Entrevista |

«Si emociona, es arte. Por eso engloba tantas disciplinas»

Marta Barroso, en su chaflán en la calle Roso de Luna

Marta Barroso, en su chaflán en la calle Roso de Luna / SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Luis Rollano

Luis Rollano

Nació en Jerez de la Frontera, aunque ya se siente extremeña después de haber vivido casi toda la vida en Cáceres. Se graduó en Comunicación Audiovisual por la UEX y después optó por especializarse en ilustración y diseño. Actualmente es alumna del Taller de grabado de la Escuela de Bellas Artes Eulogio Blasco de Cáceres. Durante sus años como trabajadora asalariada se ha formado en ilustración y diseño a través de diferentes talleres y cursos. Después de una aventura virtual, quería contar con un espacio físico para sus obras, por eso el pasado verano decidió abrir su Chaflán en Cáceres.

Marta Barroso, en su chaflán en la calle Roso de Luna

Marta Barroso, en su chaflán en la calle Roso de Luna / SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

¿Cómo y por qué nace El Chaflán?

Por un lado, para ofrecer un espacio que no existía en la ciudad. La parte más visible es la tienda, pero dentro tengo mi taller y me puedes ver trabajar. Para mí era importante poner en valor el factor humano y artesanal que hay detrás de los productos que ves en la tienda. Por otro lado y enfocado a algo más personal, tenía la necesidad de salir del taller de mi casa después de dos años trabajando desde ahí.

¿Por qué ese nombre?

Un chaflán es la parte rebajada de una arista y en grabado hacemos un chaflán cuando queremos rebajar el ángulo a las planchas de metal. Hasta entonces, no había sido una palabra habitual en mi vida. Cuando encontré el local, que hace esquina y tiene un chaflán, no había dudas. Luego descubrí que es un término muy habitual en arquitectura.

¿Qué es lo que usted entiende por arte?

Si emociona, es arte. Por eso engloba tantísimas disciplinas y tantas vanguardias. 

¿Cualquiera puede ser artista?

Cualquiera puede dominar una técnica, pero el artista además, tiene la imaginación y los recursos para crear. Para mí, esa es la diferencia entre simplemente ejecutar o crear.

Está impulsando varios talleres últimamente. ¿Cree que la formación vive su época dorada?

Durante muchos años, hemos vivido en modo automático y sin aliento, la verdad. El parón obligado del año 2020 nos hizo darnos cuenta de lo rápido que vivíamos, y volvimos a reconectar con nuestros hobbies más primarios o incluso, descubrir otros nuevos. Todo lo que se hace con las manos crea satisfacción y tiene un punto terapéutico que es difícil encontrar en otros ámbitos.

¿Cómo se puede salir de un bloqueo mental que te paraliza la inspiración?

Si se trata de una afición, te diría que es tan fácil como esperar. Cuando se trata de tu profesión, no te queda otra que seguir: intentar, cambiar de actividad para volver a retomarlo con otra perspectiva, llenar la hoja en blanco y quitarte la presión de que debes hacer la mejor obra de arte hasta el momento. No hay otra manera.

En un mercado tan saturado y lleno de ruido como Instagram, ¿cómo intenta diferenciarse?

Fue otro de los motivos detrás de la apertura de ‘El Chaflán’. Competir en Internet, donde no hay puertas y todo es campo abierto, es complicadísimo. Estamos en la era digital, pero no hay nada como lo personal y el boca a boca.

¿Cuál diría que es su principal vía de negocio?

Creo que aún es una mezcla entre los encargos ilustrados (principalmente cartelería) y la propia venta de mis productos. Estoy aprendiendo a equilibrar la balanza porque, por suerte, mis productos están gustando mucho y se está convirtiendo en mi principal vía.

¿Cuál ha sido su encargo más especial?

Los ha habido muy personales y ha sido un regalo llevarlos a cabo. Pero estoy muy unida al teatro y, profesionalmente, tenía pendiente crear ilustraciones que se proyectaran de fondo durante una obra de teatro. El año pasado pude hacer ese trabajo de la mano de ‘Las 4 Esquinas Producciones’ y estoy inmensamente agradecida por ello.

¿Su creación favorita?

Seguramente cualquiera de los grabados. Es una disciplina muy desconocida y el trabajo que lleva detrás no es reconocible a simple vista. 

¿Algún referente artístico del que seguir los pasos?

Por tipo de ilustración, siempre he sentido debilidad por Adolfo Serra y Raúl Guridi. En cuanto a estilo de negocio, me quedo con Cecilia Plaza, una ilustradora de Valencia que tiene su propia tienda de productos ilustrados.

¿Tiene algún lugar favorito para llevar a cabo sus ilustraciones?

Seguramente mi balconcito mientras da el sol. Y más, durante el invierno.