Semana Santa

El temporal marca el Jueves Santo en Cáceres: La procesión va por dentro

Resignación y pesar entre las hermandades al suspender todas las salidas de la jornada por la lluvia. Las cofrades se refugian en la intimidad de los templos y son arropados por los fieles

La Sagrada Cena recibe la noticia de que la procesión no sale.

La Sagrada Cena recibe la noticia de que la procesión no sale. / CARLOS GIL

No pudo ser. Ni una de las cuatro hermandades que tenían previsto salir en procesión este Jueves Santo en Cáceres llegaron a pisar la calle. Ante un precedente de Martes y Miércoles Santo aciagos, la jornada de ayer no amanecía, precisamente, con los pronósticos más favorables. Finalmente, los peores augurios se cumplieron para las hermandades, que con resignación y pesar anunciaron la suspensión de todas las salidas de mañana y tarde por la lluvia. Todas las cofradías, Sagrada Cena, Amor, Vera Cruz y Humilladero apelaron a la responsabilidad de preservar la integridad de las tallas, algunas de ellas con siglos de antigüedad, y de sus propios hermanos ante una previsión que auguraba tormentas y ofreció apenas un respiro. 

Así, en un clima que respiraba desconsuelo, compañerismo y una gran emoción contenida, los hermanos buscaron refugio entre sus fieles, cada cual en sus respectivos templos, rebosantes de cacereños y visitantes que aguardaban a las puertas con la esperanza de ver salir el cortejo. Esa conmoción inicial se transformó en exaltación en los íntimos actos que fueron acompañados por las marchas de las agrupaciones musicales y las lágrimas de los presentes.  

La primera en dar el funesto anuncio fue la Sagrada Cena. Pasadas las once de la mañana lo comunicó cariacontecido el mayordomo, Ricardo Fernández. «Hemos hecho lo que hemos podido, pero no podemos poner en juego el patrimonio material y humano», pronunció. Cierto es que la nueva fue recibida con cierta sorpresa porque en ese momento no llovía, pero la predicción de la Aemet para las próximas horas era ciertamente adversa.

Y si en la mañana, cuando el pronóstico parecía más favorable, la Sagrada Cena prefirió no poner en riesgo sus majestuosas tallas, la intensa tromba de la tarde obligó a quedarse dentro de manera consecutiva a las cofradías del Amor, Vera Cruz y Humilladero. La primera de las salidas de la tarde tenía previsto abandonar la capilla del colegio San José, más conocida como Santa Gertrudis, poco más tarde de las siete y media con sus imágenes titulares, Nuestro Padre Jesús de la Entrega, que solo es portado por los cofrades más jóvenes, el Santísimo Cristo del Amor, una talla de los años 30, y Nuestra Señora de la Caridad, una imagen del siglo XVIII). No lo hizo. Lo anunció, primero, a los hermanos en un acto a puerta cerrada y minutos más tarde, a los fieles. 

Apenas media hora después de que la cofradía del Amor renunciara a procesionar, los hermanos de la Vera Cruz se vieron forzados a desistir y a concentrar todos los actos previstos en el interior de la iglesia de San Mateo, en pleno corazón de la ciudad monumental, mientras más allá de sus puertas, Cáceres era testigo del temporal de agua y viento. Es junto a la Madrugada, que si no llueve saldrá este Viernes Santo (05.00 horas), el cortejo con más pasos, hasta cinco, que recrean la Pasión y muerte de Jesucristo en un sincronizado orden cronológico. Las imágenes, la Oración en el Huerto, el Beso de Judas, La Flagelación, el Cristo de la Salud y la Dolorosa de la Cruz, fueron talladas con una diferencia de antigüedad de hasta cuatro siglos. La participación en cuanto a lo musical fue especialmente simbólica puesto que integran el cortejo las dos bandas de Cáceres, la banda municipal y la provincial de la Diputación de Cáceres. 

Tras la salida frustrada de las dos procesiones de la tarde, completó el peor de los vaticinios la cofradía del Humilladero en el Espíritu Santo a última hora. El Señor de la Columna, el Cristo del Humilladero y Nuestra Señora de la Encarnación protagonizaron un recogido acto con saetas y las marchas de la banda de cornetas y tambores del Cristo del Humilladero.

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