La mirada

Seguimos con las fiestas

Procesión del Corpus Christi desde la Catedral a la iglesia.

Procesión del Corpus Christi desde la Catedral a la iglesia. / ELOY ALONSO

Antonio Pariente

Antonio Pariente

El calendario litúrgico de la Iglesia católica coloca al terminar el tiempo de Pascua, unas cuentas celebraciones que tienen su importancia. Pentecostés, de la que escribimos la semana pasada, como colofón al tiempo pascual. El domingo siguiente se recuerda la realidad de un Dios Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo; realidad que ha dado muchos quebraderos de cabeza a los que desde la razón intentan hacer “comprensible” este misterio. Y se cierra el ciclo con la fiesta de “Corpus”, fiesta que ocupa nuestras cuatrocientas palabras de hoy.

Nos tenemos que remontar a comienzos del siglo XIII para descubrir los orígenes de esta celebración, parece que fue una monja belga la que comenzó la misma para promover la devoción a la presencia de Jesús en el pan y el vino de la Eucaristía. La idea fue tomando cuerpo, se implantó rápidamente, hasta el punto que llegó a formar parte de uno de los tres jueves que brillaban más que el sol.

Todo tiene su origen en la noche de la ultima cena donde Jesús promete a los suyos su presencia en esas especies cuando se reúnan para celebrar su mensaje y su recuerdo. Y es verdad, la presencia de Jesús en las formas consagradas después aún de la celebración eucarística, es una creencia clave y fundamental para los creyentes católicos.

Ese mismo Jesús, además de esta presencia, indicó a los suyos otro lugar en el que podemos reconocer su rostro y que estos conocen muy bien. Os invito a leer el texto de Mateo 25, allí podréis descubrir frases como estas: “estuve enfermo y me asististe, en la cárcel y me visitaste, tuve hambre y me distes de comer…” y estos le dirán ¿Cuándo hicimos eso contigo? Y les contestará “cada vez que lo hiciste con algún necesitado conmigo lo hiciste”. ¿Cómo?, ¿esto es verdad?, pues sí; “pero no entiendo cómo me puede relacionar esas dos presencias”, “¡hombre!, son distintas la una de la otra, eso es evidente, pero el que está presente en las dos es el mismo”. ¿O no?

¿Por qué os parece que la Iglesia ha colocado en el día del Corpus, el día de Cáritas?, pues precisamente por lo que os acabo de decir. Cáritas dentro de la Iglesia es una de las organizaciones que trabajan al lado de los que no cuentan, de los que no votan, de los que no tienen nada… y todos ellos son el rostro del que adoramos en la forma de la custodia. ¡Vaya, vaya! ¡Qué cosas! Felices ferias.

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