Tengo oído, me dicen y me repiten, que Granero es un «chalao». Pudiera ser. Ajustando el muletazo lo cierto es que no es un político al uso; vamos a decir que es un cocinero que transita ocasionalmente por donde transitan los políticos. Y se le está avinagrando el gesto… Quizá no tenga madera. Quizá no, quizá sí. De momento le ha puesto la sal y la pimienta al debate. Lo mismo napa la legislatura...
Sea lo que sea, se le entiende y entre tanto político acostumbrado a nadar y guardar la ropa no deja de llamar la atención su desparpajo. Granero, con su chaquetilla blanca y su acento extremo. Que Granero es extremeño va a ser difícil de ocultar. Los otros cromos, lo mismo da que da lo mismo. Y es que el debate fue una papilla de sobras. A Vara, por cierto, se le vio en guardia y a Guardiola envarada. Vistas las encuestas, la pregunta es quién sumará lo suficiente. Que sumarán es impepinable por muchos ascos que se hagan los unos a los otros (más los señoritos a los jornaleros que los jornaleros a los señoritos). Eso lo sabíamos antes de comenzar la partida, pero estando yo viendo el debate me quedé con la cara de Granero... allí, enfadado y triste, enfundado en su blanca esperanza, se me apareció Granero con su aceite y su vinagre.
Extremadura necesita oír la voz de su gente, no el eco de lo que se dice fuera. Extremadura obligada a escoger entre Rockefeller y Doña Rogelia… ¿Un partido regionalista? De momento, los regionalistas andan, como casi siempre, revueltos o en tortilla. Y para muestra un debate. Los hubo que estuvieron en un tris de pedirle un autógrafo a Vara. Algo así como el camarote de los Marx. Extremadura necesita, antes que un partido regionalista, gente regionalista, gente de bandera que la enganche y de eso, de Enrique Sánchez de León para acá, andamos huérfanos. Ese es el ansia: una bandera y un capitán que aliente en extremeño… De momento, revueltos o en tortilla (y todos a un minuto de que se los trague el sumidero de las urnas).
En eso soñaba yo cuando se me apareció Granero. ¿Y si Granero alcanzara el cinco por ciento de marras y se plantara en la Asamblea con uno o dos diputados? ¿Y si fuera Granero quien decidiera de qué lado se inclina la balanza? A cuatro se les iba a helar el papo, y eso sin contar a las eléctricas. No hay como echar un mastín a cuidar la finca…
A cuatro se les iba a helar el papo, y eso sin contar a las eléctricas…
De momento ya han ido a por él. El mismo día del debate se ha dado a conocer lo que la fiscalía le pide a Parra. No seré yo quien diga de quién depende la fiscalía, ni este Álvaro García no es mi padre. Hay que tener mala baba, dos años por los cerros de Úbeda y disparan a dar en el cartel electoral. En fin, esto es lo que hay… Que Parra es lo que es no admite discusión, y que los de Juntos por Extremadura se han equivocado proponiéndolo para alcalde de Badajoz, tampoco. Aunque en ese engaño, antes que ellos, han caído otros y la lista es larga, pongamos por caso los muchos arrumacos y las muchas carantoñas que le hizo Vara en su día. Pero ahora Parra incomoda a Cabezas… y lo primero es lo primero… así que ¡pum!
En fin, va y viene la campaña electoral: Vara hace como que ETA no mató a cincuenta y tres extremeños (extremeños y extremeñas, dirían los socialistas) y Guardiola como que no formó parte del gobierno de Monago… En todo caso, Vara, perdiendo, gana, que ya tiene una edad y dos nietos… Y mientras van y vienen, pienso yo que a Granero le tienen miedo. ¡Y más si está «chalao» el mastín!
*Abogado