Opinión | A la intemperie

Miedo a Granero

¿Y si Granero entrara en la Asamblea de Extremadura? ¿Y si su voto inclinara la balanza?

Debate de candidatos en Canal Extremadura el miércoles pasado.

Debate de candidatos en Canal Extremadura el miércoles pasado. / Jero Morales

Tengo oído, me dicen y me repiten, que Granero es un «chalao». Pudiera ser. Ajustando el muletazo lo cierto es que no es un político al uso; vamos a decir que es un cocinero que transita ocasionalmente por donde transitan los políticos. Y se le está avinagrando el gesto… Quizá no tenga madera. Quizá no, quizá sí. De momento le ha puesto la sal y la pimienta al debate. Lo mismo napa la legislatura...

Sea lo que sea, se le entiende y entre tanto político acostumbrado a nadar y guardar la ropa no deja de llamar la atención su desparpajo. Granero, con su chaquetilla blanca y su acento extremo. Que Granero es extremeño va a ser difícil de ocultar. Los otros cromos, lo mismo da que da lo mismo. Y es que el debate fue una papilla de sobras. A Vara, por cierto, se le vio en guardia y a Guardiola envarada. Vistas las encuestas, la pregunta es quién sumará lo suficiente. Que sumarán es impepinable por muchos ascos que se hagan los unos a los otros (más los señoritos a los jornaleros que los jornaleros a los señoritos). Eso lo sabíamos antes de comenzar la partida, pero estando yo viendo el debate me quedé con la cara de Granero... allí, enfadado y triste, enfundado en su blanca esperanza, se me apareció Granero con su aceite y su vinagre.

Extremadura necesita oír la voz de su gente, no el eco de lo que se dice fuera. Extremadura obligada a escoger entre Rockefeller y Doña Rogelia… ¿Un partido regionalista? De momento, los regionalistas andan, como casi siempre, revueltos o en tortilla. Y para muestra un debate. Los hubo que estuvieron en un tris de pedirle un autógrafo a Vara. Algo así como el camarote de los Marx. Extremadura necesita, antes que un partido regionalista, gente regionalista, gente de bandera que la enganche y de eso, de Enrique Sánchez de León para acá, andamos huérfanos. Ese es el ansia: una bandera y un capitán que aliente en extremeño… De momento, revueltos o en tortilla (y todos a un minuto de que se los trague el sumidero de las urnas).

En eso soñaba yo cuando se me apareció Granero. ¿Y si Granero alcanzara el cinco por ciento de marras y se plantara en la Asamblea con uno o dos diputados? ¿Y si fuera Granero quien decidiera de qué lado se inclina la balanza? A cuatro se les iba a helar el papo, y eso sin contar a las eléctricas. No hay como echar un mastín a cuidar la finca…

A cuatro se les iba a helar el papo, y eso sin contar a las eléctricas…

De momento ya han ido a por él. El mismo día del debate se ha dado a conocer lo que la fiscalía le pide a Parra. No seré yo quien diga de quién depende la fiscalía, ni este Álvaro García no es mi padre. Hay que tener mala baba, dos años por los cerros de Úbeda y disparan a dar en el cartel electoral. En fin, esto es lo que hay… Que Parra es lo que es no admite discusión, y que los de Juntos por Extremadura se han equivocado proponiéndolo para alcalde de Badajoz, tampoco. Aunque en ese engaño, antes que ellos, han caído otros y la lista es larga, pongamos por caso los muchos arrumacos y las muchas carantoñas que le hizo Vara en su día. Pero ahora Parra incomoda a Cabezas… y lo primero es lo primero… así que ¡pum!

En fin, va y viene la campaña electoral: Vara hace como que ETA no mató a cincuenta y tres extremeños (extremeños y extremeñas, dirían los socialistas) y Guardiola como que no formó parte del gobierno de Monago… En todo caso, Vara, perdiendo, gana, que ya tiene una edad y dos nietos… Y mientras van y vienen, pienso yo que a Granero le tienen miedo. ¡Y más si está «chalao» el mastín!

*Abogado

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