LA MIRADA

La Navidad está aquí

Belén de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, de 2021. Palacio de los Golfines.

Belén de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, de 2021. Palacio de los Golfines. / EL PERIÓDICO

Como os podríais imaginar, si faltan cuatro días para la Navidad, una columna como esta no puede hablar de otra cosa. Diréis... ¡Qué poca originalidad! Es lo que hay.

Desde el punto de vista religioso la cuestión está clara, la importancia del acontecimiento no tiene discusión. Para los cristianos la llegada del Hijo de Dios (¿pero esto qué es? Dirán algunos), y sobre todo su forma de nacer, marca una dimensión fundamental de sus creencias. Un Dios que decide hacerse tan cercano que elimina todo lo que lo separaba del hombre, tiene que tener alguna consecuencia. Y por otro lado la forma de hacerlo, también tendrá algo que decir..., ¡Digo yo!

El cristiano, hombre o mujer, vive estos días con una profunda impresión por la noticia, y cada año la vive como algo totalmente nuevo, porque nunca logra descubrir y asumir lo que realmente significa.

Las iglesias multiplican sus actos, los belenes intentan acercarnos al misterio, y cada uno saca sus conclusiones, que después llevará a su vida diaria, su trabajo, su familia, su problemática personal y su realidad más o menos complicada.

Desde otros puntos de vista, la cuestión se nos complica. Lo cierto es que el año cero del calendario que usamos casi todos, lo marca el nacimiento de este personaje y eso algo querrá decir, pero me parece que cada vez se va perdiendo tal significado. Los aires de secularización que cada vez nos envuelven, van relegando el significado del que hablábamos antes, y sibilinamente se está logrando que todo eso se pierda (no sabemos si son fiestas o Navidades). 

Desde hace tiempo, en nuestras catequesis se entregaba a los niños ‘El calendario de Adviento’, donde cada día aparecía una buena acción que se debería hacer para preparar el nacimiento de Jesús. Este año pueden verse esos mismos calendarios pero cada día aparece un regalo más menos caro que tengo que hacer a alguna persona que quiero.

El vendaval de compras y gastos en el que hemos convertido las Navidades, hace que su relación con lo que realmente supone, sea una quimera que no hay por dónde cogerla.

Existe un lado bueno: en estas fechas se multiplican las expresiones que indican los deseos de felicidad y paz para todos. Todavía hay familias que solo se ven estos días. Aunque sea solo por ello:

¡Feliz Navidad para todos!