Espejo convexo

La resolución

Lara Garlito

Lara Garlito

En una conversación informal ayer un amigo le dijo a otro: «Nosotros estamos enfrascados en un pequeño polvo inútil en una discusión cuando el mundo se está moviendo en otros conflictos mucho mayores que nos cambiarán la vida». 

Efectivamente, como si estuviese abierto a mi teléfono me llegó una reflexión a través de un boletín informativo del periodista Pablo León que indicaba: «La geopolítica global está cambiando. Hay una demanda global para establecer un nuevo orden mundial, que se ha visto acelerado -incluso reforzada- por la invasión de Rusia a Ucrania. Ante esta situación en el Debate del Estado de la Unión Von der Leyen pedía unidad frente a la incertidumbre, en un mundo de incertidumbre, Europa debe responder, una vez más, a la llamada de la historia. Y eso es lo que hemos de hacer todos juntos». 

En ese mismo discurso, comenzó con la importancia de las elecciones en el seno de la Unión en poco más de un año. Se dirigió a las y los jóvenes, «cuando se dirijan al colegio electoral, pensarán en las cosas que les importan. Pensarán en esa guerra que está causando estragos junto a nuestras fronteras. Pensarán, quizá, en las consecuencias destructivas del cambio climático. En la influencia que la inteligencia artificial tendrá en sus vidas. O en sus posibilidades de conseguir una vivienda o un puesto de trabajo en los próximos años». 

Y no puedo estar más de acuerdo. Estamos asistiendo a noticias escalofriantes que no hacen más que apuntar a la resolución de esos problemas e interrogantes. 

"El problema no es Vox, el problema es el Partido Popular que ha asumido como propias todas y cada una de sus propuestas

En la Asamblea de Extremadura en el año 2017 hablaba de «¿por qué si pensamos en la innovación y el desarrollo solo nos evoca la ciencia, robots y evolución biológica? Podremos pensar que actualmente la ciencia evoluciona de forma efectiva, consigue avances, por ejemplo, la investigación de células madre, la clonación o incluso un coche que conduce solo; sin embargo, todos ellos no natos o con graves problemas en la implantación en las sociedades porque se enfrentan a problemas sin resolver éticos, jurídicos y burocráticos. Ejemplos, por tanto, de fracaso en la implantación social hasta que la investigación y evolución en estas áreas, ética, jurídica y burocrática, no les dé respuesta». La separación e incluso el aislamiento de las Humanidades a algo puramente inerte choca frontalmente con la propia necesidad y realidad práctica de la vida, su reivindicación debe ser inminente y unánime. Pero mientras esto sucede, mientras dilatemos los problemas que ya son acuciantes, están ya en nuestros pueblos y entre nuestras niñas y niños, su resolución los vincula a las próximas elecciones europeas. 

Tiemblo al pensarlo, tiemblo al escuchar estas palabras de esta presidenta que forma parte de un mismo Partido Popular que en España aún no acepta el resultado electoral y que se enfrenta a una investidura con una especie de fiesta de cumpleaños para autojalearse en el fracaso, que hace de la diversidad lingüística en nuestro país un enredo provinciano y cañí que nada tiene que ver con el ansia de saber de las y los más jóvenes de nuestro país, que aún no es capaz de explicar que ante un proceso de unidad frente a los desafíos internacionales se abraza a la xenofobia de Vox, su planteamiento ante el cambio climático ni siquiera soy capaz de esbozarlo si solo contemplo las gracias a su consejera de Vox en el gobierno extremeño y su arca de Noé. 

El problema no es Vox, el problema es el Partido Popular que ha asumido como propias todas y cada una de sus propuestas hasta desdibujarse ante una vida real que asume sus retos y sus dificultades conforme a los tiempos existentes. Su fiesta de cumpleaños solo servirá para evidenciar que no asistirá una España de consenso, por eso criminalizan a quien sí puede hacerlo. 

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