Opinión | contrapunto

Valdecaballeros

La indignación social por el derribo de la presa de Valdecaballeros ha ido creciendo en la región hasta obligar a Vara a hacer declaraciones y dejar constancia de lo ofendido que está ante esa «falta de respeto absoluto con la comarca y la región». En Madrid están acostumbrados a cuando no existían las autonomías y hacían lo que les daba la gana, pero eso se ha acabado, dice también; eso sí, sin nombrar a Sánchez y remontándose a tiempos preconstitucionales.

"Vara ha esperado a que la presión de la sociedad subiera, para recurrir algo que él mismo provocó con su falta de interés

Lo cierto es que es el Gobierno, no Madrid, desde que lo preside Sánchez quien hace lo que le da la gana con Extremadura sin que el presidente Vara eleve la voz ni una sola vez, y cuando ahora lo hace, presionado por la fecha electoral, la culpa no es de Sánchez, ni del Ministerio de Transición Ecológica que emite la resolución de derribo, ni de la Junta de Extremadura a la que se consultó sobre la presa. La culpa es de Madrid y de Franco.

¿A quién quiere engañar? Vara sabía de las pretensiones del Gobierno desde hace dos años, como ha denunciado la presidenta del PP, María Guardiola. Según acredita el texto de la resolución de derribo del ministerio, la Junta no se opuso en ningún momento. Su lectura es reveladora y nos aclara cómo se pidieron informes sobre la presa de Valdecaballeros a la Junta de Extremadura en marzo y diciembre de 2021. Alguno de esos informes ni siquiera se llegó a redactar, directamente pasaron del tema.

Es más, esta resolución deja claro que la Junta no ha comunicado en ningún momento, a lo largo de estos dos años, que estuviera interesada en la explotación de la presa y cuando esto ocurre, queda sentenciado el destino de esta infraestructura hidráulica: el derribo. Lo dice la norma legal, una vez extinguida una concesión, si no hay interés en explotarla, se puede derribar la presa.

La Junta no alzó la voz en ningún momento para reclamar su mantenimiento por el abastecimiento de agua a los vecinos de Valdecaballeros y Castilblanco, ni por el valor ambiental que aduce ahora. Pero con mayoría absoluta y sin la presión electoral, el PSOE no se preocupó del asunto. Como consecuencia de toda esta desidia, el día 7 de marzo de este año, el Ministerio de Transición Ecológica firma esa resolución de derribo de la presa de Valdecaballeros, dando un plazo para recurrir.

Pero ni lo hicieron hace dos años, ni lo han hecho en el plazo de recurso que finalizó hace veinte días. Vara ha esperado a que la presión de la sociedad subiera, para recurrir algo que él mismo provocó con su falta de interés. La calle ha puesto el foco en la barbaridad que supone eliminar una infraestructura hidráulica en un clima seco como el nuestro y más en periodo de sequía. Ahora Vara pretende engañar rasgándose las vestiduras por algo que conocía y que podría haber evitado.

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