La enfermedad del vacuno que trae el cambio climático

La enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) es el nuevo quebradero de cabeza entre los ganaderos de vacuno, castigados ya en el último año por la sequía y la escalada de precios en piensos como consecuencia de la guerra en Ucrania. El nuevo problema está causado por el virus que transmite la picadura de los mosquitos culicoides, están emparentados con el que causa la Lengua Azul en ovinos y otros rumiantes; de ahí que haya algunos síntomas similares. «La EHE es común en América, desde donde se ha ido expandiendo a otras regiones del globo», según explican en el documento que ha elaborado el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos; porque el virus no solo afecta al ganado vacuno sino también a los ciervos.

«El cambio climático y la globalización nos traen enfermedades que no habíamos tenido nunca, pero sí estaban ya en el norte de África como es este caso», recuerda José Marín Sánchez Murillo, presidente del Colegio de Veterinarios de Badajoz, que ha estudiado además la familia del mosquito que actúa de vector. No es la única enfermedad que se propaga por esa causa, según apunta. 

Los focos de Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) en Extremadura se elevan a cinco

Los veterinarios creen que habrá que convivir con la enfermedad, que causa la picadura de un mosquito

La cuestión es que el virus llevaba años circulando en el norte de África, por lo que tampoco ha sorprendido su aparición al otro lado del Mediterráneo en las comunidades más próximas a la orilla norte desde finales de 2022. «Lo malo es que estas enfermedades se asientan y eso supone que irán apareciendo focos periódicamente; aunque a medida que pase el tiempo lo esperable es que sean también casos más leves, porque los tratamientos en los animales harán que sean más resistentes a una enfermedad que ahora es nueva», razona el experto. 

Confirman el primer caso de enfermedad hemorrágica epizoótica en una explotación bovina de Extremadura

«Desinfectar, sin volverse loco»

El primer foco en España se detectó en la provincia de Sevilla el pasado 18 de noviembre. Antes del 1 de diciembre ya había nueve focos en esa comunidad y el primero en Extremadura, en Jerez de los Caballeros. En ese momento no se detectó ningún otro en la región, pero sí siguieron apareciendo tanto en Andalucía como en Castilla La Mancha, las otras dos comunidades en las que se da por hecho que la enfermedad se quedará. En estos momentos el sistema del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que registra los focos aparecidos de enfermedades de los animales de declaración obligatoria incluye 26 focos, de ellos 16 desde el pasado mes de junio. Cinco de esos focos son los que se han detectado en Extremadura en Monesterio, Higuera de Vargas, Monterrubio de la Serena, Fuenlabrada de los Montes y Montánchez; y ese último foco evidencia que la enfermedad se está moviendo hacia el norte y ha entrado en la provincia de Cáceres, lo que ha llevado a la Junta a imponer las mismas restricciones de movimiento que se determinaron para Badajoz tras la aparición del primer caso el pasado otoño. Se trata de condicionantes sanitarios para la salida de bovinos, caprinos y ovinos desde explotaciones ubicadas en zonas de restricción con destino a zonas libres o a otros países de la UE; pero en función de si trasladan para sacrificio o para vida (en el primer caso no hay limitación, en el segundo sí). Los criterios para que puedan moverse o no están basados fundamentalmente en que el animal tenga o no síntomas clínicos de la enfermedad antes de su traslado. Igualmente hay restricciones de traslados de una zona acotada a otra para los ciervos, que se ven igualmente afectados por la enfermedad.

El sector está vigilante y lo ve como «un problema más» para la ganadería por el momento

¿Se puede tratar la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica? Sí, hay tratamiento; es un antibiótico bastante común y los animales superan generalmente sin problemas el virus. La mortalidad apenas llega en estos momentos al 2% según el sector del vacuno y se queda por debajo del 10% en el cinegético. Además, hay que recordar que no se trata de una zoonosisis, puesto que el virus no afecta a los humanos incluso aunque les pique el mosquito. «Esta especie provoca una picadura que es dolorosa, pero nada más que eso para los humanos», dice Marín. 

Otra cosa es que el hecho de que la ganadería sea en Extremadura extensiva y que los animales estén al aire libre los expone a la picadura del mosquito en mayor medida que si fuera una ganadería intensiva donde se pueden colocar mosquiteras en las naves que ocupan los animales. «No hay que volverse loco intentando controlar la enfermedad, por mucho repelente que se use y por mucho que se desinfecte es imposible erradicar la enfermedad. Yo creo que no mover a los animales enfermos es lo correcto», apunta el veterinario. Lo normal es que en los meses en los que está más activo el mosquito, entre junio y octubre, vayan apareciendo nuevos focos.

Expectantes en el sector

Los ganaderos están expectantes con la evolución de la enfermedad que, de momento, ven como una preocupación más dentro del contexto «difícil» que atraviesan. «Esta enfermedad no es la lengua azul, que tiene una mortalidad del 20%. En este caso está en el 2%; en general responden bien a los antibióticos, así que es por ahora un elemento más en los problemas de la cabaña ganadera», dice el presidente de Apag Extremadura Asaja Juan Metidieri. 

Extremadura tiene alrededor de un millón de cabezas de vacuno, de ellas unas 450.000 nodrizas. «Estamos expectante a ver cómo evoluciona la enfermedad porque va a ser difícil controlarla y más en las explotaciones cinegéticas», apunta también Antonio Prieto, responsable de Ganadería de UPA-UCE.

Suscríbete para seguir leyendo