Protesta convocada por ASAJA, COAG, UPA y Cooperativas Agro-Alimentarias

La apicultura clama hoy para exigir medidas que palien su «catastrófica» situación

El sector se concentra en Madrid para pedir decisiones urgentes en defensa de esta actividad. Extremadura es la región española con un mayor número de colmenas

La apicultura clama hoy  para exigir medidas que palien su «catastrófica» situación

La apicultura clama hoy para exigir medidas que palien su «catastrófica» situación / AMR ABDALLAH DALSH

E l año pasado España importó 37,6 millones de kilos de miel, casi seis millones más que el año anterior. Nunca antes había entrado en el mercado español tanta miel de otros países. El volumen de compras al exterior supera ya ampliamente la producción nacional. «Por mucha miel que entre de terceros países, esa miel no poliniza en España, no mantiene ecosistemas ni produce alimentos. Las explotaciones cerrarán porque del aire no se puede vivir y la miel seguirá entrando, pero la polinización no, y eso tiene que saberse», lamenta Pedro Loscertales, responsable de la sectorial apícola de COAG a nivel estatal, una de las organizaciones agrarias que, junto a UPA y Asaja, y a las Cooperativas Agro-Alimentarias, han convocado hoy, a partir de las 12.00 horas, una concentración frente a la sede del Ministerio de Agricultura, en Madrid, para reclamar «auxilio» ante lo que definen como situación «catastrófica» que vive el sector.

Una de las principales motivaciones para esta protesta es lo que los convocantes califican de «absolutamente irresponsable» comportamiento de los envasadores y la distribución española, que «discriminan» la miel nacional y la sustituyen por otra importada a precios muy por debajo de los costes de producción españoles. Una crisis que se ha visto agudizada por una cosecha que se desplomó en 2022 a causa de la falta de precipitaciones, la subida de los costes de producción y los problemas sanitarios como la varroa. «Ya no es que esto sea más o menos rentable, es que el sector está agonizando», resume Loscertales, tercera generación familiar de apicultores (maneja unas 550 colmenas en la parte oscense de la comarca de Los Monegros) y que no ha conocido una racha peor que esta: «Llevamos tres años a cual peor».

A los establecimientos españoles llega miel de varias decenas de países. Viene mucha de Argentina, Turquía, Ucrania o Uruguay, pero a la cabeza de todos ellos está China, con más de ocho mil toneladas importadas el año pasado. El volumen, sin embargo, puede ser en realidad muy superior. «Está entrando mucha miel como si fuese procedente de la UE, por ejemplo a través de Portugal o Bélgica, pero que sospechamos que viene de China», esgrime José Antonio Babiano, presidente de la sectorial apícola de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura. Estos dos países que cita suman otros ocho millones de kilos en importaciones.

«La miel que entra de terceros países no poliniza en España, no mantiene ecosistemas ni produce alimentos»

Pedro Loscertales

— Responsable de la sectorial apícola de COAG

«A la industria ya no le interesa la miel de los apicultores españoles», asevera Loscertales. La producción nacional cayó a la mitad el año pasado, pero la «poca» que se hizo, «nos hemos quedado con ella en el almacén. El último precio del que se habló era de 3,20 [euros por kilo], pero con él no ha habido ni una sola operación. La industria no ha venido a comprar», agrega.

China, 'desaparecida'

Con todo, la palabra China «ha desaparecido» de las etiquetas de los botes expuestos en los lineales. «No hemos encontrado ni una marca que lo contenga. ¿Dónde están esas ocho mil toneladas que han entrado?», se pregunta este responsable de COAG, que atribuye esta situación a una «maraña legislativa» que permite prácticas como la de llamar «miel de España» a una mezcla en la que solo un 51% tiene procedencia nacional. O que incluso sea posible utilizar posteriormente ese producto resultante para una nueva mezcla como si la materia prima fuera enteramente española. Y repetir sucesivamente esta misma operación, ya sea en España o en otro país de la UE.

«La normativa de etiquetado no protege a los apicultores, sino a la gran industria de la distribución y a los envasadores»

José Antonio Babiano

— Presidente de la sectorial apícola de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura

En el caso de que se especifiquen varios países en el etiquetado de la miel, tampoco existe «la obligatoriedad de poner el porcentaje» que corresponde a cada uno de ellos, critica Babiano, lo que hace que la aportación española acabe siendo «ridícula, prácticamente inexistente», la mínima para justificar su mención. «La normativa para nada protege a los apicultores, sino a la gran industria de la distribución y a los envasadores», aduce. «Lo que pedimos es que ahora que nos toca la presidencia europea, en los próximos meses [el Gobierno español] lidere ese cambio normativo en el etiquetado de la miel de una vez por todas», de manera que «el consumidor tenga toda la información y sea él quien decida qué es lo que quiere comprar», defiende. También plantean que haya «un control más exhaustivo de las mieles de importación porque a los precios que entran consideramos que es una competencia desleal y que rompe las reglas de mercado».

Extremadura, con un censo de 667.821 colmenas a abril del año pasado, es la región española con un mayor número de ellas (un 22% del total, con cifras del ministerio).La cifra de explotaciones ronda las 1.800, más de la mitad de ellas de carácter profesional (aquellas que reúnen más de 150 colmenas), la proporción más alta del país. En cuanto a la cifra de apicultores extremeños, según los datos de UPA-UCE, son 1.150, en cuya representación hoy «serán fletados hasta diez autobuses», con destino a la capital de España. 

Un mes y medio después de que el sector ya se manifestase «masivamente» en Mérida para solicitar un encuentro con el presidente de la Junta «y sin tener respuesta por parte del Ejecutivo regional, el conjunto del sector viajará a Madrid para volver a reclamar un plan de medidas urgentes», se indicó desde esta organización agraria en un nota.

Estos productores se quedaron fuera de las ayudas que la Administración regional concedió hace unos meses por la sequía o por las consecuencias de la guerra de Ucrania. También fueron excluidos de los beneficiarios de los 20 céntimos por litro de combustible que se han implementado a nivel nacional para ayudar al transporte profesional. La recuperación de esta bonificación, fundamentales para un sector que es en su mayor parte trashumante, es otra de las demandas que se plantean con la protesta de hoy.

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