A la intemperie

Gobernar de rodillas

¿Qué tienen que decir los diputados socialistas extremeños ante este despropósito?

PUIGDEMONT EN UN MITIN.

PUIGDEMONT EN UN MITIN.

Fernando Valbuena

Fernando Valbuena

El Gobierno de España se ha convertido en manifiesto enemigo de España. Los separatistas y los comunistas han encontrado en los socialistas la palanca que necesitaban para multiplicar el daño a la convivencia entre españoles. Lo que estamos viviendo no es una pesadilla, ni una alucinación, ni un delirio, aunque lo parezca; es, desgraciadamente, la realidad. El Gobierno de España ha caído en manos de un tipo con menos escrúpulos que Nosferatu. El esperpento vivido esta semana es la demostración palmaria del triunfo de la inmoralidad. La actuación del Gobierno provoca en todo ciudadano honrado y libre, por enésima vez, bochorno, sonrojo y vergüenza.

Estamos ante un gobierno títere en manos de un bandolero prófugo de la justicia. Un gobierno arrodillado, ultrajado, humillado… Este es el argumento de la película, no otro. Sin embargo, a Pedro Sánchez y a su banda no parece importarles la incomodidad de gobernar de rodillas. Ni un gesto de dignidad, ni un ápice de decencia. Tragan con todo. Hasta quedarse sin aire. Triste es tener que reconocer en semejantes interfectos a nuestros gobernantes, pero lo verdaderamente triste -no deberíamos olvidarlo- es que, humillándoles a ellos, nos humillan a todos los españoles. Esa es la gangrena que nos come. Eso es lo trágico.

Es imposible no verlo. El gobierno socialista presidido por Pedro Sánchez se dedica al mercadeo de dádivas con quien le aprieta, pero no le ahoga, a la gestión circense del caos parlamentario, a la satisfacción urgente de intereses particulares, al nepotismo extremo y al cultivo intensivo (y extensivo) de la mentira. Así hasta enfangar el debate político a fuerza de honrar a los criminales y de criminalizar a los honrados.

Valga esto para el flamante ministro de Economía. ¿Extremeño? En la primera rueda de prensa cantó la gallina. Es curioso, un tipo tan magníficamente preparado y, a la vez, tan flojo. Preguntado por algo tan sencillo como si se va a sancionar a las empresas catalanas que en 2017 mudaron su domicilio social a otras regiones no supo sino cacarear el argumentario

Y no, ni siquiera es un gobierno de izquierdas. No, no es de izquierdas privilegiar a los ciudadanos ricos de las regiones ricas frente a los ciudadanos pobres de las regiones pobres; no, no es de izquierdas ceder el control de la inmigración a los racistas; no, no es de izquierdas prohibir a los españoles estudiar en español; no, no es de izquierdas que los convenios laborales autonómicos primen sobre los estatales; no, no es de izquierdas… Ni de derechas.

Esta banda, además de vaciar las arcas públicas, nos ha robado la ilusión. Nos ha endeudado por generaciones y nos ha empobrecido radicalmente. Es un gobierno de moral errática que premia a los chantajistas y castiga a los inocentes. Y a los extremeños más. Nos toman por la tonta del bote. Quizá en esto no vayan del todo desencaminados vista la catadura moral de nuestros representantes. ¿Qué tienen que decir los diputados socialistas extremeños (más socialistas que extremeños, por supuesto) ante este despropósito? Oídos les tengo: que no, que es por nuestro bien, que en realidad nos va a ir cada día mejor, que tranquilos, que el tren está al pasar y, ¡alarma!, ¡alarma!, ¡que viene la ultraderecha! Y lo dicen sin que se les caiga la cara de vergüenza. Y es que, como Pedro Sánchez, ellos también son partidarios de perder antes la dignidad que el poder.

Valga esto para el flamante ministro de Economía. ¿Extremeño? En la primera rueda de prensa cantó la gallina. Es curioso, un tipo tan magníficamente preparado y, a la vez, tan flojo. Preguntado por algo tan sencillo como si se va a sancionar a las empresas catalanas que en 2017 mudaron su domicilio social a otras regiones no supo sino cacarear el argumentario. Y lo hizo a sabiendas de su falsedad. Demostró ser obediente. Comportamiento que, pese a su torpe aliño indumentario, le acerca al gremio de los ministros con librea de mayordomo. Está claro que no tendrá reparo en gastarse nuestro dinero en incentivar su vuelta a Cataluña, aunque eso impida que Extremadura pueda competir en condiciones de igualdad. Será extremeño, pero no creo que sea pariente ni de Cortés ni de Pizarro, sino más bien otro experto en trepar (con rodilleras, por si hay que trepar de rodillas).

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