Opinión | El apunte

Los siete magníficos

Denzel Washington.

Denzel Washington. / EL PERIÓDICO

Si tuviera que dar un nombre de cine al grupo de los independentistas catalanes de derecha, que se han apostado en el Congreso de los Diputados en la carrera de San Jerónimo s/n, en esta última legislatura, yo los bautizaría, sin dudarlo, como “Los Siete Magníficos”. Aquella antigua y famosa versión de 1960, que dirigió John Sturges, con YulBrynner, Steve McQueen, Charles Bronson, James Coburn, Robert Vaughn, Brad Dexter y Horst Buchholz, y con Eli Wallach haciendo de malo.

A pesar de todo, yo prefiero esta versión a la que dirigió Antoine Fuqua, en 2016, con Denzel Washington, como principal star. Aunque los Siete, en las dos versiones, eran Magníficos porque en ambas lograron que unos forajidos sin escrúpulos dejaran de abusar impunemente de un pueblo y pudiera vivir en paz. Y lo más importante y asombroso de las dos películas es que, sólo Siete, fueron capaces de acabar con más de trescientos cuarenta y tres pistoleros, que nunca eran tan rápidos como ellos utilizando el revólver. Aquellos Siete Magníficos consiguieron todo lo que se proponían para salvar a los habitantes del pueblo mexicano, sometido por una banda de pistoleros sin alma, a las órdenes del malvado Eli Wallach, interpretando al terrible Jefe Calvera.

Y si aquellos Siete Magníficos consiguieron todo lo que parecía imposible, no menos es lo que consiguen y están consiguiendo los siete magníficos del Congreso de los Diputados. Y son tan rápidos como aquellos del oeste, porque antes de que aprueben los diputados algo importante, ya saben ellos que se va a aprobar. Con rapidez escandalosa y de un certero balazo, se quitaron de en medio aquello de la malversación de sus líderes políticos.

Consiguieron el perdón con sólo ajustar un poquito los tornillos de sus escaños. Sólo siete consiguieron un perdón a su medida para todos los que, en su día, la organizaron gorda para conseguir unos objetivos muy particulares en la zona catalana. Logran los siete, a tiros de escaño, que incluso la ley piense que los policías son los ladrones y los ladrones la policía. Ahora sí que se entiende lo de la venda en los ojos de la diosa Themis, que imparte justicia vigilando atentamente el fiel de la balanza.

El hecho de tener a los siete magníficos, encargados de su defensa, ha animado incluso al president de la Generalitat Catalana a pedir que quieren hacerse cargo de todo, absolutamente todo, lo que se recaude en su autonomía. Envalentonado por una defensa magnífica sin igual y con gran elocuencia, Pere Aragonès nos descubre que hizo novillos cuando estudiaba Bachillerato en el Instituto el día que explicaron aquello de la solidaridad.

Él quiere llevarse todo lo que los siete magníficos puedan conseguir que se lleve, aunque él sea de izquierdas y ellos de derechas, pero, y ¡ojo que esto es increíble!, en un derroche de generosidad se despacha con que nos dará una limosna a las autonomías más depauperadas, como la andaluza, o la extremeña, o la castellano-manchega, o la murciana, o todas las demás que no dan la talla en el ranking de la riqueza. ¡Ah!, pero que nadie piense que esta limosna va a ser vitalicia. Nada de eso. La darán de manera temporal, sólo en los años que sean bisiestos, por la mañana de 10 a 12, bajo la estricta condición de cita previa, y con un observador suizo. No sé cuándo los diputados que defienden los intereses de estas autonomías, en la cámara baja, van a despertar del letargo de anuro al que han sido sometidos.

¡Qué pena que Los Siete Magníficos no fueran aquellos que cabalgaban a las órdenes de YulBrinner! Estoy seguro que serían más justos y más solidarios con los que menos tienen que éstos de Junts. Ya están avisando que habrá referéndum y República Catalana. No sé, pero los políticos de turno, al oír esto, están poniendo la misma cara que cuando ellos mismos negaban el indulto, y lo de la malversación, y lo de la amnistía, y lo de... n