Opinión | Zona Zero

Modelo de examen

La Uex ha escogido textos de El Periódico Extremadura para confeccionar una prueba tipo dirigida a aquellos que quieren superar la Ebau. Confieso que si me pusieran ahora ese examen con mi propio texto probablemente no lo aprobaría.

Estudiantes de bachillerato preparan los exámenes de la EBAU en una biblioteca.

Estudiantes de bachillerato preparan los exámenes de la EBAU en una biblioteca. / EL PERIÓDICO

Pilar Galán, escritora y docente que ilustra estas páginas con artículos certeros, en su extrema generosidad, me llamó la semana pasada por teléfono para advertirme de un hecho relevante: Han elegido textos de ambos para confeccionar un modelo de examen de la prueba de Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (Ebau) y los han colgado en internet para que los aspirantes a universitarios los analicen. Ante este hecho no sé si inquietarme o alegrarme. Por un lado, que escojan textos de El Periódico Extremadura para un examen es indicativo de la importancia que aún tiene la prensa escrita, al menos en el ámbito universitario. 

Todos tenemos en nuestro corazoncito una pizca de vanidad y, si soy sincero, no puedo ocultar que enorgullece ese hecho. El artículo se llama Posología literaria y cuenta mis impresiones sobre un libro de Luis Landero allá sobre 2021. La tesis es que, al igual que sucede en el mundo de la farmacopea, el consumo de buena literatura debe ir acompañado de unas indicaciones sobre cuándo y cómo hacerlo para que se asimile mejor por el lector.

Me da miedo que los jóvenes bachilleres me cojan tirria. Van a ser muchos los que lean esa reflexión y contesten a las preguntas en los tres bloques que establece: Comunicación Escrita, Conocimiento de la Lengua y Educación Literaria. Experimento cierto sonrojo cuando hacen preguntas sobre las palabras que empleé, como ‘osado’, ‘lacerante’, ‘diseccionar’ o ‘posología’, o proponen hacer un análisis sintáctico sobre una oración que nació en la redacción de la calle Doctor Marañón: «En un mundo en el que los adolescentes alardean de solo leer el twitter, esta posología literaria podría hacer incluso que ganáramos algún lector».

Confieso que si me pusieran ahora ese examen con mi propio texto probablemente no lo aprobaría. Aunque la herramienta, el lenguaje, sea la misma, ha cambiado mucho la forma de acercarse a ella. Sospecho que el análisis sintáctico de hace 40 años difiere en demasía del actual y que apenas podría contestar con exiguas vaguedades las preguntas sobre el temario de Literatura Castellana. Estimados preuniversitarios: gracias por leer con atención el modelo de examen. Mi intención no era mortificaros. Ahora me siento extrañamente desnudo ante vosotros, pero a la vez muy recompensado como periodista. Gracias.