Opinión | Comprendiendo la realidad

La guerra que viene: ¿será el final de la especie?

Imagen del conflicto en Ucrania.

Imagen del conflicto en Ucrania. / E. P.

¡Qué difícil es pronosticar una guerra inminente! Porque no la queremos y negamos de entrada su evidencia. La guerra está en Europa, está precisamente en esa parte de Europa que queriendo ser no la dejan ser. Rusia, que hasta hace poco tiempo era una superpotencia -nos referimos a la antigua Unión Soviética-, ahora sobrepasada por China (antigua enemiga y hoy aliada), intenta hablar de tú a tú con Occidente a tenor de ver nuestra debilidad. Ya lo adelantó Ortega y Gasset en su obra La rebelión de las masas, obra que anticipó una guerra mundial y parece que nos aboca a la tercera.

No es casual el “follón” que tiene la democracia americana con el cierre de fronteras que representa Donald Trump: “América para los americanos”, que no es más que una forma de mostrar la retirada de la hegemonía mundialdel llamado gendarme del mundo. Su actual gobernante JoeBiden no tiene la fuerza suficiente para mantener ese liderazgo, de ahí la debilidad que visualiza Vladímir Putin y que será escenificada si ganan nuevamente los republicanos.

La cuestión es si, sin querer nadie la guerra, parece que estamos abocados a ella, y si profundizamos aún más la verdadera pregunta es si en ella se utilizarán bombas nucleares, si seremos tan irracionales como para llegar a la aniquilación de la especie. Occidente se ha dado a la gran vida sin tener en cuenta al resto de las civilizaciones que poblamos este planeta, pero hay un basta colectivo que nos pide participar en las ganancias comunes de la modernidad. Nuestra opulencia y, en ocasiones arrogancia, se convierte en la cruz de la moneda por la que nos medimos todos en el tablero mundial.

Estamos en crisis de pensamiento, ya no ilusionamos al resto del mundo como lo hicimos en los siglos XVIII-XIX, ya no somos un lugar donde mirar salvo por nuestra riqueza acumulada; esta es la deseada y nosotros estamos en borrachera, fácil, por tanto, de arrebatarnos lo que debiera ser en su tiempo de todos. La pregunta final: perdida la hegemonía, ¿esta guerra que se avecina será la definitiva o tan solo un cambio de liderazgo en el mundo? Mejor lo segundo que lo primero o, desde luego, ninguna de las dos.