Opinión | Desde el norte

Mujeres, ciencia e igualdad

Las niñas y jóvenes necesitan referentes de mujeres que no hayan tenido que renunciar a su vida personal

Esta semana, en el centro universitario de Plasencia, varias mujeres que han logrado puestos importantes en el ámbito científico y en la universidad han puesto en común su visión sobre los retos de la mujer en las carreras de ciencias. Todas han defendido que se puede llegar a donde ellas han llegado y han lanzado el mensaje a las niñas y jóvenes de que se autoconvenzan de que es posible y de que no están solas.

Pero a la vez, todas han dicho claramente que, hoy por hoy, sigue existiendo una brecha de género. Es decir, se puede, sí, pero para llegar hay que superar muchos obstáculos que los hombres no tienen.

«Tenemos que ser mejores que los hombres para conseguir lo mismo que ellos», ha asegurado la vicedirectora de Ciencia en el Instituto de Astrofísica de Andalucía, y un aspecto que han destacado todas es que, si un gran número de mujeres no llega a puestos de responsabilidad, es por la falta de conciliación con la vida familiar y de corresponsabilidad con la pareja.

Es decir, si la sociedad tuviera asumido que, si una pareja quiere tener hijos, tanto la mujer como el hombre pueden faltar a su puesto de trabajo y pueden necesitar reducciones de jornada o jornada flexible, no habría problemas. Sin embargo, se sigue pensando que, en ese caso, será la mujer quien acumule más bajas y, por lo tanto, será menos productiva que el hombre.

Así pues, si falta conciencia en las propias niñas y jóvenes de que una mujer puede llegar donde quiera y su talento y esfuerzo le permitan, es porque tienen multitud de ejemplos en los que, cuando una mujer tiene el deseo de formar una familia, debe renunciar a ella si quiere ascender en su puesto de trabajo. De lo contrario, no será valorada o tendrá que demostrar doblemente que puede hacer las dos cosas.

Una de las científicas decía que el cambio de mentalidad y educacional es cosa de todos, de hombres y de mujeres porque, por mucho que ellas quieran, sin la colaboración de ellos no será posible, empezando por los que ocupan altos cargos en las empresas, que siguen siendo una mayoría de hombres.

Las niñas y jóvenes necesitan referentes de mujeres, en la ciencia o cualquier otro ámbito, que no hayan tenido que renunciar a su vida personal o familiar por alcanzar su meta profesional y eso, hoy día, sigue escaseando.