Opinión | Blanco sobre negro

Los resKOLDOs de Sánchez

Ábalos en una comparecencia.

Ábalos en una comparecencia.

Estamos siendo testigos estos días de una nueva muestra de las cloacas del PSOE. Desde Luis Roldán a Koldo, un exportero de puticlub, que tras un asombroso ascenso llega a ser asesor de un ministro socialista del Gobierno de Pedro Sánchez.

«Es el último aizkolari socialista, un guerrillero de grandes dimensiones físicas y corazón comprometido, un referente político en la lucha contra los efectos de la crisis», así definía el actual presidente del Gobierno a Koldo. Esta vez ha sido referente… en otros aspectos. Mientras toda España luchaba contra la pandemia del covid, el partido socialista se dedicaba a sacar ‘tajada’ de ello.

Porque son expertos en ello. Es esa ‘Política Torrente’, tan habitual en el partido socialista, que tiene como uno de sus estandartes al ‘Tito Berni’. Él incluso organizaba las fiestas con drogas y prostitutas desde su escaño en el Congreso de los Diputados. “Tráeme las tres mejores que tengas”, decían algunos miembros de su trama.

Tampoco debemos olvidar los ERE de Andalucía, el mayor caso de corrupción de la democracia española. De hecho, el ‘chófer de la coca’ ha sido recientemente condenado a cuatro años y nueve meses de cárcel por gastarse el dinero de los ERE de la Junta andaluza en droga. Nada más que añadir. Y es que la vida es eso que pasa entre escándalo y escándalo del partido socialista.

Ábalos hacía de intermediario con la trama con la que se reunió hace apenas dos meses en una marisquería. El que pagaba era Koldo y lo hacía con esos billetes de 500 euros que tenía guardados en la caja fuerte de su casa.

En esta ocasión le ha tocado el turno a Koldo, y por ahora ha salpicado a José Luis Ábalos, uno de los mayores escuderos del sanchismo o caza mayor, como se define él mismo. Ábalos hacía de intermediario con la trama con la que se reunió hace apenas dos meses en una marisquería. El que pagaba era Koldo y lo hacía con esos billetes de 500 euros que tenía guardados en la caja fuerte de su casa.

El que fuera secretario de organización del PSOE se ha resistido a dejar su acta de diputado. Ha pasado al Grupo Mixto «sólo» y echando en falta el respaldo de su partido, que le ha pedido insistentemente su dimisión, aunque sin notificárselo personalmente. Podría haber negociado la amnistía como está haciendo Puigdemont, prófugo de la justicia e investigado actualmente por terrorismo.

¿Y si hubiera dimitido? Ana María González Herdaro, actual alcaldesa de la localidad valenciana de Llaurí, que fue condenada por conducir bajo los efectos del alcohol, hubiese ocupado su cargo. El auténtico camarote de los hermanos Marx.

A Sánchez lo único que le preocupa es que le pongan la cruz de este ‘Caso Koldo’. Ábalos ha sido el apestado, pero también ha salpicado al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a los expresidentes socialistas de Canarias y Baleares, y a la propia mujer del presidente del Gobierno, que se reunió con el comisionista de la trama.

Mientras todo esto pasa en Ferraz, no podemos olvidarnos de nuestra tierra, y de los escándalos donde está inmerso el PSOE de Extremadura. Este sábado, 2 de marzo, es la fecha límite para que Pedro Manuel Salguero, exgerente del Festival de Teatro Clásico de Mérida, ingrese voluntariamente en prisión tras ser condenado a cuatro años de cárcel y una multa de 208.000 euros por malversación de caudales público y prevaricación administrativa. Escándalo y PSOE irán toda la vida de la mano.

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