo va a mostrar ella concordia si lo pide el rey!

* Profesora

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