comienza el curso política con el foco puesto en el proyecto Gran Buda

"Nosotros estamos en el Arropez porque el anterior Ayuntamiento de Cáceres nos puso en el Arropez", dicen los budistas

Los promotores aseguran que han hecho los deberes: han presentado un informe técnico y ofrecen garantías de que la obra se realizará

El alcalde dejó ayer abierta la puerta a buscar otra parcela para el Buda. «El problema de este proyecto es que los terrenos no cumplen los requisitos», aseguró

El alcalde Rafa Mateos, el pasado mes de julio con una delegación nepalí.

El alcalde Rafa Mateos, el pasado mes de julio con una delegación nepalí. / Carla Graw

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Ricardo Guerrero, director de Relaciones Institucionales y Asuntos Budistas de la Fundación Lumbini, aseguró ayer que ellos han hecho los deberes y fue taxativo al aseverar: «Nosotros hemos registrado un informe técnico realizado de forma independiente en torno al desarrollo urbanístico del Monte Arropez. Está redactado por un experto en Red Natura». Ese documento era una de las exigencias planteadas por el consistorio para dar el ‘ok’ al proyecto. La fundación insiste en que según su parecer, finalmente sería compatible la parcela con los usos que se pretenden dar.

La segunda exigencia era que la Fundación tenía que ofrecer garantías de que el proyecto saldrá adelante. «Las garantías son los acuerdos que tenemos con instituciones de cuatro países de Asia que participarían en la iniciativa una vez que tuviéramos la cesión de uso».

Ricardo Guerrero aseveró: «Las condiciones las cumplimos. Está presentado el informe técnico y las garantías las cumplimos. En cualquier caso -reiteró- el informe técnico nos dice que en Arropez se podría construir. Es verdad que el ayuntamiento tiene sus técnicos, que pueden haber llegado a conclusiones diferentes».

El director de Relaciones Institucionales recalcó que ellos no van «a discutir. Nosotros estamos en Arropez porque el anterior ayuntamiento nos puso en Arropez y tratamos de ayudar y solucionar las posibles afecciones del terreno y tratar -concluyó Guerrero- de seguir con el proyecto adelante».  

Ocurre, sin embargo, que de momento la parcela del Cerro Arropez no cumple los requisitos. Rafa Mateos lo sabe. Todos lo sabían, pero al alcalde le ha tocado un melón que debe abrir y que debe resolver. Por eso ayer, recién llegado de sus vacaciones de verano, el regidor abrió el curso político siendo claro en su comparecencia ante los medios y a preguntas de este diario aseguró que será «muy transparente con este proyecto» y que trabajará para «desbloquear» la iniciativa de la Fundación Lumbini Garden de levantar en esta parcela municipal uno de los templos budistas más grandes del mundo.

Desde su anuncio, este megaproyecto no ha sido entendido por los ciudadanos, que han visto cómo desde 2019 no se daban pasos realmente certeros para su puesta en marcha. La última noticia de este culebrón mediático saltó el pasado viernes al hablar la propia fundación de Japón como alternativa a Cáceres para desechar la opción extremeña, construir el templo en ese país y, de paso, pedir celeridad al consistorio.

Sobre este extremo, Mateos dijo: «No me gustan las amenazas ni las coacciones. No se debe chantajear, aunque en ningún caso el anuncio de la fundación lo he visto como una amenaza». Acto seguido, el mandatario municipal reprochó que ahora se diga que esta iniciativa está paralizada porque «desde que entré en el gobierno -sentenció- no he dejado de trabajar». En este sentido sí aseveró que en estos últimos cuatro años «pocos avances se han realizado» pero que desde el comienzo de la legislatura su concejal de Urbanismo, Tirso Leal, ha mantenido reuniones con los promotores (habló de hasta cuatro encuentros). También lo ha hecho el propio alcalde que, esta pasada semana, cuando saltó el asunto de Japón, habló telefónicamente con los responsables de la fundación.

«Queremos un centro completo. Ahora sólo se podría poner una estatua», dice el alcalde, Rafa Mateos

Fuera de este rifirrafe político, Mateos entró en harina al referirse a los problemas reales del templo budista; el más importante es que «la elección de la parcela no cumple los requisitos y nosotros no somos los responsables, pero no vengo a mirar atrás y espero que en las próximas semanas haya avances para desbloquear esta cuestión».

El alcalde dejó en este sentido la puerta abierta a que se pueda buscar otra parcela, aunque sí aclaró que de momento esa opción no se baraja y que la Fundación Lumbini tampoco lo ha solicitado. Lo cierto es que Arropez tiene como vital amenaza estar en Zona Zepa y parece difícil revertir urbanísticamente ese escenario. Hasta el momento lo que podría levantarse en este terreno cercano al Cefot es sólo una estatua de Buda, pero Mateos fue claro al manifestar que eso «no» lo quiere, que él quiere un templo de grandes dimensiones. O se hace, o no habrá Buda.

Cesión gratuita

«Queremos un centro completo. Ahora sólo se podría poner una estatua, y para eso estamos peleando, para que sea un templo budista tal como se proyectó en su origen». Y reiteró: «Se nos pide una cesión gratuita y mi deber es que esa cesión conlleve no sólo una estatua».

En cuanto a la posibilidad de otra parcela apuntó: «Estamos trabajando con todas las opciones para desbloquear el proyecto, porque aquí ha habido muchos viajes y anuncios, pocos. Hay que ser muy transparentes en el proyecto. Y la fecha para ponerlo en marcha no depende del ayuntamiento porque nosotros queremos un templo completo y no pueden levantarlo porque la parcela no cumple los requisitos. Habría que ver si hay otra parcela, pero ellos no la han pedido», concluyó el regidor.

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