la visión del restaurante de lujo de cáceres

«Por el vino Chateau d’Yquem estaría dispuesto a negociar con los ladrones»

Jose Polo, copropietario de Atrio, apunta a un robo por encargo y que el botín está fuera de España. Sobre cómo entraron en la bodega responde: «Como entran en el Pentágono»

Jose Polo, copropietario de Atrio, a su salida de los juzgados.

Jose Polo, copropietario de Atrio, a su salida de los juzgados. / Carla Graw

Entró circunspecto a los juzgados, pero a su salida, ya relajado tras declarar como testigo, el copropietario de Atrio Jose Polo habló por primera vez de forma más extensa de este caso ante los medios, a los que pidió disculpas por su silencio. «Fue un hecho muy doloroso, hemos querido pasar página y esa es la razón y el motivo por el que no hemos hablado», justificó.

Lo hizo después de que en la vista asegurara que no podía confirmar «al cien por cien» que los que estaban sentados en el banquillo (Constantin Dumitru y Priscila Lara Guevara) eran los que robaron en octubre de 2021 las 45 botellas de su bodega, una de las más valiosas del mundo. «No soy buen fisonomista; además él tenía pelo y ahora está más gordo. Ella sí me ha parecido un poco más», explicó rodeado de una nube de periodistas.

Si el sumiller, José Luis Paniagua, tiene todo el tiempo en su poder la llave maestra de la bodega, ¿cómo entraron los ladrones en su interior? «No lo sé -respondió-, ¿cómo entran en el Pentágono o roban un coche? Imagino que duplicándola. Con una llave vieja se puede hacer una llave maestra. No tengo ni idea. Realmente lo que sé, lo sé por las noticias».

Sí defendió la labor de Paniagua: «Siempre me dicen, joder, qué concienzudo es. No me extraña que se sepa cuántas botellas y cuáles faltan porque hace hasta tres veces la labor. Lo mete en un listado del ordenador y en dos libros manuales».

Luego se refirió al alto valor de las botellas (1,6 millones). «El precio siempre es relativo, solo depende de alguien que quiera vender algo y alguien que esté dispuesto a pagarlo». Y en este sentido aseveró: «La botella de Chateau d’Yquem no la hubiera vendido ni por un millón de euros, a no ser que me hubiera hecho falta para pagar a los empleados o a los proveedores, pero es una botella con mucha historia, una botella única que ya había tenido una rotura en el año 2001, cuando la compramos, y que para nosotros era muy especial».

Tan especial que para la propia Chateau era también una botella magnífica. De hecho, en esa bodega, que ahora pertenece al grupo Louis Vuitton, la botella más antigua que existe es de 1866 cuando la desaparecida era de 1806.

La pregunta es: ¿Dónde están las botellas? «Creo que ha sido un encargo -apuntó Polo-. Me quedaba la esperanza de que no, y que negociáramos. Si no han negociado y si no negocian de aquí a final de juicio, quiere decir que las botellas ya las tiene la persona que ha encargado el robo y que es mas peligrosa esa persona que la cárcel. Es sentido común, simplemente».

¿Y en qué mercado están? «Díganmelo ustedes. Está claro en qué mercado, está claro que fuera de España». Jose Polo confesó el amor que sentían él y Toño (su pareja, el amor de su vida, con quien fundó Atrio en 1986) por el d’Yquem (una joya patrimonial de 310.000 euros), por encima de las otras botellas robadas: «Los Romanée Conti al fin y al cabo son dinero, pero estaría dispuesto a negociar con los ladrones, no sé si es legal, sin embargo con el Chateau D’Yquem, sí». 

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