Es decir

La ideología de los tractores

Protesta de los tractoristas en Plasencia.

Protesta de los tractoristas en Plasencia. / Toni Gudiel

Daniel Salgado

Daniel Salgado

Hay una pregunta cuya respuesta urge: ¿son de derechas o son de izquierdas, quienes protestan con los tractores? Si se preguntara en Portugal, la respuesta sería «de derechas», puesto que gobierna el Partido Socialista y, como es sabido, ‘Piove, porco governo!’ (o ‘Piove, governo ladro!’, según Ferlosio, quien atribuye el dicho a Giosuè Carducci). Pero si se preguntara en Francia, la respuesta sería más complicada, porque gobierna el partido de Macron, a quien resulta «difícil situar ideológicamente», según el politólogo Dorian Dreuil, «porque hace todo para que no se le defina ni de derechas ni de izquierdas», si bien «ha ido ocupando progresivamente el espacio que ha dejado la derecha tradicional», o sea que la respuesta sería «de izquierdas» (quienes protestan).

Lo normal, lo natural, por no decir lo histórico, es que las protestas sean siempre ideológicamente opuestas al gobierno, aquí y en cualquier democracia que no tienda a la bulgarización (con be de Bulgaria), de manera que si el gobierno es de derecha (o de derechas, o sea, de dos o más derechas, como el gobierno de Extremadura, por ejemplo: PP y Vox), las protestas que le corresponden serán de izquierdas, y si el gobierno es de izquierda (o de varias izquierdas distintas, como el gobierno actual de España, salvo la anomalía de Junts), las protestas han de ser de derechas. Vale decir que es lo tradicional, pero siempre habrá excepciones, claro: de hecho, el 14 de diciembre de 1988, la protesta en forma de huelga general en España la organizaron UGT y CCOO contra el PSOE, o contra González, que gobernaba entonces con mayoría absoluta (o mores maiorum!).

No, el secretario general de CCOO no acusa de empresarios a los agricultores y ganaderos por haber oído que en La 1 se culpa de las protestas del campo a la «extrema derecha», tal como denunciaba en Twitter (o en X, perdón) la Plataforma TVE Libre: “No puede ser más ridículo el telediario de TVE. Esto no es periodismo, es sectarismo”.

Bien. Entendida la estupidez de establecer semejante correlación, equiparación, vinculación (por decirlo con tres palabras largas y feas cuyo uso desaconsejaba Orwell) entre clase de gobierno y tipo de protesta, o entre ideología y lo mismo, se entenderá mejor lo dicho por el secretario general de CCOO, Unai Sordo, acerca de las protestas de los agricultores y ganaderos: “No son trabajadores, son empresarios del campo”, lo que es tanto como decir que es la patronal la que debe ocuparse de ellos, como se ocupa de cualquier empresario. Y se entenderá mejor, sobre todo, por lo que da a entender: que serán trabajadores, sí, pero de derechas, y que CCOO no va a sumarse a ninguna causa de trabajadores de derechas, sean agricultores o ganaderos, y, menos aún, a participar en sus reivindicaciones, solo faltaría. En otras palabras, el dirigente sindical no es que se desentienda de ellos, sino que distingue entre trabajadores de derechas y de izquierdas.

No, el secretario general de CCOO no acusa de empresarios a los agricultores y ganaderos por haber oído que en La 1 se culpa de las protestas del campo a la «extrema derecha», tal como denunciaba en Twitter (o en X, perdón) la Plataforma TVE Libre: “No puede ser más ridículo el telediario de TVE. Esto no es periodismo, es sectarismo”. Es más, no se trata tanto de lo que Unai Sordo dé a entender o haya oído como de lo que su experiencia como sindicalista le dice. Y le dice, en primer lugar, que los empresarios del campo son los propietarios del campo (cortijos, fincas, haciendas, etc.). En segundo, que dicen protestar contra la burocratización y las restricciones del uso de fitosanitarios del PAC, cuando lo que en realidad reclaman o incluso exigen son mejoras agrícolas y ganaderas… económicas. Y, por último, que envía a las protestas a quienes trabajan para ellos, ya sea cultivando sus grandes explotaciones (¿latifundios, como en tiempos?) o cuidando sus cabañas de ganado. Pero su experiencia le debe decir también, o debería, que hay más pequeños y medianos agricultores y ganaderos que empresarios del campo, y que si las dehesas y los cotos son de derechas, como lo son las ganaderías bravas, no lo son los huertos y los olivares, ni tampoco el pastoreo y el ordeño de cabras y vacas.

Así que urge saber si son de derechas o son de izquierdas, esos tractores. Porque, como se preguntan en las ciudades, ¿de qué se queja un agricultor o un ganadero que tiene un tractor de 500.000 euros? 

* Funcionario